En una parcela del sector alto de Pampa Redonda (Punta Arenas), alrededor de diez usuarias y usuarios avícolas de INDAP cambiaron la rutina por aprendizaje en terreno. Entre gallineros, cuadernos y herramientas, afinaron manejo, bioseguridad y alimentación para producir más y mejor. No fue una clase cualquiera: formó parte de la alianza SENCE–INDAP, que contempla siete cursos para fortalecer el área agropecuaria. El de manejo avícola ha sido un éxito y dejó un objetivo compartido: elevar el estándar de la producción y del huevo magallánico en una región que aún importa buena parte de lo que consume y que tiene amplio potencial de crecimiento. Vamos por el tercer año del convenio, con más talleres y actividades. Se consolida un modelo de colaboración valioso y necesario para la gente, señaló Gabriel Zegers, director regional de INDAP. Este curso responde a una demanda real. El rubro avícola —y especialmente la producción de huevo— enfrenta dificultades, pero es clave para la seguridad alimentaria regional. En Magallanes es fundamental optimizar procesos y asegurar disponibilidad. La jornada combinó módulos teóricos y prácticos: manejo sanitario, reproducción, alimentación, bienestar animal y gestión de costos. Cada asistente recibió un completo kit de herramientas cuyo costo ascendió a los $150.000 por cada usuario/a y fue pensado para tareas cotidianas de mantención en corrales e infraestructura menor. Para SENCE, la capacitación es palanca concreta. Esta transferencia al sector público que desarrollamos con INDAP nos permite acercar, a través de la formación, tareas y objetivos que fortalecen la actividad agropecuaria, explicó Doris Sandoval, directora regional de SENCE. La capacitación actualiza saberes con nuevas tecnologías y nos conecta con la realidad de cada comuna en un contexto desafiante: recuperar capacidades para producir es, literalmente, volver a tener las manos en la tierra, precisó Sandoval. El curso fue dictado por el médico veterinario Luis Vergara, con amplia experiencia en granjas avícolas: Trabajamos postura, reproducción, alimentación y cuidados durante todo el ciclo. Lo técnico importa, pero lo más valioso fue el intercambio entre participantes: cada experiencia acelera el aprendizaje. También advirtió sobre las condiciones locales: La producción aquí es exigente por los costos del alimento y la disponibilidad de aves, pero la tradición se mantiene; muchas familias incuban de forma natural y, cuando pueden, incorporan pequeñas incubadoras para asegurar consumo y, a veces, vender excedentes. María Colín, campesina e integrante de una cooperativa avícola, valoró el espacio y el trabajo asociativo. Este taller nos sirvió para ordenar el manejo y entender bien la alimentación por etapas. En la cooperativa ya hemos importado alimento en conjunto para bajar costos, y con más actividades como esta podemos crecer de manera sostenida y mejorar aún más el rubro. Según registros regionales de 2023, el universo local se mueve entre ocho y nueve mil gallinas ponedoras, lo que se traduce —a grandes rasgos— en entre 4.500 y 5.000 huevos diarios. Con una población cercana a 160 mil habitantes, la oportunidad salta a la vista, porque hay mercado, se importa huevo y prácticamente todo lo que se produce se vende a buen precio. Impulsar la producción a pequeña escala es estratégico. La gallina cierra ciclos —consume desechos orgánicos, aporta guano y entrega proteína de calidad—, nutre a las familias y permite comercializar excedentes muy valorados por la comunidad.
De a poco se va derribando ese mito de que no hay jóvenes interesados en el campo, de que la línea se cortó y que era casi un hecho irreversible. Aquí vemos gente súper comprometida, cada uno con su proyecto innovador y con una enorme capacidad de compartir y dialogar, afirmó Carlos Venegas, director del Centro de Educación y Tecnología (CET). Para Venegas, ahí está el corazón del proceso. Con los estímulos adecuados y apoyo en formación e inversiones —sostiene—, este núcleo de jóvenes puede demostrar que la agroecología es una oportunidad real de negocio: no solo ecología o protección de los recursos, sino también generación de ingresos, restauración de suelos, adaptación al cambio climático y puesta en valor de los conocimientos tradicionales a través de nuevas generaciones rurales. Fue una travesía intensa de cuatro días para jóvenes de Huillinco, Punotro, Pichi Parga, Caleta Tortel, Cochrane, Chile Chico y otros rincones del sur. El recorrido partió en Puerto Natales, continuó en el Centro Experimental INIA Kampenaike y concluyó en parcelas ubicadas al sur de Punta Arenas, donde conocieron experiencias hortícolas, ganaderas y de turismo rural. En cada parada fueron hilando un tejido de soluciones compartidas para producir