La mañana de este viernes se desarrolló en Punta Arenas la Primera Corrida por la Paz y la No Violencia, una iniciativa que reunió a más de 800 estudiantes de 15 establecimientos educacionales, desde colegios municipales hasta particulares. La actividad, impulsada por el Colegio Miguel de Cervantes, destacó por su carácter transversal y su objetivo de promover la convivencia escolar y el bienestar comunitario a través del deporte. Velasco destacó que esta primera corrida “será histórica” y anunció que ya se proyecta la continuidad de la iniciativa: el Liceo María Auxiliadora y el Instituto Sagrada Familia recibieron la copa que los compromete a organizar la segunda edición el próximo año. La directora enfatizó además la importancia de generar espacios que fortalezcan los valores de la no violencia entre los jóvenes. Señaló que es necesario “ganarle a la violencia y premiar a los jóvenes que son correctos, que están por la paz”, agregando que los colegios deben “crear distintas instancias para que se sigan haciendo de la juventud el semillero que necesitamos para poder lograr la paz”. Durante la jornada, marcada por entusiasmo y participación familiar, estudiantes del Colegio Punta Arenas fueron los primeros en cruzar la meta, en un circuito que combinó esfuerzo físico y un fuerte sentido de colectividad.
El programa que está transformando las habilidades sociales en niños y adolescentes En los últimos años, el desarrollo socioemocional ha adquirido un papel central en la educación y en la salud mental infantil. En este contexto, el programa PEERS® (Program for the Education and Enrichment of Relational Skills) ha emergido como una de las intervenciones más efectivas y respaldadas por evidencia científica para apoyar a niños y adolescentes que encuentran desafíos en la interacción social. Desarrollado originalmente en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), PEERS® se ha implementado en numerosos países, adaptándose a diversas realidades escolares y terapéuticas. Su propósito es claro: enseñar habilidades sociales concretas, medibles y aplicables a la vida real. Un enfoque práctico y basado en evidencia A diferencia de otras intervenciones que abordan la socialización desde la teoría o la intuición, PEERS® destaca por su enfoque estructurado y práctico. Cada sesión se centra en una habilidad específica —como iniciar una conversación, mantener una amistad, entender el humor o resolver conflictos— y utiliza técnicas de enseñanza probadas: Modelado de conductas, Role-playing guiado, Prácticas en grupo con retroalimentación inmediata, Tareas para aplicar lo aprendido fuera de la sesión. Además, uno de los pilares del programa es la participación activa de los padres o cuidadores, quienes reciben capacitación paralela para apoyar las nuevas habilidades en el hogar y en otros contextos sociales. ¿Quiénes se benefician de PEERS®? Si bien se diseñó inicialmente para jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA), actualmente PEERS® se aplica con éxito en una amplia gama de perfiles: niños con dificultades de socialización, adolescentes con ansiedad social, jóvenes con TDAH o trastornos del aprendizaje, estudiantes que simplemente necesitan apoyo para integrarse mejor en entornos grupales. Los resultados suelen ser visibles desde las primeras semanas: mayor iniciativa social, mejor comprensión de claves sociales, disminución de la timidez y un incremento real en la formación y mantención de amistades. Más que un programa: una experiencia de comunidad Otro de los elementos diferenciadores de PEERS® es el ambiente que se genera dentro de las sesiones. Los participantes se sienten parte de un grupo que comparte desafíos similares, lo que reduce la ansiedad y refuerza la motivación por aprender. La naturaleza grupal permite practicar con pares de manera segura, guiada y respetuosa. Para muchos niños y adolescentes, PEERS® se convierte en un espacio donde por primera vez sienten que pueden ser comprendidos, expresarse libremente y construir vínculos genuinos. El impacto en las escuelas y la vida cotidiana Diversos centros educativos y de salud en Chile y Latinoamérica han comenzado a incorporar PEERS® como parte de sus programas de apoyo emocional. Su presencia en colegios no solo beneficia a quienes participan directamente, sino que también contribuye a mejorar la convivencia escolar, al promover la empatía y el respeto entre los estudiantes. Las habilidades que enseña el programa no se limitan al aula: se trasladan a cumpleaños, recreos, salidas familiares y actividades deportivas. Los jóvenes aprenden a leer situaciones sociales, a resolver malentendidos y a relacionarse con mayor seguridad y autenticidad. Un paso hacia relaciones más sanas y una mejor calidad de vida En un mundo donde la comunicación interpersonal puede ser un desafío incluso para los adultos, PEERS® ofrece una herramienta valiosa y concreta para acompañar a los niños y adolescentes en su desarrollo social. Más que enseñar habilidades, el