16 de septiembre de 2010
Doce años antes de la firma del tratado que congelaría las reclamaciones territoriales en la Antártica, Chile levantaba su primera base, en la isla Greenwich (latitud 62º 30 S y longitud 59º 41 W). Aquella construcción semicircular de 89 m2 era, de hecho, una de las primeras instalaciones en la Antártica, honor que comparte con la Wordie House que los británicos armaron en enero de ese mismo año, 1947. Originalmente la base se llamó Soberanía y antecedió en un año a la base OHiggins. En la sesión del 8 de septiembre, el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la declaración de la base Prat como Monumento Histórico Nacional. Esta declaración se aplica a la actual base y no incluye sus restos originales, que serán destinados a un Museo Histórico en cuyo desarrollo colaborarán el Instituto Antártico Chileno (INACH), el Gobierno Regional de Magallanes y la Armada.
La solicitud fue presentada inicialmente por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, y fue apoyada por la Armada de Chile, la Dirección de Medio Ambiente, Antártica y Asuntos Marítimos del Ministerio de Relaciones Exteriores y el INACH, que, en el ámbito de sus obligaciones y facultades concernientes a la difusión del patrimonio antártico, efectuó la presentación en representación de todas las instituciones patrocinantes, haciendo notar la conveniencia de que todas las estructuras y monumentos existentes en la base estuviesen cubiertos por la protección del Consejo. Ello incluye, además de la base actual y, como primera prioridad, los restos de la antigua base que serán destinados a un museo histórico y los monumentos ya incluidos en la Lista de Sitios y Monumentos Históricos del Tratado Antártico (un monolito que marca el inicio de los trabajos hidrográficos de la Armada, el refugio y cruz con placa en memoria del Comandante González Pacheco que falleció siendo Jefe de Base, el busto de Arturo Prat, la cruz de madera y la estatua de la Virgen del Carmen).
Se hizo entrega al Consejo de las Directrices para la designación y protección de Sitios y Monumentos Históricos en la Antártica, adoptadas como instrumento de gestión del patrimonio antártico por la Reunión Consultiva del Tratado Antártico por iniciativa de Chile. La Jefe del Departamento Antártico de la Dirección de Medio Ambiente, María Luisa Carvallo, después de consultar con la Armada y el INACH, hizo presente que el rigor del clima antártico imponía una tarea de constante reparación y acondicionamiento de las instalaciones en la Antártica por lo que debería eximirse a la Base Prat de la obligación de consultar estos trabajos, para estos efectos, al Consejo, ya que no afectan su diseño arquitectónico. Además, sugirió que debería ser eximido de la protección histórica el equipo de la Estación Científica Marina que es parte de un acuerdo entre la Universidad Católica del Norte y el INACH, considerando que estas instituciones pueden contemplar su traslado a otra ubicación. Finalmente, el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó, en la sesión del 8 de septiembre, la declaración de monumento nacional, para cuya entrada en vigor el Ministerio de Educación deberá dictar el decreto correspondiente.
Después de algunas ampliaciones, la superficie actual de la base Prat es de 1.380 m2. A la función de soberanía con la que fue creada y que se refleja en aquel primer nombre, pronto se sumó el apoyo a estudios medioambientales y meteorológicos, de posicionamiento marítimo y seguridad. La Universidad Católica del Norte instaló la estación señalada para estudiar la dinámica del medio marino y sus ciclos anuales, en particular la incidencia de factores tales como la temperatura y la luz que, entre otros, determinan fuertemente la vida en las aguas polares.
La estación dejó de operar el año 2004, con el cierre de la base. Pero el creciente interés internacional por averiguar el estado de los ecosistemas y develar los efectos sobre la biodiversidad debidos al reciente y rápido cambio climático en la región de la península Antártica (una de las tres áreas del planeta que se ha calentado más rápidamente en los últimos 60 años), puede abrir una nueva posibilidad para la ciencia en la Base Prat.
El Dr. Ricardo Jaña, glaciólogo del INACH, está preparando un proyecto para instalar allí un Laboratorio de Ciencias Marinas Antárticas. Este laboratorio proporcionará el soporte tecnológico necesario para la experimentación con organismos marinos vivos, el desarrollo de análisis de laboratorio en las cercanías del lugar de recolección de las muestras y la toma de parámetros ambientales; podremos observar un ecosistema marino único sometido a la presión del cambio global, comenta Jaña.
En relación al sistema político, un 43% cree que la reforma más importante es reducir el número de parlamentarios, seguida por limitar la excesiva cantidad de partidos políticos.
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