22 de diciembre de 2013
Hasta los 6 ó 9 años algunos niños creen todavía en el Viejo Pascuero. En Navidad suelen acostarse temprano para que Santa Claus entre por la chimenea sin problemas y les deje sus regalos a los pies del árbol.
Los papás hacen esfuerzos para que no se rompa la magia y los pequeños descubran que el Viejo de Pascua es sólo producto de una leyenda. Otros, en cambio, alegan que no es recomendable que los niños vivan en este mundo de fantasía y que, por lo tanto, deberían conocer la verdad desde muy chicos.
La sicóloga de la Clínica Bicentenario, Solange Miller, dice que es positivo que los niños crean en el Viejo de Pascua así como en los ratoncitos, conejitos, héroes, villanos que salen de los cuentos, porque los personajes de fantasía incentivan la imaginación en nuevas dimensiones.
La forma y estructura de las historias sugieren al niño imágenes que le servirán para estructurar sus propias fantasías y canalizar mejor su vida, dando esto por resultado una persona más sana mentalmente, asegura.
Y añade que su necesidad de creer, es una especie de protección contra la cruda realidad del mundo exterior. Por eso cuando son niños, no hay necesidad de privarlos de la magia, ilusión y fantasía.
GENEROSIDAD
La especialista señala que la imagen del Viejo de Pascua representa generosidad, protección y reconocimiento.
La Navidad es un momento de unión con los seres queridos, en donde se mezcla el cariño y la alegría. La ilusión les permite entrar en un mundo de fantasía, en donde creen que existe un ser mágico, que les brinda satisfacción más allá de los padres,
– ¿A qué edad se les debe contar que el Viejo de Pascua no existe?
– Existen varias posibilidades, no hay una edad específica y muchos de los factores externos no se pueden controlar.
La creencia puede ir desapareciendo, «entre los 5 a 6 años, ya que en este período los niños se cuestionan más las cosas, manejan más información y se insertan en medios sociales, tales como el colegio, clubs, talleres, entre otros, lo que genera que busquen respuestas concretas para explicarse sus dudas, manifiesta.
También existe la posibilidad que un niño mayor les comente y él llegue a casa preguntando para aclarar sus dudas. Dependiendo de la edad se sugiere decirle la verdad o explicarle que aunque algunos no crean, uno sí cree y que respetas la tradición.
Lo mejor es dar una explicación acorde a la edad, clara y simple. No hay una receta sobre cuál es la forma correcta de decirles la verdad. El modo en que esto se aborde va a depender de las creencias culturales y religiosas de cada familia. Siempre es bueno buscar la empatía, explicarles que uno también creyó cuando era niño, que fue muy entretenido haberlo vivido y que por lo mismo, continuaste la tradición con él, señala.
«SENTIDO DE UNIÓN»
-Hay papás que piensan que si cuentan la verdad, se acabará el espíritu navideño. ¿Cómo se puede mantener esa ilusión viva?
– Al decir la verdad, el espíritu navideño debe continuar. Generalmente, los niños siguen la costumbre, ya sea con los más pequeños o con el resto de la familia. Se transforman en colaboradores de los adultos, ayudándolos a que todo resulte y participando de otro modo, como la repartición de los regalos.
La idea es darle un sentido de unión, de compartir un momento agradable y no enfocarse solo en lo material, ya que ahora ellos también comienzan a tener otro rol dentro del núcleo familiar», completa la especialista.
El proyecto alcanza un 85% de avance y contempla la intervención completa del bandejón en torno al ícono turístico de la ciudad
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