PROYECTAN ADQUIRIR DOS AVIONES PARA REFORZAR LOS VUELOS FACH A LA ANTÁRTICA

Un paso concreto para potenciar a Punta Arenas como puerta de entrada a la Antártica pretenden dar el Gobierno y la Fuerza Aérea de Chile mediante la compra de dos aviones con capacidad para operar al continente blanco, que además estén basados en forma permanente en esta ciudad, con una dotación asignada por la FACh.
El objetivo es «alivianar» las operaciones que realizan desde Santiago los aviones de transporte Hércules C-130, que no solo están destinados para los vuelos a la Antártica, sino también para los requerimientos en el país, e incluso al exterior.
La idea es que antes de dos años se concrete la compra de dos aviones Basler BT-67, una versión modernizada del antiguo DC-3 de fabricación estadounidense, con una inversión estimada de US$ 20 millones.
El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile, general Jorge Robles, destaca que la presencia de la FACh en el continente blanco se acerca a los 70 años. Ello ocurrió cuando el teniente Arturo Parodi sobrevoló las inmediaciones de la base Soberanía -actual base Prat-, el 15 de febrero de 1947, a bordo de un hidroavión Vougth-Sikorsky.
Desde 1979 la institución destina los aviones Hércules C-130, basados en el Grupo 10 en Santiago, para las operaciones a la Antártica. Al no estar basados en Punta Arenas, solo utilizan esta ciudad para el reabastecimiento y para faenas de carga o descarga, según corresponda. «Nosotros hacemos un mínimo de 50 vuelos al año entre Punta Arenas y la Antártica (con aviones Hércules C-130), sin contar los vuelos que hacemos en el continente antártico con aviones Twin Otter y helicópteros desde la base Frei», dice Robles.
Explica que las gestiones que se realizan con el Ministerio de Defensa para avanzar en la compra de dos aviones modernizados a partir de la plataforma del antiguo DC-3 buscan potenciar esa presencia en esas latitudes mediante frecuencias adicionales a las ya existentes.
«El disponer de estos nuevos aviones nos permitirá mantener constantemente desde Punta Arenas la conectividad con la Antártica. Estamos viendo un avión DC-3, que tiene modernización en motores y cabina que permite la continuidad de operación las 24 horas y toda la semana», afirma el jefe castrense.
En el gobierno regional se reconoce el proyecto, y la idea es que el financiamiento sea compartido con fondos del Ejecutivo y de la FACh. Con esas dos aeronaves, Magallanes podría hacer logística antártica sin depender de la llegada de los Hércules, y los Basler BT-67 podrían emplearse, además, para casos de emergencia en la región.
Modelo ideal
Alejo Contreras, guía y con decenas de expediciones en la Antártica, señala que este tipo de avión es muy práctico, porque puede operar en pistas cortas y es muy efectivo en las operaciones sobre el hielo.
Recuerda que él viajó en 1981 hasta el monte Vinson en un avión experimental DC-3 de tres turbinas, pero después surgió la modernización del aparato que derivó en el Basler BT-67, el cual es usado hoy por Alemania, Sudáfrica, Canadá y Estados Unidos. El último país en incorporarlo fue China, país que lo hizo debutar este verano volando a la península antártica.
«De Punta Arenas a la Antártica este tipo de avión demora unas cuatro horas de vuelo, un poco más que los Hércules, pero tienen harta autonomía. Se les puede instalar esquíes, y eso les permite aterrizar en planicies de hielo», opina Contreras, quien también ha ocupado este tipo de aviones como pasajero integrante de diversas expediciones.
El comandante en jefe de la FACh recalca que los Hércules C-130 seguirán operando a la Antártica debido a su mayor capacidad de carga, pero los Besler BT-67 complementarán la tarea al facilitar el traslado de carga menor y una capacidad para mover 25 a 30 pasajeros.
CONECTIVIDAD
Los Hércules C-130 llevan 37 años enlazando nuestro país con la Antártica.

ROLANDO MARTÍNEZ VERGARA

El Mercurio

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