en climas extremos: lo que resulta en un invernadero de Los Lagos se prueba en Aysén; las estrategias de Magallanes para enfrentar el viento y la falta de agua se anotan para otros territorios. Las cifras refrendan esa energía. En Los Lagos hay más de 2.700 jóvenes usuarios de INDAP (casi el 10% del total); en Aysén son cerca de 400 (alrededor de un tercio); y en Magallanes, unos 50 (también cerca del 10%). Detrás de esos números hay proyectos que mezclan negocio, arraigo territorial y cuidado del medioambiente, con la agroecología como horizonte común. Gonzalo Castillo, representante de la Mesa de Jóvenes Rurales de Magallanes y vocero nacional, abrió las puertas de su predio hortícola, ubicado a pocos metros del Hospital Clínico, un espacio que resiste a la voracidad de la ciudad y demuestra que la agricultura también puede enraizar en la periferia urbana. Tras el recorrido, ofreció una degustación de productos a base de ruibarbo y presentó a su abuelo de 96 años, junto con recordar a su abuela, Marina Ojeda, fallecida y ex dirigenta de INDAP, a quienes reconoce como pilares del impulso hortícola de su familia. Desde ese lugar sintetizó el sentido del encuentro. Valoró que jóvenes de Aysén y Los Lagos conocieran experiencias locales y se acercaran a la identidad campesina magallánica. Ojalá se lleven eso: no solo la producción hortícola y ganadera, sino la historia y la tradición de la agricultura familiar campesina, afirmó, recalcando que, en una región que produce apenas cerca del 10% de sus alimentos, lo que falta por producir es una gran oportunidad para seguir fortaleciendo la agricultura. Mensajes de los jóvenes rurales Los testimonios de los propios participantes dibujan el mapa de esta macrozona sur que se abre camino entre el viento, la lluvia y la nieve. Jonathan Landeros, de caleta Tortel (Región de Aysén), se dedica al turismo rural y al trabajo forestal, continuando el legado familiar ligado al envío de madera de ciprés hacia Magallanes. Administra un refugio turístico con trekking, avistamiento de flora, fauna y hongos, y pesca deportiva. Para mí este encuentro fue una tremenda experiencia. Conocer a otros jóvenes que tienen tanto amor por el campo y por trabajar la tierra. Hacer nuevos lazos nos fortalece y nos ayuda a difundir lo linda que es la vida en el campo, comentó. Desde la comuna de Currante, en la Región de Los Lagos, Oscar Melián puso el acento en el aprendizaje técnico y la identidad compartida. Lo más valorable ha sido el intercambio de experiencias y conocer cómo están trabajando los jóvenes en Magallanes, su identidad y las características de esta zona. A pesar del viento, el clima y la geografía, están muy entusiasmados por seguir en el campo y continuar el legado de sus padres, explicó. Y agregó: Las tres regiones tenemos similitudes en el clima y los rubros. Ver cómo acá enfrentan desafíos como la sequía o el trabajo con el viento nos ayuda a replicar esas soluciones. Ha sido muy enriquecedor en la parte técnica y de innovación. Desde el mundo público, la evaluación también fue categórica. La Seremi de Agricultura de Magallanes subrayó que estos cuatro días demostraron cómo, desde la zona más austral, la experiencia, la tradición y el esfuerzo de los jóvenes pueden irradiar al resto del sur. Conocer de primera fuente la realidad de los jóvenes rurales de Punta Arenas y Puerto Natales —y cómo han desafiado el déficit hídrico para producir hortalizas frescas en un territorio extremo—, recalcó, es clave para fortalecer la transferencia de conocimientos en el marco de las políticas y programas del gobierno, a través del Ministerio de Agricultura y de INDAP, especialmente en las zonas más australes. El director regional de INDAP Magallanes, Gabriel Zegers, enfatizó que el encuentro sur austral condensa años de trabajo de las mesas de jóvenes y del propio servicio para tejer redes de cooperación entre quienes están levantando el campo de los próximos treinta años. Señaló que hoy cobra cada vez más fuerza lo que definió como la autonomía en colaboración de las organizaciones rurales, y añadió que, como gobierno del Presidente Gabriel Boric, se sienten orgullosos de haber sido un engranaje para que esa articulación sea una realidad. Al cierre de la jornada, nadie se fue igual. Los participantes partieron más convencidos de que el vínculo entre las personas y la tierra implica una doble responsabilidad: producir alimentos sanos y, al mismo tiempo, cuidar el entorno que los hace posibles. Desde Magallanes se llevaron algo más que técnicas y experiencias: se llevaron su bandera como símbolo de una identidad rural que hoy entrelaza a Los Lagos, Aysén y la región más austral, y que empieza a reconocerse como una sola macrozona sur decidida a darle futuro a la agricultura.
