4 de abril de 2018
ASOCIACIÓN KAUYEKEN PRESENTA LIBRO «ME LO CONTÓ UN PAJARITO»
A lo largo de toda la historia, la biodiversidad ha sido fuente de desarrollo, bienestar e identidad para distintos tipos de comunidades. Los seres humanos hemos dependido de la diversidad biológica tanto para satisfacer nuestras necesidades materiales como espirituales, aprovechando […]

A lo largo de toda la historia, la biodiversidad ha sido fuente de desarrollo, bienestar e identidad para distintos tipos de comunidades. Los seres humanos hemos dependido de la diversidad biológica tanto para satisfacer nuestras necesidades materiales como espirituales, aprovechando la multiplicidad de beneficios que el entorno natural nos provee.
Estos beneficios, conocidos comúnmente como “servicios ecosistémicos”, comprenden los bienes y servicios de los que la población depende, como los servicios de provisión, de regulación, de soporte y culturales. Estos últimos incluyen los valores espirituales, estéticos y educacionales, entre otros, de especies y ecosistemas. Los servicios culturales se refieren a los beneficios intangibles que como individuos o sociedad recibimos de la biodiversidad.
La íntima relación que ha existido y existe entre naturaleza y cultura se ha manifestado en un sinnúmero de civilizaciones alrededor del mundo. Tradiciones, leyendas y cosmovisiones, entre otros, se han inspirado en la flora y fauna que co-habita con las comunidades. Magallanes no es la excepción. Parte de la riqueza de sus tradiciones culturales se funda en la biodiversidad que lo habita. Un sinnúmero de relatos de los pueblos originarios explican cómo nacieron los animales que pueblan la región; muchas creencias populares consideran a las aves como agoreras, o como indicadoras del clima, y muchas de las especies de plantas de la zona tienen propiedades medicinales, se usan para hacer artesanías o distintos tipos de comida.
“Quizás por el hecho de ser intangible, muchas veces el valor cultural de la biodiversidad es olvidado o postergado por la sociedad al momento de tomar decisiones, y eso ha conllevado a una disminución progresiva del conocimiento que tenemos como seres humanos sobre la relevancia que tienen distintas especies para la construcción de nuestra propia identidad y bienestar. Sin embargo, este olvido puede ser superado con el pequeño gesto de volver a mirar lo que nos rodea: la íntima relación que ha existido desde siempre entre las sociedades y la naturaleza”, señaló Gabriela Simonetti-Grez, autora del libro y Directora Ejecutiva de la Asociación Kauyeken.
Gregor Stipicic, miembro de la asociación y fotógrafo del proyecto indicó que “el libro es una invitación a que nos acerquemos a la naturaleza desde otro prisma, que vincula directamente nuestra forma de vida y la de nuestros antepasados al patrimonio ambiental que nos rodea. Esperamos que a través de recordar el vínculo que nuestra identidad magallánica tiene con la biodiversidad de la zona, contribuyamos a que se valore cada vez más la naturaleza y con ello se proteja y conserve de mejor manera”.
El libro fue distribuido a todas las provincias de la región, y está disponible para su descarga gratuita en la plataforma web www.kauyeken.cl. Este proyecto de Asociación Kauyeken es una iniciativa Medio Ambiental financiada con recursos del Gobierno Regional de Magallanes y Antártica Chilena con aprobación del Consejo Regional.

Carta al director.
Carta al director.


