18 de mayo de 2013
En el extenso vocabulario recogido en el diccionario de la Real Academia Española podemos encontrar muchas curiosidades. Entre ellas, las palabras más largas electroencefalografista, con 23 caracteres o los vocablos cotidianos que son marca registrada por ejemplo, jacuzzi. Por supuesto, también hay un hueco para las «palabras feas», bien sea por su significado o por la unión de letras que no suenan del todo bien a nuestro oído.
Internet es un hervidero de foros sobre cuáles son las expresiones menos agraciadas del castellano. De hecho, se puede encontrar un grupo en Facebook dedicado a esta temática. Y parece que las opiniones son de lo más variopintas. Para la realización de este artículo sin validez científica alguna se seleccionaron las palabras que los internautas solían destacar como malsonantes. Con ellas, se elaboró una encuesta sobre cuáles eran, de entre las opciones, los vocablos más feos. ¿El resultado? Muy llamativo. En la primera posición del ranking aparece «seborrea» 39 por ciento de los votos, un término que además de no sonar agradable conlleva un significado aún menos apetecible.
La medalla de plata se la lleva «boñiga» 21 por ciento, seguida muy de cerca por otro vocablo que también se escribe con «ñ»: gurruño 20 por ciento. Sin esta letra propia del castellano, aparecen varias de palabras que hacen referencia a enfermedades: escorbuto, colitis, diarrea o prurito están entre ellas. También términos relativos al organismo se hacen un hueco: sobaco, carraspera, inguinal y ganglio.
Pero no todas las palabras están relacionadas con aspectos poco saludables o referentes al cuerpo humano. Los encuestados quisieron añadir a la lista proporcionada algunos términos que no aparecían en el ranking y que consideraban malsonantes. «Catacumba», «petulante» y «recoveco» también quedan recogidos entre algunos de los vocablos elegidos por los internautas como los más cacofónicos del castellano.
Internet es una fuente inagotable de todo tipo de curiosidades. Por ello, en nuestro habitual recorrido por lo más destacado de la red hoy queremos compartir un artículo publicado en el blog «La piedra de Sísifo», que seguro que hará las delicias de los aficionados a los populares juegos de mesa consistentes en formar palabras.
Se trata de una recopilación con algunas de las palabras más largas del mundo, extraídas del libro «Listamanía» y que está encabezada por«Lopadotemachoselachogaleokranioleipsanodrimhypotrimmatosilphioparaomelitokatakechymenokichlepikossyphophattoperisteralektryonoptekephalliokigklopeleiolagoiosiraiobaphetraganopterygon», un vocablo de 182 letras en griego antiguo, que fue inventado con fines humorísticos por el escritor Aristófanes, para designar una comida ficticia.
El siguiente sustantivo, ya real, de este particular ranking, tiene 130 letras, pertenece al sueco y significa «Artillería de la costa norte del Báltico, construcción de un simulador de vuelo, sistemas de monitorización y mantenimiento y preparación de posters de comunicación»: Nodöstersjökustartilleriflygspaningssimulatoranläggningsmaterielunderhallsuppföljningssy-stemdiskussionsinläggsförberedelsearbeten.
«Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuaki-tanatahu», es un topónimo maorí de 85 caracteres que designa «la cumbre donde Tamatea, el hombre de grandes rodillas, el escalador de montañas, el que se traga la tierra cuando viaja, toca la flauta nasal a su amada».
Con 70 letras, la palabra «muvaffakiyetsezlestiricilestiriveremeyebileceklerimizdenmissinizcesine» es la más larga del idioma turco. Significa «por lo visto a usted no le podemos hacer fracasar fácilmente».
El alemán, también posee vocablos eternos y de pronunciación imposible, como «DONAUDAMPFSCHIFFFAHRTSELEKTRIZITÄTENHAUPTBETRIEBSWERKBAUUNTERBEAMTEN-GESELLSCHAFT». Sus 80 letras designan la «asociación de funcionarios de una naviera que operaba en el Danubio antes de la primera guerra mundial».