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) de Magallanes y Espacio Urbano Pionero formalizaron un convenio de colaboración que consolida el trabajo conjunto que, desde hace al menos dos años, ha permitido que agricultoras locales comercialicen sus productos en uno de los polos comerciales más importantes de Punta Arenas. Con esta firma se da el puntapié oficial a la temporada de la red de Mercados Campesinos de INDAP en Magallanes, una estrategia que busca desplegarse en distintas comunas y sectores de la ciudad para que más familias accedan a alimentos frescos, de origen conocido y producidos por la agricultura familiar campesina. Uno de los puntos más relevantes funciona precisamente en Mall Espacio Urbano Pionero, que se proyecta como nodo clave de esta red, llamada a sumar nuevos espacios y ferias campesinas a lo largo del territorio. De viernes a domingo, entre las 10:30 y las 16:00 horas, doce campesinas usuarias de INDAP se instalan en el recinto con hortalizas frescas —lechugas, acelgas, repollos, rúcula, espinacas y ciboulette— además de zanahorias, papas, ajos, betarragas, huevos de campo, hierbas, plantas y algunos productos procesados de pequeña escala. Son alimentos sanos, de temporada, que muchas veces se cosechan el mismo día en sus huertas y predios y llegan directamente desde el campo a la mesa de las familias magallánicas. Detrás de estos alimentos hay años de trabajo y capacitación. A través de los programas de INDAP, las agricultoras han fortalecido prácticas agroecológicas, incorporando manejos más sostenibles del suelo, uso responsable del agua, rotación de cultivos, control biológico de plagas y reciclaje de residuos orgánicos, entre otras acciones que permiten producir alimentos de calidad, con menos químicos y con fuerte arraigo en el territorio. Este mercado es el resultado de un trabajo largo, de muchas capacitaciones y del apoyo constante de INDAP. Para nosotras es muy importante que el mall confíe en la agricultura campesina y nos abra las puertas para mostrar lo que producimos en Magallanes, destacó Patricia Delgado, dirigenta campesina. En la misma línea, Rosa Cárdenas, también dirigenta campesina, subrayó que aquí la gente puede mirar a los ojos a quien siembra, cosecha y trae los productos. Eso genera confianza, ayuda a valorar el trabajo del campo y nos permite seguir sosteniendo a nuestras familias con precios justos. El convenio establece que Espacio Urbano Pionero seguirá facilitando, de manera gratuita y en coordinación con INDAP, espacios de alto flujo para la instalación de ferias y puntos de venta de Mercado Campesino, así como actividades de difusión sobre origen de los alimentos, alimentación saludable y patrimonio agroalimentario regional. INDAP, por su parte, coordinará la participación de las y los agricultores, resguardará el cumplimiento de las normas sanitarias y apoyará acciones de promoción que fortalezcan la venta directa y el vínculo entre productores y consumidores. Como INDAP Magallanes queremos que las familias campesinas tengan cada vez más y mejores espacios para ofrecer sus productos directamente al consumidor, sin intermediarios, con precios justos y con la calidad que caracteriza a nuestra agricultura regional. Este convenio con Espacio Urbano Pionero nos permite acercar la huerta al carro de compras, reforzar la soberanía alimentaria y, al mismo tiempo, visibilizar el enorme esfuerzo que hay detrás de cada lechuga, cada tomate y cada huevo que llega a la mesa de las familias magallánicas, señaló el director regional de INDAP, Gabriel Zegers. Gracias a esta colaboración nos consolidamos como un socio clave de INDAP, ofreciendo un punto de comercialización directo y estable que acerca la huerta al carro de compras y apoya la economía local. Con este acuerdo aseguramos la continuidad del Mercado Campesino durante todo el año, para que nuestros vecinos sigan encontrando aquí productos frescos, de origen conocido, y para que más Mercados Campesinos se vayan consolidando en Magallanes, señaló Freddy Tapia, encargado del Mall Espacio Urbano Pionero.
En un paréntesis de buen tiempo, en medio de una primavera que aún se resiste a llegar, jóvenes campesinos de Los Lagos, Aysén y Magallanes dieron inicio en Puerto Natales a un encuentro que es mucho más que una gira técnica: se trata de poner sobre la mesa problemas similares, objetivos comunes y una apuesta clara por el trabajo asociativo, el intercambio de experiencias y la construcción de alianzas para seguir produciendo alimentos en el extremo sur de Chile, donde el clima aprieta y la soberanía alimentaria sigue siendo un desafío abierto. Hasta la jornada, organizada por la Mesa de Jóvenes Rurales bajo el alero de INDAP, llegaron una veintena de campesinos de territorios diversos pero con climas y desafíos parecidos. Sectores rurales de Chonchi, San Juan de la Costa, Maullín, Fresia y Purranque en la Región de Los Lagos, junto a localidades emblemáticas de Aysén como Caleta Tortel, Puerto Sánchez, Puerto Tranquilo, Cerro Castillo, Mallín Grande, Chile Chico, Cochrane y sus alrededores. Zonas frías, de estaciones marcadas, donde producir hortalizas y asegurar forraje para el invierno es siempre una carrera contra el tiempo. El acto de inicio fue encabezado por el delegado presidencial provincial de Última Esperanza, Guillermo Ruiz, quien destacó el sentido del encuentro. Cuando