LAS TETAS AFRICANAS

Artículo publicado en el blog “el armario de Yaiví” (yaivi.blogspot.com), de Bella Agossou, una beninesa (de Benín, país del África Occidental antes conocido como Dahomey), radicada en Cataluña.
Las tetas africanas en su morfología no gozan de la misma reputación que las nalgas africanas. Mientras que corre un rumor más que cierto sobre la turgencia de aquellas nalgas con personalidad propia, para las tetas, parece que ya nada se pueda hacer. Los documentales y las legendarias expediciones de aquellos blancos a los que les gusta el África más profunda, han hecho mucho daño, hundiendo la fama de las tetas africanas en el resto del mundo.
Desde tiempos inmemorables, la única imagen que se han dado de esas tetas es la de flacidez, de decaimiento hasta la rodilla, y de una fealdad desilusionadora. Una difamación exagerada que sólo busca mostrar la dura vida de la realidad africana. Pero lo que la gente olvida es que no todo es flacidez, laxitud y decaimiento.
Las tetas en África, símbolo de madurez y de feminidad tienen como función principal el nutrir a los retoños, dejando en segundo plano el hecho de que la mujer pueda encontrar placer con sus tetas. Pero, en África como en todas partes, donde haya un par de tetas, que se quite lo demás.
¿Qué es lo que no han hecho un par de tetas?
Desde la noche de los tiempos, las tetas han sido el centro de hechos destacados y de acontecimientos sensacionales… Hemos visto reyes implorando humildemente ante un par de senos; Grandes hombres que se han vuelto pequeños y que han perdido la razón. Ha habido invencibles guerreros, que han abandonado todo, sólo por un par de tetas negras, dejándose llevar por un destino incierto. Lobos que se volvieron gatos delante de unas tetas negras y pequeñitas. Reyes desentendiéndose de todo un reino para los senos de aquella princesa del Dahomey que se llamaba la princesa pantera…
Gente que ha vendido su alma, renunciando a todo para seguir gozando de la proximidad de estos dos glóbulos resbaladizos y ladinos, a veces y dulces y golosos otras veces… Todo esto, no lo consiguen tetas negras flácidas.
Antes de empezar, y como siempre en los escritos de este tipo, quiero que el lector objetivo, correcto y fiel a sus principios, no intente recrearse, ni regocijarse en las imágenes de dichas tetas.
Las tetas africanas no sólo son flácidas. Flácido favor nos haríamos si negáramos la existencia los otros tipos de tetas… Las hay de todas las formas y de todos los tipos.
La teta palangana: Este tipo de tetas es muy común en África. También se llaman “lolos”. Es la típica teta de mujeres entradas en carne. La teta palangana, es enorme. Ocupa toda la delantera de la ropa, sin dejar espacio para un centímetro de aire. Es la personificación idónea de un buen escote africano. Es grande y agradable al tacto y visualmente muy hipnótica con sus movimientos acompasados con el ritmo de las nalgas al caminar… Es muy fácil perderse en ellas. La teta palangana ha hecho perder el norte a reyes y a guerreros. Es la teta madre. Una teta rebelde que busca protagonismo. Una teta que da ganas de aplaudir a su paso.
La teta papaya: Este tipo de teta, es la que hace perder el juicio. La teta papaya, para quien no conoce la papaya es engañosa porque parece flácida en su parte superior y muy turgente en la base. Una turgencia que da ganas de recoger la papaya y morderla en su base más jugosa, hincando los dientes y dejándose llevar por las aromas de aquella fruta…
La teta guayaba: Es conocida en Europa como la “teta limón” y aunque la gente no se lo crea, este tipo de teta ha hecho más estragos que muchos otros. La teta guayaba es pequeñita, dura y tiene un carácter que no deja lugar a ñoñerías. Busca compañía fuerte, vigorosa y briosa. Pusilánimes, abstenerse. Dura por fuera aunque rojiza y dulce por dentro, la teta guayaba crea adicción.