programa entrega confianza, autonomía y la posibilidad de construir relaciones significativas. Para muchas familias, terapeutas y escuelas, PEERS® no solo es un programa: es un puente hacia una vida social más plena y conectada. PEERS® y la importancia de la salida de graduación: un cierre para consolidar habilidades sociales El programa PEERS® es una intervención estructurada y basada en evidencia que enseña habilidades sociales prácticas a niños y adolescentes: iniciar y mantener conversaciones, entender claves sociales, resolver conflictos y desarrollar amistades reales. A través de modelado, role-playing y práctica con pares, los participantes ganan seguridad, autonomía y herramientas para desenvolverse en distintos contextos sociales. Dentro del proceso, la salida de graduación cumple un rol fundamental. No es solo un cierre simbólico del programa: es una instancia real donde los jóvenes ponen en práctica lo aprendido fuera del entorno terapéutico. En esta salida —ya sea una actividad recreativa, un paseo o una convivencia— los participantes experimentan situaciones sociales auténticas, fortalecen vínculos con sus compañeros y comprueban que pueden aplicar las habilidades trabajadas durante semanas. La graduación se convierte así en un momento de celebración, pero también en un hito que reafirma su progreso y potencia su confianza para enfrentar nuevas interacciones en la vida cotidiana.
Con el objetivo de continuar mejorando en convivencia y con la participación democrática de los miembros de la comunidad educativa, la Escuela Elba Ojeda Gómez de Río Seco, perteneciente al Servicio Local de Educación Pública Magallanes desarrolló su segundo “Cabildo por la Convivencia”, una instancia que reúne a estudiantes de cuarto a octavo básico, docentes, asistentes de la educación, apoderados, centro de estudiantes, directivos y a un representante del SLEP Magallanes para analizar el reglamento escolar y proponer mejoras que ayuden a fortalecer el buen clima escolar en el establecimiento. “El Cabildo por la Convivencia es una instancia donde participan todos los estamentos de nuestra comunidad educativa, donde todos tienen opinión, es participativo y democrático. Nosotros revisamos nuestro reglamento interno de convivencia y cada grupo va revisando diferentes partes, les van haciendo modificaciones, van agregando sugerencias o van pidiendo también que saquemos algunos puntos. Yo creo que lo importante de esto es que nos sirve a nosotros para que la comunidad se empape y se pueda empoderar de este reglamento y así también cumplirlo”, explicó la directora de la Escuela Elba Ojeda Gómez, Danitza Correa. Gracias a estos cabildos, la comunidad escolar ha podido tomar decisiones tan importantes como restringir el uso de celular en clases, al respecto, el encargo de convivencia de la escuela, Alejandro Sanhueza declaró: “a raíz de un análisis de hace como dos años atrás de nudos críticos que tuvimos con los docentes y asistentes, salió el uso del celular. Igual dentro del área de convivencia escolar tuvimos bastantes conflictos de relaciones por uso o mal uso, en realidad, de las redes sociales dentro del establecimiento. Así que optamos de manera democrática, dentro de un cabildo, proponer que no se use el celular dentro de las salas de clases, y bueno, fue aprobado también el consejo escolar”. El cabildo ha sido una oportunidad para que los estudiantes opinen e impulsen cambios en su establecimiento, y es que fue idea de ellos incluir en el reglamento el uso correcto de los pantalones escolares para que estos no puedan ser usados bajo la cadera. Tomás Cuell, presidente del centro de estudiantes aseguró que, “me parece una instancia muy linda para compartir entre nosotros y para opinar lo que piensa cada uno, para poner reglas o quitar reglas de nuestra convivencia escolar”. Cabildo por la Convivencia, que ya se ha convertido en una buena práctica anual para esta escuela y que se suma a otras instancias impulsadas por el Servicio Local, el Ministerio de Educación y los propios establecimientos de la educación pública. “En otros establecimientos, en este caso de la región, aprovechan de tener espacios de reflexión o jornadas de reflexión que también nos dispone el propio ministerio para verificar en el fondo cómo se encuentra su convivencia propia. Actualmente también los establecimientos están desarrollando espacios formativos para sus equipos de trabajo. También se encuentran las ferias que están enfocadas al actual inicio de la campaña de salud mental, que es a nivel nacional y que los establecimientos también están haciendo sus espacios para poder reflexionar sobre sus prácticas y velar por el bienestar de nuestros estudiantes”, aclaró Sebastián Muñoz, encargado de desarrollo integral e intersector del SLEP Magallanes. Un positivo cabildo que convocó a gran parte de la comunidad educativa y que se espera refuerce la buena convivencia, promueva la participación y la inclusión de todos quienes son parte de esta escuela.