los jóvenes del campo se organizan y se miran como región, también están pensando el futuro del territorio. A su lado, el director regional de INDAP Magallanes, Gabriel Zegers, subrayó el compromiso del servicio. Nuestro rol es acompañar estos procesos, entregar herramientas y abrir espacios para que la juventud rural tenga proyección y siga produciendo en el extremo sur. Intercambio de experiencias La primera parada fue una experiencia de hidroponía que, en pocos años, pasó de un solo invernadero a más de una docena en producción. Allí los jóvenes conocieron sistemas para ganarle al invierno, hortalizas que crecen bajo techo, resguardadas del viento y la escarcha, y soluciones como el uso de agua de lluvia acumulada en sistemas de guateros asociados a las canaletas. Anotaciones en libretas, celulares y preguntas técnicas dieron cuenta del interés por adaptar estas innovaciones a cada realidad local. Desde Magallanes, la Mesa de Jóvenes Rurales —a través de su representante Gonzalo Castillo— enfatizó el sentido de estos días de trabajo conjunto. Queremos mirar el sur como una sola macrozona, compartir lo que estamos haciendo en horticultura, ganadería y turismo rural, y construir una ruta común para producir en tiempos de cambio climático sin perder el trabajo de las generaciones que nos anteceden. Por la tarde, la gira continuó hacia la cooperativa Ñuke Mapu, donde la producción se combina con un fuerte componente educativo y comunitario. Un predio que funciona como sala de clases al aire libre, abierto a escuelas, vecinos y organizaciones. Desde allí surgió la idea de que estos encuentros también pueden servir para impulsar futuras alianzas y, a mediano plazo, políticas públicas específicas para las zonas extremas. Ahora la delegación continúa con visitas a INIA Kampenaike y a predios de usuarios y usuarias de INDAP en Punta Arenas y alrededores. Más allá del recorrido, el objetivo es claro: consolidar una red de jóvenes rurales del sur que, en territorios extremos, apuestan por producir alimentos sanos, respetar a quienes abrieron camino y asumir que la soberanía alimentaria del extremo sur también depende de ellos.
En el marco del programa Gobierno en Terreno, la Delegación Presidencial Provincial de Última Esperanza desarrolló una nueva jornada de atención ciudadana en el sector de Los Huertos Familiares de Puerto Natales, el sábado último, instancia que contó con la participación del seremi de Obras Públicas, José Luis Hernández, y diversos servicios públicos. El encuentro, realizado en la sede de la Junta de Vecinos N°11, permitió acercar la oferta pública a la comunidad y recoger las principales inquietudes de las y los habitantes, especialmente en torno al estado de los caminos del sector. “Nos encontramos en el sector de Huertos, en la Junta de Vecinos número 11. Estamos acá principalmente para explicar lo que está pasando con el tema de los caminos, que es la principal preocupación de los vecinos hoy en día. Ya hemos instruido a la empresa contratista a cargo del proyecto de agua potable rural a regularizar el camino 2, que presenta el mayor deterioro, con plazo entre el 30 de octubre y el 9 de noviembre. Si no se cumple, aplicaremos las multas correspondientes. Además, fiscalizaremos diariamente los trabajos comprometidos”, explicó el seremi de Obras Públicas, José Luis Hernández, quien además destacó que los demás caminos del sector están siendo conservados mediante contratos vigentes de la Dirección de Vialidad. El seremi agregó que se están realizando labores de conservación y bacheo en la Ruta I-315 y en el cruce de la Ruta 9 con avenida Última Esperanza, en coordinación con el sindicato de automovilistas, para apoyar la próxima realización de la tradicional carrera automovilística “Las 3 Horas de Puerto Natales”. “Nos hemos colocado a disposición para contribuir a que esta competencia, tan emblemática para la provincia, vuelva a realizarse en buenas condiciones”, sostuvo Hernández. Por su parte, el delegado presidencial provincial, Guillermo Ruiz Santana, valoró la participación activa de las vecinas y vecinos y la presencia de los distintos servicios públicos, entre ellos CONADI, SAG, CONAF, INDAP y el Servicio de Impuestos Internos, destacando el espíritu de diálogo y compromiso mostrado durante la jornada. “Nos hemos trasladado al sector de Huertos Familiares, específicamente a la Junta de Vecinos N°11, en una nueva jornada de Gobierno en Terreno, acercando los servicios públicos a las personas. Además, hemos sostenido un diálogo con el seremi de Obras Públicas y con la comunidad para atender sus inquietudes respecto del estado de los caminos del sector. Quiero destacar la voluntad y buena disposición del seremi, así como el interés y compromiso de los vecinos para avanzar en soluciones conjuntas”, señaló Ruiz Santana. Asimismo, la autoridad provincial informó que la Delegación ha enviado oficios al Ministerio de Obras Públicas para evaluar la factibilidad de un sistema de alcantarillado para el sector y la realización de un estudio hidrogeológico de las cuencas de agua que afectan a la zona en épocas de lluvia. “Como Gobierno del presidente Gabriel Boric, seguimos trabajando por el bienestar de las familias que habitan este importante sector de la comuna de Natales, buscando soluciones concretas y sostenibles para mejorar su calidad de vida”, concluyó el delegado.