La teta sika: Es la teta por excelencia. “Sika” quiere decir “oro”. Es la teta de oro. También llamada teta de blanca es la típica teta redonda y firme de tamaño medio. No tiene nada de especial si no es que los negros nos pensamos que la teta de blanca no se cae nunca, sino que se queda toda la vida redonda a pesar de la fuerza de la gravedad y las durezas de la vida. No tiene ningún otro merito que el de una teta estándar. Muchos en África la admiran, aunque, ¿quién quiere una teta sika, pudiendo tener una teta palangana?
La teta botella: Tiene vida propia. Se erige recta y puntiaguda. Sale a muy temprana edad y en su morfología se parece a una botella con su aureola gruesa y su pezón aún más salido. La teta botella sale recta y firme como un pepino y, de repente, un día, se cae, mirando hacia abajo como una teta suicida que tiene ganas de tirarse al vacío. Muy común en los pueblos africanos con las mujeres de antaño que prescindían del sujetador. Es una pieza de museo, un estilo de teta que ya está desapareciendo. Y aunque no lo parezca, este tipo de teta es la teta de todos los gozos.
La teta coco: Es redonda. Muy redonda. Es gorda y rechoncha, aunque dura y seca a la vez. Esa teta redonda, igual que un coco, se deja ver de una manera seria pero cuando uno se adentra, se da cuenta de que es apetitosa y golosa. No todo el mundo ha tenido la oportunidad de ver el mundo con unas tetas coco al lado. Y el que lo ha tenido es que ha sabido apreciar la parte exótica del coco.
La teta Camerún: Es un tipo de teta no muy común en África. Aunque nadie sabe porque se llama “Camerún”. Son tetas de tamaño estándar, aunque con las aureolas muy oscuras o tirando a rojo. Puede ser grande o pequeña, pero se distingue por su aureola.
La teta calabash: Es una teta redonda como la teta sika, aunque más firme y dura. Las hay en grande o en pequeña. En grande, es una clara muestra de esas mujeres benditas por la naturaleza. Estas tetas son fáciles de destapar ya que se despojan solas de la ropa. Se reconoce fácilmente porque su pezón es duro y siempre salido. Es una teta con ganas de juventud y de contienda. Es una teta risueña e ávida de vida. En pequeña, la teta calabash estira la piel que la envuelve hasta el límite. Da ganas de morderla, de rodearla y de secuestrarla.
Teta pamplemousse: Es la teta pomelo. Abombada, que demuestra juventud y bienestar. Es abombada a la base y con la aureola abombada, aunque su tacto no es duro. Parece que vaya a explotar. Su tamaño suele ser estándar.
La teta aguacate: Es una variedad de la teta papaya, aunque más pequeña. Cuando la tocas, sabes que hay algo más en su interior. Un secreto que encierra en el más profundo de su corazón. Cura muchos males. Muchos convienen en que la teta aguacate es una teta con sabor sin precedentes, pero donde haya una papaya…
La teta plátano: Es un tipo de teta larga y uniforme. La teta plátano se diferencia de la teta botella en su pezón largo y salido.
La teta revólver: Siempre parece a punto de disparar. Es pequeña y tiene el pezón tan erecto, que más de uno se ha quedado allí mirándola, sin saber qué hacer. Es pequeña, un pelín salida, mirando de cada lado y con soberbia. Es una teta altiva, arrogante y orgullosa. Esta teta ha mareado a lobos y a hombres astutos.
La teta garbanzo: Es una teta pequeña, que se pasa la vida envidiando la teta palangana. Es pequeña, muy pequeña. A penas se le ve. Aunque tiene mucha personalidad porque es todo pezón.
… Y podría seguir, pero como podéis ver no todo son tetas flácidas en África. Porque allí como en todos lados hay variedades para todos los gustos.
Y recordad que el paraíso en la tierra se encuentra a lomo de un caballo, entre las páginas de un libro y entre las tetas de una mujer, sean cuales sean…