Junto al Programa Lazos, el Servicio Local de Educación Pública Magallanes desarrolló la tercera red de convivencia dirigida a encargados de convivencia y duplas psicosociales de los establecimientos de enseñanza media de Punta Arenas, con el objetivo de fomentar la reflexión sistémica respecto al abordaje de situaciones complejas y de vulnerabilidad que afectan a los y las estudiantes de la educación pública. Esto es parte de los ciclos de acompañamiento que realiza el Servicio Local de Educación Pública para mejorar el trabajo en torno a la convivencia escolar. Al respecto, Sebastián Muñoz, encargado de Desarrollo Integral e Intersector del SLEP Magallanes, destacó la importancia de estas iniciativas: “es sumamente relevante considerar siempre que en el ámbito de educación hay que pensar en una reflexión sistémica, en la cual no solamente los establecimientos tienen que abordar sus situaciones dentro de lo que es, por ejemplo, sus espacios principales como el aula o los espacios del recinto educativo, sino también tener esta mirada de qué es lo que ocurre con nuestros estudiantes fuera de la escuela y que en el fondo es importante que ahí, en este caso, tengamos la colaboración de distintas instituciones”. Un factor importante dentro de las comunidades educativas es identificar y apoyar a estudiantes que se encuentran ante vulneraciones, por lo que desde el Servicio Local se llevan a cabo diversas redes que atienden a esta materia. Desde convivencia se desarrollan dos redes en Punta Arenas, la de establecimientos de educación media y la de básica, luego se encuentran la red de Puerto Natales, la de Porvenir y finalmente una intercomunal. A su vez, participa activamente en las redes de nivel parvulario y de coordinadoras de educación inicial que también son lideradas por el SLEP Magallanes y se suma también a la red de microcentros rurales impulsada por el Ministerio de Educación. El Plan de Reactivación Educativa también juega un rol importante dentro de este trabajo en redes. Carolina Figueroa, profesional del Servicio Local y líder del Plan de Reactivación asegura que “cuando nosotros tenemos un área de convivencia fortalecida, y tenemos una vinculación directa con los padres, con las madres, con los apoderados, vamos a tener claramente identificados las alertas o los nudos críticos que van a hacer que estos niños puedan estar en una alerta de deserción. Entonces, ¿cómo trabajamos de manera conjunta y algunas estrategias para esa retención? Es lo que estamos viendo hoy en día con el Programa Lazos, que es un programa que trabaja con las habilidades parentales, que hace también una intervención multisistémica”. Estas herramientas fortalecen el trabajo en equipo entre distintas comunidades educativas y son vistas positivamente por parte de quienes trabajan directamente estas materias con los estudiantes. Marcos Balcázar Díaz, encargado de convivencia del Liceo Bicentenario Luis Alberto Barrera, dijo que “es algo súper necesario y relevante para poder brindarles una formación integral y entregarles todas las herramientas posibles a nuestros estudiantes y también a sus familias. Creemos que eso es fundamental y las redes y el trabajo en red son fundamentales para ello”. Por su parte, Carolina Navarro, psicóloga de orientación y convivencia escolar del Instituto Superior de Comercio, destacó que estas instancias son buenas ya que les permiten realizar derivaciones concretas, conocer el trabajo de otros equipos y aplicar el conocimiento conjunto en las situaciones particulares que se dan con cada estudiante. Este trabajo en redes se continuará realizando durante el semestre escolar para continuar promoviendo el acompañamiento continuo a los equipos de convivencia y a los jóvenes que viven actualmente en situaciones de vulnerabilidad.