En una parcela del sector alto de Pampa Redonda (Punta Arenas), alrededor de diez usuarias y usuarios avícolas de INDAP cambiaron la rutina por aprendizaje en terreno. Entre gallineros, cuadernos y herramientas, afinaron manejo, bioseguridad y alimentación para producir más y mejor. No fue una clase cualquiera: formó parte de la alianza SENCE–INDAP, que contempla siete cursos para fortalecer el área agropecuaria. El de manejo avícola ha sido un éxito y dejó un objetivo compartido: elevar el estándar de la producción y del huevo magallánico en una región que aún importa buena parte de lo que consume y que tiene amplio potencial de crecimiento. Vamos por el tercer año del convenio, con más talleres y actividades. Se consolida un modelo de colaboración valioso y necesario para la gente, señaló Gabriel Zegers, director regional de INDAP. Este curso responde a una demanda real. El rubro avícola —y especialmente la producción de huevo— enfrenta dificultades, pero es clave para la seguridad alimentaria regional. En Magallanes es fundamental optimizar procesos y asegurar disponibilidad. La jornada combinó módulos teóricos y prácticos: manejo sanitario, reproducción, alimentación, bienestar animal y gestión de costos. Cada asistente recibió un completo kit de herramientas cuyo costo ascendió a los $150.000 por cada usuario/a y fue pensado para tareas cotidianas de mantención en corrales e infraestructura menor. Para SENCE, la capacitación es palanca concreta. Esta transferencia al sector público que desarrollamos con INDAP nos permite acercar, a través de la formación, tareas y objetivos que fortalecen la actividad agropecuaria, explicó Doris Sandoval, directora regional de SENCE. La capacitación actualiza saberes con nuevas tecnologías y nos conecta con la realidad de cada comuna en un contexto desafiante: recuperar capacidades para producir es, literalmente, volver a tener las manos en la tierra, precisó Sandoval. El curso fue dictado por el médico veterinario Luis Vergara, con amplia experiencia en granjas avícolas: Trabajamos postura, reproducción, alimentación y cuidados durante todo el ciclo. Lo técnico importa, pero lo más valioso fue el intercambio entre participantes: cada experiencia acelera el aprendizaje. También advirtió sobre las condiciones locales: La producción aquí es exigente por los costos del alimento y la disponibilidad de aves, pero la tradición se mantiene; muchas familias incuban de forma natural y, cuando pueden, incorporan pequeñas incubadoras para asegurar consumo y, a veces, vender excedentes. María Colín, campesina e integrante de una cooperativa avícola, valoró el espacio y el trabajo asociativo. Este taller nos sirvió para ordenar el manejo y entender bien la alimentación por etapas. En la cooperativa ya hemos importado alimento en conjunto para bajar costos, y con más actividades como esta podemos crecer de manera sostenida y mejorar aún más el rubro. Según registros regionales de 2023, el universo local se mueve entre ocho y nueve mil gallinas ponedoras, lo que se traduce —a grandes rasgos— en entre 4.500 y 5.000 huevos diarios. Con una población cercana a 160 mil habitantes, la oportunidad salta a la vista, porque hay mercado, se importa huevo y prácticamente todo lo que se produce se vende a buen precio. Impulsar la producción a pequeña escala es estratégico. La gallina cierra ciclos —consume desechos orgánicos, aporta guano y entrega proteína de calidad—, nutre a las familias y permite comercializar excedentes muy valorados por la comunidad.
De a poco se va derribando ese mito de que no hay jóvenes interesados en el campo, de que la línea se cortó y que era casi un hecho irreversible. Aquí vemos gente súper comprometida, cada uno con su proyecto innovador y con una enorme capacidad de compartir y dialogar, afirmó Carlos Venegas, director del Centro de Educación y Tecnología (CET). Para Venegas, ahí está el corazón del proceso. Con los estímulos adecuados y apoyo en formación e inversiones —sostiene—, este núcleo de jóvenes puede demostrar que la agroecología es una oportunidad real de negocio: no solo ecología o protección de los recursos, sino también generación de ingresos, restauración de suelos, adaptación al cambio climático y puesta en valor de los conocimientos tradicionales a través de nuevas generaciones rurales. Fue una travesía intensa de cuatro días para jóvenes de Huillinco, Punotro, Pichi Parga, Caleta Tortel, Cochrane, Chile Chico y otros rincones del sur. El recorrido partió en Puerto Natales, continuó en el Centro Experimental INIA Kampenaike y concluyó en parcelas ubicadas al sur de Punta Arenas, donde conocieron experiencias hortícolas, ganaderas y de turismo rural. En cada parada fueron hilando un tejido de soluciones compartidas para producir