11 de junio de 2025
En una nueva jornada del programa “Almorzando con Checho”, la comunicadora Alejandra Vera Moya, más conocida como Jana, nos transportó entre choripanes, choriquesos y el infaltable vaso de leche con plátano, al corazón del icónico Kiosko Roca, reconocido en 2012 como la mejor picada de Chile por el Consejo de Cultura a través de un concurso donde fue la misma comunidad quien votó.
Paula Abelló Harambour, actual administradora del local, nos remonta a la década de los 70, cuando su abuela lideraba este histórico negocio. En sus inicios, el local estaba ubicado a un costado de la catedral, conocido entonces como el Kiosco Plaza de Armas, nombre otorgado por su ubicación en la emblemática Plaza Muñoz Gamero, donde todos los costados comparten el mismo nombre.
Con el paso del tiempo y gracias a una minga —sí, en Punta Arenas también se hacían— el kiosco fue trasladado hasta su ubicación actual. A diferencia de las mingas chilotas, que cruzan mares, aquí se movió por tierra, con el mismo espíritu comunitario.
Entre los recuerdos que comparte Paula, aparece la figura de Alfonso “Cocho” Cárcamo, emblemático locutor y reconocido colocolino, quien, tras cada triunfo de su equipo, invitaba a los oyentes a celebrar con choripanes gratis en el Kiosko Roca. Sin embargo, curiosamente, el local se ha caracterizado siempre por estar decorado con recuerdos y colores de la Universidad de Chile, gracias a los propios hinchas que, en gesto de cariño, lo han llenado de souvenirs azules a lo largo de los años.
Hoy, tras 93 años de historia, el Kiosko Roca sigue siendo un punto de encuentro para vecinos, trabajadores, turistas, artistas, autoridades… incluso reyes. Todos llegan atraídos por el inconfundible sabor del choripán, el choriqueso y, cómo no, esa clásica leche con plátano.
Paula, hija de Silvia Harambour y nieta de Marcos y Rola, vivió por años en Ushuaia, Argentina, donde se desempeñó como musicoterapeuta durante 18 años. Fue en 2015, cuando su madre le pidió hacerse cargo del kiosko, regresando a Punta Arenas, tomando la posta de una tradición que ha cruzado generaciones, calles, ciudades y fronteras.
Para Paula, este reconocimiento no es solo un título, sino una responsabilidad diaria: la de preservar y fortalecer un lugar que ha sabido mantenerse vigente, a pesar del encarecimiento de la vida, sin perder su esencia. Porque el Kiosko Roca no es solo comida, es memoria, identidad y comunidad.
En cada choripán se siente el sabor del sur más austral, en cada leche con plátano se endulzan los recuerdos. Y así, entre risas, anécdotas y aromas, el Kiosko Roca sigue siendo ese lugar al que siempre se vuelve.
La intervención se realizó tras una denuncia por posible infracción a la Ley de Propiedad Intelectual. Un hombre de 29 años fue detenido.
La intervención se realizó tras una denuncia por posible infracción a la Ley de Propiedad Intelectual. Un hombre de 29 años fue detenido.