En el marco de una reunión de la red de convivencia de establecimientos educacionales del sector particular subvencionado, un equipo de la Escuela Patagonia expuso su experiencia con una iniciativa de justicia restaurativa que aplican para resolver conflictos entre los integrares de esa comunidad educativa del SLEP Magallanes. Se trata de los círculos de diálogo, que son espacios de conversación con los profesionales de convivencia de la escuela y los involucrados en algún tipo de conflicto en los que se buscan superar las dificultades entre los miembros de la comunidad educativa y acordar acciones que reparen los daños causados en la convivencia. La directora de la Escuela Patagonia, Julia Vargas, dijo que los círculos de diálogo y la justicia restaurativa “son una nueva forma de mirar la convivencia a través de la reflexión, el diálogo y el respeto mutuo, donde todos nos hacemos partícipes de la resolución de los conflictos y donde también hay una reparación del daño causado”. Explicó que se trata de un cambio de modelo para abordar los conflictos de convivencia escolar porque no se quedan sólo en la aplicación de sanciones, sino que se asumen responsabilidades y acciones de reparación. “Los círculos nos permiten dialogar, tanto a estudiantes como a funcionarios, en base a un conflicto que haya ocurrido y hacernos responsables. Cada uno tiene que hacerse responsable del por qué ocurre ese conflicto y de repararlo y llegar a acuerdos”, indicó la directora. Algunos ejemplos de actos reparatorios que se han acordado en los círculos son cartas de disculpa o publicaciones en diarios murales sobre la resolución del conflicto. La iniciativa se practica en la escuela desde principios de este año escolar y con buenos resultados pues se ha notado una baja de los niveles de conflicto y ha crecido la reflexión de los estudiantes sobre su propio comportamiento. La encargada de convivencia escolar de la Escuela Patagonia, Carolina González, agregó que el modelo también se puede aplicar entre los funcionarios y apoderados de la comunidad educativa.
La mañana de este viernes se desarrolló en Punta Arenas la Primera Corrida por la Paz y la No Violencia, una iniciativa que reunió a más de 800 estudiantes de 15 establecimientos educacionales, desde colegios municipales hasta particulares. La actividad, impulsada por el Colegio Miguel de Cervantes, destacó por su carácter transversal y su objetivo de promover la convivencia escolar y el bienestar comunitario a través del deporte. Velasco destacó que esta primera corrida “será histórica” y anunció que ya se proyecta la continuidad de la iniciativa: el Liceo María Auxiliadora y el Instituto Sagrada Familia recibieron la copa que los compromete a organizar la segunda edición el próximo año. La directora enfatizó además la importancia de generar espacios que fortalezcan los valores de la no violencia entre los jóvenes. Señaló que es necesario “ganarle a la violencia y premiar a los jóvenes que son correctos, que están por la paz”, agregando que los colegios deben “crear distintas instancias para que se sigan haciendo de la juventud el semillero que necesitamos para poder lograr la paz”. Durante la jornada, marcada por entusiasmo y participación familiar, estudiantes del Colegio Punta Arenas fueron los primeros en cruzar la meta, en un circuito que combinó esfuerzo físico y un fuerte sentido de colectividad.
