21 de junio de 2007
Sin tener ni siquiera un nombre, el lago del fiordo Témpano -ubicado al oeste de Campo de Hielo Sur, en la Región de Magallanes-, saltó a la fama mundial una vez que su masa de agua desapareció por completo.
Hoy, cuando sólo se tiene un registro fotográfico del inusual fenómeno y mientras la Conaf prepara una expedición multidisciplinaria que promete tener en un mes una respuesta contundente, es tiempo de conjeturar sobre las causas del fenómeno y paliar en parte la curiosidad que ha despertado el hecho.
Cuando todos quieren jugar a ser geólogos, algunos atribuyen la intempestiva desaparición del agua del lago (en sólo dos meses) al calentamiento global culpable de casi todo hoy en día-, mientras que otros especulan sobre una recóndita réplica del terremoto de Aisén.
Juan José Romero, Director de Conaf de la Región de Magallanes -donde pertenecen los guardaparques que detectaron el fenómeno-, menciona algunas de las hipótesis y especulaciones que le han llegado al respecto.
Entre éstas se cuentan: Un movimiento de las placas tectónicas en la zona; una réplica del terremoto de Aisén; un rápido retroceso del glacial que secó el lago; desde luego, el calentamiento global; y que la barrera natural que contenía al lago hielo simplemente reventó.
Pero como él mismo dice, «teorías hay muchas, pero como tenemos el registro fotográfico de sólo algunas partes es muy difícil determinar lo que fue».
Fenómeno Glacial
Mirando estas fotografías, que han dado la vuelta al mundo, Sergio Sepúlveda, del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, también se atreve a formular algunas hipótesis sobre la sorpresiva desaparición del agua.
El profesional explica que lo más probable es que se trate de un fenómeno glaciológico, pues este tipo de lagos se encuentran encerrados por morrenas (una especie de muro), las que pueden romperse generando un vaciamiento del agua bastante brusco, una especie de aluvión.
«Es como un embalse de tierra con material depositado por el glacial y esa especie de muro se puede romper por infiltración del agua y si se te rompe, igual que si eso fuera un embalse, se vacía el lago que está detrás y el agua va a parar al río que está abajo y llega hasta el océano», explica el geólogo. Indica que si éste fuera el caso, debería poder encontrarse alguna evidencia aguas abajo.
Agrega que otra hipótesis es que todavía exista hielo perteneciente al glaciar por debajo de la tierra donde estaba el lago y que eso pudiera haber formado fracturas, por donde podría haber escurrido el agua. Afirma que en tal caso para dónde fue a parar el agua no sería tan evidente.
Respecto de que la causa estuviera asociada a un desplazamiento de placas tectónicas por un movimiento sísmico indica que sería «muy raro» y aun menos probable asociarlo al terremoto de Aisén, debido a la lejanía de la zona, donde «la intensidad del temblor debe haber sido muy leve». Además el fiordo Aisén y el lugar donde estaba el lago se encuentran en placas geológicas distintas, lo que hace aún más improbable dicha especulación.
Finalmente, explica que una eventual vinculación al calentamiento global sería sólo indirecta y tendría que ver con que al derretirse los hielos haya subido el nivel del agua, presionando las paredes, «pero no por el calentamiento global se va a derretir un glacial en un mes, son procesos mucho más lentos».
Por esto indica que la desaparición del lago austral es más probable que se asocie a «algún episodio de tipo catastrófico», donde la hipótesis del rompimiento de la presa «puede ser lo más plausible».
La autoridad interina, Carla Barrientos informó que la jornada comenzó con controles vehiculares, en donde se decomisó un taxímetro.
La autoridad interina, Carla Barrientos informó que la jornada comenzó con controles vehiculares, en donde se decomisó un taxímetro.