en climas extremos: lo que resulta en un invernadero de Los Lagos se prueba en Aysén; las estrategias de Magallanes para enfrentar el viento y la falta de agua se anotan para otros territorios. Las cifras refrendan esa energía. En Los Lagos hay más de 2.700 jóvenes usuarios de INDAP (casi el 10% del total); en Aysén son cerca de 400 (alrededor de un tercio); y en Magallanes, unos 50 (también cerca del 10%). Detrás de esos números hay proyectos que mezclan negocio, arraigo territorial y cuidado del medioambiente, con la agroecología como horizonte común. Gonzalo Castillo, representante de la Mesa de Jóvenes Rurales de Magallanes y vocero nacional, abrió las puertas de su predio hortícola, ubicado a pocos metros del Hospital Clínico, un espacio que resiste a la voracidad de la ciudad y demuestra que la agricultura también puede enraizar en la periferia urbana. Tras el recorrido, ofreció una degustación de productos a base de ruibarbo y presentó a su abuelo de 96 años, junto con recordar a su abuela, Marina Ojeda, fallecida y ex dirigenta de INDAP, a quienes reconoce como pilares del impulso hortícola de su familia. Desde ese lugar sintetizó el sentido del encuentro. Valoró que jóvenes de Aysén y Los Lagos conocieran experiencias locales y se acercaran a la identidad campesina magallánica. Ojalá se lleven eso: no solo la producción hortícola y ganadera, sino la historia y la tradición de la agricultura familiar campesina, afirmó, recalcando que, en una región que produce apenas cerca del 10% de sus alimentos, lo que falta por producir es una gran oportunidad para seguir fortaleciendo la agricultura. Mensajes de los jóvenes rurales Los testimonios de los propios participantes dibujan el mapa de esta macrozona sur que se abre camino entre el viento, la lluvia y la nieve. Jonathan Landeros, de caleta Tortel (Región de Aysén), se dedica al turismo rural y al trabajo forestal, continuando el legado familiar ligado al envío de madera de ciprés hacia Magallanes. Administra un refugio turístico con trekking, avistamiento de flora, fauna y hongos, y pesca deportiva. Para mí este encuentro fue una tremenda experiencia. Conocer a otros jóvenes que tienen tanto amor por el campo y por trabajar la tierra. Hacer nuevos lazos nos fortalece y nos ayuda a difundir lo linda que es la vida en el campo, comentó. Desde la comuna de Currante, en la Región de Los Lagos, Oscar Melián puso el acento en el aprendizaje técnico y la identidad compartida. Lo más valorable ha sido el intercambio de experiencias y conocer cómo están trabajando los jóvenes en Magallanes, su identidad y las características de esta zona. A pesar del viento, el clima y la geografía, están muy entusiasmados por seguir en el campo y continuar el legado de sus padres, explicó. Y agregó: Las tres regiones tenemos similitudes en el clima y los rubros. Ver cómo acá enfrentan desafíos como la sequía o el trabajo con el viento nos ayuda a replicar esas soluciones. Ha sido muy enriquecedor en la parte técnica y de innovación. Desde el mundo público, la evaluación también fue categórica. La Seremi de Agricultura de Magallanes subrayó que estos cuatro días demostraron cómo, desde la zona más austral, la experiencia, la tradición y el esfuerzo de los jóvenes pueden irradiar al resto del sur. Conocer de primera fuente la realidad de los jóvenes rurales de Punta Arenas y Puerto Natales —y cómo han desafiado el déficit hídrico para producir hortalizas frescas en un territorio extremo—, recalcó, es clave para fortalecer la transferencia de conocimientos en el marco de las políticas y programas del gobierno, a través del Ministerio de Agricultura y de INDAP, especialmente en las zonas más australes. El director regional de INDAP Magallanes, Gabriel Zegers, enfatizó que el encuentro sur austral condensa años de trabajo de las mesas de jóvenes y del propio servicio para tejer redes de cooperación entre quienes están levantando el campo de los próximos treinta años. Señaló que hoy cobra cada vez más fuerza lo que definió como la autonomía en colaboración de las organizaciones rurales, y añadió que, como gobierno del Presidente Gabriel Boric, se sienten orgullosos de haber sido un engranaje para que esa articulación sea una realidad. Al cierre de la jornada, nadie se fue igual. Los participantes partieron más convencidos de que el vínculo entre las personas y la tierra implica una doble responsabilidad: producir alimentos sanos y, al mismo tiempo, cuidar el entorno que los hace posibles. Desde Magallanes se llevaron algo más que técnicas y experiencias: se llevaron su bandera como símbolo de una identidad rural que hoy entrelaza a Los Lagos, Aysén y la región más austral, y que empieza a reconocerse como una sola macrozona sur decidida a darle futuro a la agricultura.
El Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) de Magallanes y Espacio Urbano Pionero formalizaron un convenio de colaboración que consolida el trabajo conjunto que, desde hace al menos dos años, ha permitido que agricultoras locales comercialicen sus productos en uno de los polos comerciales más importantes de Punta Arenas. Con esta firma se da el puntapié oficial a la temporada de la red de Mercados Campesinos de INDAP en Magallanes, una estrategia que busca desplegarse en distintas comunas y sectores de la ciudad para que más familias accedan a alimentos frescos, de origen conocido y producidos por la agricultura familiar campesina. Uno de los puntos más relevantes funciona precisamente en Mall Espacio Urbano Pionero, que se proyecta como nodo clave de esta red, llamada a sumar nuevos espacios y ferias campesinas a lo largo del territorio. De viernes a domingo, entre las 10:30 y las 16:00 horas, doce campesinas usuarias de INDAP se instalan en el recinto con hortalizas frescas —lechugas, acelgas, repollos, rúcula, espinacas y ciboulette— además de zanahorias, papas, ajos, betarragas, huevos de campo, hierbas, plantas y algunos productos procesados de pequeña escala. Son alimentos sanos, de temporada, que muchas veces se cosechan el mismo día en sus huertas y predios y llegan directamente desde el campo a la mesa de las familias magallánicas. Detrás de estos alimentos hay años de trabajo y capacitación. A través de los programas de INDAP, las agricultoras han fortalecido prácticas agroecológicas, incorporando manejos más sostenibles del suelo, uso responsable del agua, rotación de cultivos, control biológico de plagas y reciclaje de residuos orgánicos, entre otras acciones que permiten producir alimentos de calidad, con menos químicos y con fuerte arraigo en el territorio. Este mercado es el resultado de un trabajo largo, de muchas capacitaciones y del apoyo constante de INDAP. Para nosotras es muy importante que el mall confíe en la agricultura campesina y nos abra las puertas para mostrar lo que producimos en Magallanes, destacó Patricia Delgado, dirigenta campesina. En la misma línea, Rosa Cárdenas, también dirigenta campesina, subrayó que aquí la gente puede mirar a los ojos a quien siembra, cosecha y trae los productos. Eso genera confianza, ayuda a valorar el trabajo del campo y nos permite seguir sosteniendo a nuestras familias con precios justos. El convenio establece que Espacio Urbano Pionero seguirá facilitando, de manera gratuita y en coordinación con INDAP, espacios de alto flujo para la instalación de ferias y puntos de venta de Mercado Campesino, así como actividades de difusión sobre origen de los alimentos, alimentación saludable y patrimonio agroalimentario regional. INDAP, por su parte, coordinará la participación de las y los agricultores, resguardará el cumplimiento de las normas sanitarias y apoyará acciones de promoción que fortalezcan la venta directa y el vínculo entre productores y consumidores. Como INDAP Magallanes queremos que las familias campesinas tengan cada vez más y mejores espacios para ofrecer sus productos directamente al consumidor, sin intermediarios, con precios justos y con la calidad que caracteriza a nuestra agricultura regional. Este convenio con Espacio Urbano Pionero nos permite acercar la huerta al carro de compras, reforzar la soberanía alimentaria y, al mismo tiempo, visibilizar el enorme esfuerzo que hay detrás de cada lechuga, cada tomate y cada huevo que llega a la mesa de las familias magallánicas, señaló el director regional de INDAP, Gabriel Zegers. Gracias a esta colaboración nos consolidamos como un socio clave de INDAP, ofreciendo un punto de comercialización directo y estable que acerca la huerta al carro de compras y apoya la economía local. Con este acuerdo aseguramos la continuidad del Mercado Campesino durante todo el año, para que nuestros vecinos sigan encontrando aquí productos frescos, de origen conocido, y para que más Mercados Campesinos se vayan consolidando en Magallanes, señaló Freddy Tapia, encargado del Mall Espacio Urbano Pionero.
En un paréntesis de buen tiempo, en medio de una primavera que aún se resiste a llegar, jóvenes campesinos de Los Lagos, Aysén y Magallanes dieron inicio en Puerto Natales a un encuentro que es mucho más que una gira técnica: se trata de poner sobre la mesa problemas similares, objetivos comunes y una apuesta clara por el trabajo asociativo, el intercambio de experiencias y la construcción de alianzas para seguir produciendo alimentos en el extremo sur de Chile, donde el clima aprieta y la soberanía alimentaria sigue siendo un desafío abierto. Hasta la jornada, organizada por la Mesa de Jóvenes Rurales bajo el alero de INDAP, llegaron una veintena de campesinos de territorios diversos pero con climas y desafíos parecidos. Sectores rurales de Chonchi, San Juan de la Costa, Maullín, Fresia y Purranque en la Región de Los Lagos, junto a localidades emblemáticas de Aysén como Caleta Tortel, Puerto Sánchez, Puerto Tranquilo, Cerro Castillo, Mallín Grande, Chile Chico, Cochrane y sus alrededores. Zonas frías, de estaciones marcadas, donde producir hortalizas y asegurar forraje para el invierno es siempre una carrera contra el tiempo. El acto de inicio fue encabezado por el delegado presidencial provincial de Última Esperanza, Guillermo Ruiz, quien destacó el sentido del encuentro. Cuando los jóvenes del campo se organizan y se miran como región, también están pensando el futuro del territorio. A su lado, el director regional de INDAP Magallanes, Gabriel Zegers, subrayó el compromiso del servicio. Nuestro rol es acompañar estos procesos, entregar herramientas y abrir espacios para que la juventud rural tenga proyección y siga produciendo en el extremo sur. Intercambio de experiencias La primera parada fue una experiencia de hidroponía que, en pocos años, pasó de un solo invernadero a más de una docena en producción. Allí los jóvenes conocieron sistemas para ganarle al invierno, hortalizas que crecen bajo techo, resguardadas del viento y la escarcha, y soluciones como el uso de agua de lluvia acumulada en sistemas de guateros asociados a las canaletas. Anotaciones en libretas, celulares y preguntas técnicas dieron cuenta del interés por adaptar estas innovaciones a cada realidad local. Desde Magallanes, la Mesa de Jóvenes Rurales —a través de su representante Gonzalo Castillo— enfatizó el sentido de estos días de trabajo conjunto. Queremos mirar el sur como una sola macrozona, compartir lo que estamos haciendo en horticultura, ganadería y turismo rural, y construir una ruta común para producir en tiempos de cambio climático sin perder el trabajo de las generaciones que nos anteceden. Por la tarde, la gira continuó hacia la cooperativa Ñuke Mapu, donde la producción se combina con un fuerte componente educativo y comunitario. Un predio que funciona como sala de clases al aire libre, abierto a escuelas, vecinos y organizaciones. Desde allí surgió la idea de que estos encuentros también pueden servir para impulsar futuras alianzas y, a mediano plazo, políticas públicas específicas para las zonas extremas. Ahora la delegación continúa con visitas a INIA Kampenaike y a predios de usuarios y usuarias de INDAP en Punta Arenas y alrededores. Más allá del recorrido, el objetivo es claro: consolidar una red de jóvenes rurales del sur que, en territorios extremos, apuestan por producir alimentos sanos, respetar a quienes abrieron camino y asumir que la soberanía alimentaria del extremo sur también depende de ellos.
En el marco del programa Gobierno en Terreno, la Delegación Presidencial Provincial de Última Esperanza desarrolló una nueva jornada de atención ciudadana en el sector de Los Huertos Familiares de Puerto Natales, el sábado último, instancia que contó con la participación del seremi de Obras Públicas, José Luis Hernández, y diversos servicios públicos. El encuentro, realizado en la sede de la Junta de Vecinos N°11, permitió acercar la oferta pública a la comunidad y recoger las principales inquietudes de las y los habitantes, especialmente en torno al estado de los caminos del sector. “Nos encontramos en el sector de Huertos, en la Junta de Vecinos número 11. Estamos acá principalmente para explicar lo que está pasando con el tema de los caminos, que es la principal preocupación de los vecinos hoy en día. Ya hemos instruido a la empresa contratista a cargo del proyecto de agua potable rural a regularizar el camino 2, que presenta el mayor deterioro, con plazo entre el 30 de octubre y el 9 de noviembre. Si no se cumple, aplicaremos las multas correspondientes. Además, fiscalizaremos diariamente los trabajos comprometidos”, explicó el seremi de Obras Públicas, José Luis Hernández, quien además destacó que los demás caminos del sector están siendo conservados mediante contratos vigentes de la Dirección de Vialidad. El seremi agregó que se están realizando labores de conservación y bacheo en la Ruta I-315 y en el cruce de la Ruta 9 con avenida Última Esperanza, en coordinación con el sindicato de automovilistas, para apoyar la próxima realización de la tradicional carrera automovilística “Las 3 Horas de Puerto Natales”. “Nos hemos colocado a disposición para contribuir a que esta competencia, tan emblemática para la provincia, vuelva a realizarse en buenas condiciones”, sostuvo Hernández. Por su parte, el delegado presidencial provincial, Guillermo Ruiz Santana, valoró la participación activa de las vecinas y vecinos y la presencia de los distintos servicios públicos, entre ellos CONADI, SAG, CONAF, INDAP y el Servicio de Impuestos Internos, destacando el espíritu de diálogo y compromiso mostrado durante la jornada. “Nos hemos trasladado al sector de Huertos Familiares, específicamente a la Junta de Vecinos N°11, en una nueva jornada de Gobierno en Terreno, acercando los servicios públicos a las personas. Además, hemos sostenido un diálogo con el seremi de Obras Públicas y con la comunidad para atender sus inquietudes respecto del estado de los caminos del sector. Quiero destacar la voluntad y buena disposición del seremi, así como el interés y compromiso de los vecinos para avanzar en soluciones conjuntas”, señaló Ruiz Santana. Asimismo, la autoridad provincial informó que la Delegación ha enviado oficios al Ministerio de Obras Públicas para evaluar la factibilidad de un sistema de alcantarillado para el sector y la realización de un estudio hidrogeológico de las cuencas de agua que afectan a la zona en épocas de lluvia. “Como Gobierno del presidente Gabriel Boric, seguimos trabajando por el bienestar de las familias que habitan este importante sector de la comuna de Natales, buscando soluciones concretas y sostenibles para mejorar su calidad de vida”, concluyó el delegado.