El programa que está transformando las habilidades sociales en niños y adolescentes En los últimos años, el desarrollo socioemocional ha adquirido un papel central en la educación y en la salud mental infantil. En este contexto, el programa PEERS® (Program for the Education and Enrichment of Relational Skills) ha emergido como una de las intervenciones más efectivas y respaldadas por evidencia científica para apoyar a niños y adolescentes que encuentran desafíos en la interacción social. Desarrollado originalmente en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), PEERS® se ha implementado en numerosos países, adaptándose a diversas realidades escolares y terapéuticas. Su propósito es claro: enseñar habilidades sociales concretas, medibles y aplicables a la vida real. Un enfoque práctico y basado en evidencia A diferencia de otras intervenciones que abordan la socialización desde la teoría o la intuición, PEERS® destaca por su enfoque estructurado y práctico. Cada sesión se centra en una habilidad específica —como iniciar una conversación, mantener una amistad, entender el humor o resolver conflictos— y utiliza técnicas de enseñanza probadas: Modelado de conductas, Role-playing guiado, Prácticas en grupo con retroalimentación inmediata, Tareas para aplicar lo aprendido fuera de la sesión. Además, uno de los pilares del programa es la participación activa de los padres o cuidadores, quienes reciben capacitación paralela para apoyar las nuevas habilidades en el hogar y en otros contextos sociales. ¿Quiénes se benefician de PEERS®? Si bien se diseñó inicialmente para jóvenes con trastorno del espectro autista (TEA), actualmente PEERS® se aplica con éxito en una amplia gama de perfiles: niños con dificultades de socialización, adolescentes con ansiedad social, jóvenes con TDAH o trastornos del aprendizaje, estudiantes que simplemente necesitan apoyo para integrarse mejor en entornos grupales. Los resultados suelen ser visibles desde las primeras semanas: mayor iniciativa social, mejor comprensión de claves sociales, disminución de la timidez y un incremento real en la formación y mantención de amistades. Más que un programa: una experiencia de comunidad Otro de los elementos diferenciadores de PEERS® es el ambiente que se genera dentro de las sesiones. Los participantes se sienten parte de un grupo que comparte desafíos similares, lo que reduce la ansiedad y refuerza la motivación por aprender. La naturaleza grupal permite practicar con pares de manera segura, guiada y respetuosa. Para muchos niños y adolescentes, PEERS® se convierte en un espacio donde por primera vez sienten que pueden ser comprendidos, expresarse libremente y construir vínculos genuinos. El impacto en las escuelas y la vida cotidiana Diversos centros educativos y de salud en Chile y Latinoamérica han comenzado a incorporar PEERS® como parte de sus programas de apoyo emocional. Su presencia en colegios no solo beneficia a quienes participan directamente, sino que también contribuye a mejorar la convivencia escolar, al promover la empatía y el respeto entre los estudiantes. Las habilidades que enseña el programa no se limitan al aula: se trasladan a cumpleaños, recreos, salidas familiares y actividades deportivas. Los jóvenes aprenden a leer situaciones sociales, a resolver malentendidos y a relacionarse con mayor seguridad y autenticidad. Un paso hacia relaciones más sanas y una mejor calidad de vida En un mundo donde la comunicación interpersonal puede ser un desafío incluso para los adultos, PEERS® ofrece una herramienta valiosa y concreta para acompañar a los niños y adolescentes en su desarrollo social. Más que enseñar habilidades, el programa entrega confianza, autonomía y la posibilidad de construir relaciones significativas. Para muchas familias, terapeutas y escuelas, PEERS® no solo es un programa: es un puente hacia una vida social más plena y conectada. PEERS® y la importancia de la salida de graduación: un cierre para consolidar habilidades sociales El programa PEERS® es una intervención estructurada y basada en evidencia que enseña habilidades sociales prácticas a niños y adolescentes: iniciar y mantener conversaciones, entender claves sociales, resolver conflictos y desarrollar amistades reales. A través de modelado, role-playing y práctica con pares, los participantes ganan seguridad, autonomía y herramientas para desenvolverse en distintos contextos sociales. Dentro del proceso, la salida de graduación cumple un rol fundamental. No es solo un cierre simbólico del programa: es una instancia real donde los jóvenes ponen en práctica lo aprendido fuera del entorno terapéutico. En esta salida —ya sea una actividad recreativa, un paseo o una convivencia— los participantes experimentan situaciones sociales auténticas, fortalecen vínculos con sus compañeros y comprueban que pueden aplicar las habilidades trabajadas durante semanas. La graduación se convierte así en un momento de celebración, pero también en un hito que reafirma su progreso y potencia su confianza para enfrentar nuevas interacciones en la vida cotidiana.