«LLANFAIRPWLLGWYNGYLLGOGERYCHWYRNDROBWLLLLANTYSILIOGOGOGOCH» es la forma de designar una estación galesa cuya traducción es «Iglesia de Santa María, en el hueco del avellano blanco, cerca del hidromasaje rápido y la iglesia de San Tysilio de la cueva roja» en 58 caracteres, mientras que «Chargoggagoggmanchauggagoggchaubunagungamaugg», con 45 letras, da nombre a un lago de Massachusetts que podría traducirse como «lugar fronterizo de pesca, zona de encuentro neutral».
Esta peculiar lista de palabras inmensas y casi impronunciables la cierran dos vocablos en holandés de 40 letras cada uno. El primero, «Bestuurdersaansprakelijkheidsverzekering», significa «seguro de responsabilidad del conductor», mientras que el otro, «Kindercarnavalsoptochtvoorbereidingswerkzaamheden», no es más que el empleado para referirse a la «preparación de una cabalgata infantil para carnaval».
Para quien se pregunte cuál es la palabra más larga del castellano, diversas fuentes apuntan que, aunque existen numerosas formas compuestas que la superan, con sus 23 letras «electroencefalografista» es el vocablo más extenso de todos los incluidos en el Diccionario de la Real Academia Española.
Aunque existe un aforismo que señala que un idioma pertenece a quien lo habla, es cierto que gran parte de las palabras o expresiones que usamos a diario tienen propietario. Algunas proceden de marcas registradas que gracias a su popularidad han acabado vulgarizándose y dando nombre al producto genérico que representan. Otras, en cambio, son palabras de uso común que, con gran pillería, algunas corporaciones han inscrito a su nombre.
En el blog «Cooking Ideas» nos proponen diez ejemplos de palabras de uso habitual sujetas a copyright:
1.-Superhéroe: Este vocablo usado para definir a cualquier héroe de cómic que posee capacidades sobrehumanas es propiedad al 50 por ciento de las editoriales estadounidenses Marvel y DC Comics. El término fue inventado en un serial radiofónico en 1917 y registrado por las editoriales en 1979. Eso ha obligado a sus competidores a emplear expresiones alternativas como metahumanos, superhumanos o mutantes.
2.-Olímpico: Juegos Olímpicos sólo hay unos y por eso este adjetivo de origen griego es propiedad del Comité Olímpico Internacional que ha llegado a perseguir legalmente el uso de la palabra o su derivado Olimpiada en el nombre de cualquier competición alternativa.
3.-Jacuzzi: La empresa Jacuzzi Brand Corps es la responsable y principal perjudicada de que su marca haya pasado a designar a cualquier bañera de hidromasaje. Tanto la empresa como las bañeras deben su nombre alos siete hermanos Jacuzzi, que inventaron y comenzaron a fabricar y vender este tipo de bañeras en 1917.
4.-Felicidad: La felicidad, al menos en su traducción al inglés como joy, es propiedad del gigante alimenticio suizo Nestlé desde que decidió asociar esa palabra a algunos de sus productos. Y registrarla.
5.-J.R.R. Tolkien: Aunque parezca increíble, las iniciales del autor de El Señor de los Anillos son una marca registrada por la compañía que gestiona los derechos de sus obras literarias. Los abogados de esta empresa, gestionada por los hijos y nietos del escritor británico, se encargan celosamente de evitar que el nombre del creador de Frodo Bolsón sea tomado en vano en toda clase de libros o artículos.
El sufijo japonés zilla, los Marines Espaciales, juegos como el yo-yo o el ping pong y los populares táperesson el resto de vocablos que completan esta curiosa lista de palabras.
(Publicado en abc.es)
El hombre sufrió serias lesiones en una de sus extremidades durante una maniobra, lo que obligó a una evacuación de emergencia coordinada por la Capitanía de Puerto de esta aislada localidad de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena.
El hombre sufrió serias lesiones en una de sus extremidades durante una maniobra, lo que obligó a una evacuación de emergencia coordinada por la Capitanía de Puerto de esta aislada localidad de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena.