Más de 200 competidores desafiaron las inclemencias del clima de la Patagonia en el Biatlón Solsticio de Invierno organizado por la Municipalidad de Torres del Paine, el evento deportivo se realizó el día sábado 21 de junio y reunió a deportistas de distintos puntos de la región de Magallanes y de la provincia de Santa Cruz, Argentina. 40K, 50K y 60K, fueron las distancias recorridas en las diversas modalidades de la competencia, algunos en solitario realizando bicicleta y trote, otros en dupla mujeres o varones y de manera mixta. Si bien en esta oportunidad no había nieve en la ruta, si se produjo precipitaciones de aguanieve y fuertes vientos durante el trayecto, lo que entregó mayor dificultad tanto a ciclistas como atletas. La alcaldesa Anahí Cárdenas manifestó que “esta prueba cada vez va sumando más participantes, este año llegamos a 217, por eso se han ido incorporando cosas para mejorar el evento, ahora también hicimos una encuesta para que nos hagan sugerencias que se puedan implementar en la versión 2026, siento que es una prueba muy empoderada, muy nuestra, ya son 17 años que se viene realizando y tiene lo especial del clima que la hace más atractiva”.
Este viernes 20 de junio marca el Solsticio de Invierno en el hemisferio sur, “el día más corto del año” y una fecha cargada de simbolismo en diversas culturas. En este contexto, se aproxima una de las celebraciones más enigmáticas del calendario popular: la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de junio. Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes (UANDES), explica que esta jornada combina elementos del cristianismo -el nacimiento de San Juan Bautista- con antiguas tradiciones paganas ligadas a los ciclos del sol y la naturaleza. “Se va mezclando una celebración cristiana con festividades que tienen una vinculación directa con el solsticio, ya sea de verano o de invierno, dependiendo del hemisferio”, señala. En el hemisferio norte, la Noche de San Juan se celebra con hogueras y rituales de luz, como una forma de invocar protección, abundancia y renovación. En el sur, en cambio, y especialmente en Chile, las tradiciones han adoptado un carácter más rural y ligado a la tierra. “En el campo chileno, hay creencias populares que se mantienen vivas, como esperar que una higuera dé frutos durante la noche, o pararse bajo ella en busca de señales sobre el futuro. También están los ritos que ha documentado el folclorista Orestes Plath, como el de las papas debajo de la cama para augurar lo que viene”, comenta La Torre. Trascendencia cultural Más allá del misterio o la superstición, la Noche de San Juan persiste como una expresión cultural viva, que refleja la forma en que distintas generaciones han intentado dar sentido a los ciclos de la naturaleza y a sus propios anhelos. “En una época del año marcada por la oscuridad del invierno, esta celebración invita a encender pequeñas luces de esperanza, a través de rituales, creencias y tradiciones que nos conectan con la tierra, con la historia y con lo más profundo de la identidad popular chilena”, concluye el historiador.
Más de 200 competidores desafiaron las inclemencias del clima de la Patagonia en el Biatlón Solsticio de Invierno organizado por la Municipalidad de Torres del Paine, el evento deportivo se realizó el día sábado 21 de junio y reunió a deportistas de distintos puntos de la región de Magallanes y de la provincia de Santa Cruz, Argentina. 40K, 50K y 60K, fueron las distancias recorridas en las diversas modalidades de la competencia, algunos en solitario realizando bicicleta y trote, otros en dupla mujeres o varones y de manera mixta. Si bien en esta oportunidad no había nieve en la ruta, si se produjo precipitaciones de aguanieve y fuertes vientos durante el trayecto, lo que entregó mayor dificultad tanto a ciclistas como atletas. La alcaldesa Anahí Cárdenas manifestó que “esta prueba cada vez va sumando más participantes, este año llegamos a 217, por eso se han ido incorporando cosas para mejorar el evento, ahora también hicimos una encuesta para que nos hagan sugerencias que se puedan implementar en la versión 2026, siento que es una prueba muy empoderada, muy nuestra, ya son 17 años que se viene realizando y tiene lo especial del clima que la hace más atractiva”.
Este viernes 20 de junio marca el Solsticio de Invierno en el hemisferio sur, “el día más corto del año” y una fecha cargada de simbolismo en diversas culturas. En este contexto, se aproxima una de las celebraciones más enigmáticas del calendario popular: la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de junio. Raúl La Torre, historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de los Andes (UANDES), explica que esta jornada combina elementos del cristianismo -el nacimiento de San Juan Bautista- con antiguas tradiciones paganas ligadas a los ciclos del sol y la naturaleza. “Se va mezclando una celebración cristiana con festividades que tienen una vinculación directa con el solsticio, ya sea de verano o de invierno, dependiendo del hemisferio”, señala. En el hemisferio norte, la Noche de San Juan se celebra con hogueras y rituales de luz, como una forma de invocar protección, abundancia y renovación. En el sur, en cambio, y especialmente en Chile, las tradiciones han adoptado un carácter más rural y ligado a la tierra. “En el campo chileno, hay creencias populares que se mantienen vivas, como esperar que una higuera dé frutos durante la noche, o pararse bajo ella en busca de señales sobre el futuro. También están los ritos que ha documentado el folclorista Orestes Plath, como el de las papas debajo de la cama para augurar lo que viene”, comenta La Torre. Trascendencia cultural Más allá del misterio o la superstición, la Noche de San Juan persiste como una expresión cultural viva, que refleja la forma en que distintas generaciones han intentado dar sentido a los ciclos de la naturaleza y a sus propios anhelos. “En una época del año marcada por la oscuridad del invierno, esta celebración invita a encender pequeñas luces de esperanza, a través de rituales, creencias y tradiciones que nos conectan con la tierra, con la historia y con lo más profundo de la identidad popular chilena”, concluye el historiador.