Con el objetivo de continuar mejorando en convivencia y con la participación democrática de los miembros de la comunidad educativa, la Escuela Elba Ojeda Gómez de Río Seco, perteneciente al Servicio Local de Educación Pública Magallanes desarrolló su segundo “Cabildo por la Convivencia”, una instancia que reúne a estudiantes de cuarto a octavo básico, docentes, asistentes de la educación, apoderados, centro de estudiantes, directivos y a un representante del SLEP Magallanes para analizar el reglamento escolar y proponer mejoras que ayuden a fortalecer el buen clima escolar en el establecimiento. “El Cabildo por la Convivencia es una instancia donde participan todos los estamentos de nuestra comunidad educativa, donde todos tienen opinión, es participativo y democrático. Nosotros revisamos nuestro reglamento interno de convivencia y cada grupo va revisando diferentes partes, les van haciendo modificaciones, van agregando sugerencias o van pidiendo también que saquemos algunos puntos. Yo creo que lo importante de esto es que nos sirve a nosotros para que la comunidad se empape y se pueda empoderar de este reglamento y así también cumplirlo”, explicó la directora de la Escuela Elba Ojeda Gómez, Danitza Correa. Gracias a estos cabildos, la comunidad escolar ha podido tomar decisiones tan importantes como restringir el uso de celular en clases, al respecto, el encargo de convivencia de la escuela, Alejandro Sanhueza declaró: “a raíz de un análisis de hace como dos años atrás de nudos críticos que tuvimos con los docentes y asistentes, salió el uso del celular. Igual dentro del área de convivencia escolar tuvimos bastantes conflictos de relaciones por uso o mal uso, en realidad, de las redes sociales dentro del establecimiento. Así que optamos de manera democrática, dentro de un cabildo, proponer que no se use el celular dentro de las salas de clases, y bueno, fue aprobado también el consejo escolar”. El cabildo ha sido una oportunidad para que los estudiantes opinen e impulsen cambios en su establecimiento, y es que fue idea de ellos incluir en el reglamento el uso correcto de los pantalones escolares para que estos no puedan ser usados bajo la cadera. Tomás Cuell, presidente del centro de estudiantes aseguró que, “me parece una instancia muy linda para compartir entre nosotros y para opinar lo que piensa cada uno, para poner reglas o quitar reglas de nuestra convivencia escolar”. Cabildo por la Convivencia, que ya se ha convertido en una buena práctica anual para esta escuela y que se suma a otras instancias impulsadas por el Servicio Local, el Ministerio de Educación y los propios establecimientos de la educación pública. “En otros establecimientos, en este caso de la región, aprovechan de tener espacios de reflexión o jornadas de reflexión que también nos dispone el propio ministerio para verificar en el fondo cómo se encuentra su convivencia propia. Actualmente también los establecimientos están desarrollando espacios formativos para sus equipos de trabajo. También se encuentran las ferias que están enfocadas al actual inicio de la campaña de salud mental, que es a nivel nacional y que los establecimientos también están haciendo sus espacios para poder reflexionar sobre sus prácticas y velar por el bienestar de nuestros estudiantes”, aclaró Sebastián Muñoz, encargado de desarrollo integral e intersector del SLEP Magallanes. Un positivo cabildo que convocó a gran parte de la comunidad educativa y que se espera refuerce la buena convivencia, promueva la participación y la inclusión de todos quienes son parte de esta escuela.
Junto al Programa Lazos, el Servicio Local de Educación Pública Magallanes desarrolló la tercera red de convivencia dirigida a encargados de convivencia y duplas psicosociales de los establecimientos de enseñanza media de Punta Arenas, con el objetivo de fomentar la reflexión sistémica respecto al abordaje de situaciones complejas y de vulnerabilidad que afectan a los y las estudiantes de la educación pública. Esto es parte de los ciclos de acompañamiento que realiza el Servicio Local de Educación Pública para mejorar el trabajo en torno a la convivencia escolar. Al respecto, Sebastián Muñoz, encargado de Desarrollo Integral e Intersector del SLEP Magallanes, destacó la importancia de estas iniciativas: “es sumamente relevante considerar siempre que en el ámbito de educación hay que pensar en una reflexión sistémica, en la cual no solamente los establecimientos tienen que abordar sus situaciones dentro de lo que es, por ejemplo, sus espacios principales como el aula o los espacios del recinto educativo, sino también tener esta mirada de qué es lo que ocurre con nuestros estudiantes fuera de la escuela y que en el fondo es importante que ahí, en este caso, tengamos la colaboración de distintas instituciones”. Un factor importante dentro de las comunidades educativas es identificar y apoyar a estudiantes que se encuentran ante vulneraciones, por lo que desde el Servicio Local se llevan a cabo diversas redes que atienden a esta materia. Desde convivencia se desarrollan dos redes en Punta Arenas, la de establecimientos de educación media y la de básica, luego se encuentran la red de Puerto Natales, la de Porvenir y finalmente una intercomunal. A su vez, participa activamente en las redes de nivel parvulario y de coordinadoras de educación inicial que también son lideradas por el SLEP Magallanes y se suma también a la red de microcentros rurales impulsada por el Ministerio de Educación. El Plan de Reactivación Educativa también juega un rol importante dentro de este trabajo en redes. Carolina Figueroa, profesional del Servicio Local y líder del Plan de Reactivación asegura que “cuando nosotros tenemos un área de convivencia fortalecida, y tenemos una vinculación directa con los padres, con las madres, con los apoderados, vamos a tener claramente identificados las alertas o los nudos críticos que van a hacer que estos niños puedan estar en una alerta de deserción. Entonces, ¿cómo trabajamos de manera conjunta y algunas estrategias para esa retención? Es lo que estamos viendo hoy en día con el Programa Lazos, que es un programa que trabaja con las habilidades parentales, que hace también una intervención multisistémica”. Estas herramientas fortalecen el trabajo en equipo entre distintas comunidades educativas y son vistas positivamente por parte de quienes trabajan directamente estas materias con los estudiantes. Marcos Balcázar Díaz, encargado de convivencia del Liceo Bicentenario Luis Alberto Barrera, dijo que “es algo súper necesario y relevante para poder brindarles una formación integral y entregarles todas las herramientas posibles a nuestros estudiantes y también a sus familias. Creemos que eso es fundamental y las redes y el trabajo en red son fundamentales para ello”. Por su parte, Carolina Navarro, psicóloga de orientación y convivencia escolar del Instituto Superior de Comercio, destacó que estas instancias son buenas ya que les permiten realizar derivaciones concretas, conocer el trabajo de otros equipos y aplicar el conocimiento conjunto en las situaciones particulares que se dan con cada estudiante. Este trabajo en redes se continuará realizando durante el semestre escolar para continuar promoviendo el acompañamiento continuo a los equipos de convivencia y a los jóvenes que viven actualmente en situaciones de vulnerabilidad.
En el marco de una reunión de la red de convivencia de establecimientos educacionales del sector particular subvencionado, un equipo de la Escuela Patagonia expuso su experiencia con una iniciativa de justicia restaurativa que aplican para resolver conflictos entre los integrares de esa comunidad educativa del SLEP Magallanes. Se trata de los círculos de diálogo, que son espacios de conversación con los profesionales de convivencia de la escuela y los involucrados en algún tipo de conflicto en los que se buscan superar las dificultades entre los miembros de la comunidad educativa y acordar acciones que reparen los daños causados en la convivencia. La directora de la Escuela Patagonia, Julia Vargas, dijo que los círculos de diálogo y la justicia restaurativa “son una nueva forma de mirar la convivencia a través de la reflexión, el diálogo y el respeto mutuo, donde todos nos hacemos partícipes de la resolución de los conflictos y donde también hay una reparación del daño causado”. Explicó que se trata de un cambio de modelo para abordar los conflictos de convivencia escolar porque no se quedan sólo en la aplicación de sanciones, sino que se asumen responsabilidades y acciones de reparación. “Los círculos nos permiten dialogar, tanto a estudiantes como a funcionarios, en base a un conflicto que haya ocurrido y hacernos responsables. Cada uno tiene que hacerse responsable del por qué ocurre ese conflicto y de repararlo y llegar a acuerdos”, indicó la directora. Algunos ejemplos de actos reparatorios que se han acordado en los círculos son cartas de disculpa o publicaciones en diarios murales sobre la resolución del conflicto. La iniciativa se practica en la escuela desde principios de este año escolar y con buenos resultados pues se ha notado una baja de los niveles de conflicto y ha crecido la reflexión de los estudiantes sobre su propio comportamiento. La encargada de convivencia escolar de la Escuela Patagonia, Carolina González, agregó que el modelo también se puede aplicar entre los funcionarios y apoderados de la comunidad educativa.