16 de abril de 2013
Al parecer en Magallanes, que es parte de la misma cuenca geológica que la Patagonia argentina, no existen reservas suficientes de gas natural. Es lo que se informa a los habitantes magallánicos. En los días recientes, sin embargo, apareció una información oficial que informa que YPF continuará con sus trabajos en un yacimiento de gas no convencional en la Patagonia, esto pese a que el grupo brasileño Vale detuvo la construcción de una mina de potasa que sería abastecida de este insumo.
Vale detuvo la construcción del proyecto minero por 6,000 millones de dólares (mdd), ubicado en la provincia andina de Mendoza, debido a que su solicitud de recibir facilidades tributarias para compensar un incremento de los costos por la inflación local no fue atendida.
Para diciembre de 2010, la minera brasileña y la petrolera argentina había firmado un convenio de inversión conjunta de 150 millones de dólares para la extracción de «tight gas» en la región de Sierra Barrosa, en la provincia de Neuquén. Por su parte, el Presidente de la argentina YPF, indicó que, a pesar de la decisión de Vale, la compañía prevé desarrollar esta área. Precisó que se tienen todas las condiciones para acelerar el desarrollo del área, esto con el nuevo precio de extracción de 7.5 dólares por millón de BTU.
¿Hablemos del yacimiento Cañadón Alfa al norte de la Tierra del Fuego argentina?
En el año 2000, en el norte de Tierra del Fuego, el Consorcio Cuenca Marina Austral I (integrado por las firmas Total Austral, Wintershall y Pan American Energy, nombres conocidos en Magallanes) inauguró oficialmente una planta de extracción de gas licuado de petróleo (LPG) en la zona de Cañadón Alfa, planta que, además, procesa el gas natural residual poniéndolo en condiciones de ser transportado hacia el norte a través del gasoducto Gral. San Martín. El LPG se deriva a tierra chilena por un poliducto que, a propósito, construyó la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP, de Chile), para su fraccionamiento y posterior traslado por mar a los centros de consumo.
El establecimiento de Cañadón Alfa en la Tierra del Fuego argentina data de principios de los años `70. Entonces era un campo petrolero; luego se encontró gas y casi desde la época del hallazgo se ha dedicado en exclusiva a esa producción, aunque en una escala muy inferior a la actual. Desde 1990, en que la firma Total Austral se hizo cargo de la operación de la planta, los volúmenes producidos han crecido a un ritmo regular pero constante -al punto de haberse octuplicado- y también se logró construir valiosas actualizaciones en materia tecnológica.
De hecho, hoy se levanta allí una nueva planta de extracción de gas licuado de petróleo (LPG, por sus iniciales en inglés), basada en el sistema de separación de líquidos por proceso térmico de turbo-expansión, que comenzó a trabajar en marzo de este año pero se inauguró oficialmente a principios del mes pasado. Hasta 1999, en Cañadón Alfa únicamente era posible procesar el gas natural para ponerlo en condiciones de transporte e inyectarlo en el gasoducto nacional Gral. San Martín, uno de los principales canales que lleva la energía de origen fueguino hacia el norte. Hoy, además, se exporta gas licuado a Chile.
Los ocho millones de metros cúbicos de gas natural por día que actualmente se procesan en esta planta equivalen al 6 por ciento de la producción de todo el país, por lo que en Cañadón Alfa se trata en lo posible de no detener nunca el proceso, para que sea continuo y para que el nivel de este suministro vital no baje. Al no ser un porcentaje despreciable, todo cambio se deja sentir.
En ese sentido, la Argentina es un país cuyo funcionamiento, tanto sea en las grandes industrias como en los hogares, depende en buena medida del uso del gas natural, y eso es factible gracias a la enorme red de interconexión (con gasoductos), que es una de las más extensas del mundo.
Hasta el año pasado, el procesamiento del gas natural en Cañadón Alfa sólo implicaba retirar los líquidos, el agua y el polvo, así como todos los elementos condensables, acondicionándolo de tal manera que no generase dificultades en su transporte. Desde este año, en cambio, gracias a un convenio firmado con la ENAP (Empresa Nacional del Petróleo, de Chile), el Consorcio Cuenca Marina Austral I decidió encarar el desarrollo de la nueva planta, construida según la última tecnología aplicada a la extracción del LPG.
El llamado «gas licuado de petróleo» es en realidad una mezcla compuesta básicamente por propano y butano, ambos gases fácilmente condensables, mucho más maleables que el gas natural y, gracias a esa característica, capaces de ser almacenados y distribuidos en contenedores especialmente adaptados para tal uso, desde pequeñas garrafas hasta grandes buques.
Poder echar mano del LPG -y, sobre todo, poder distribuirlo así, a través de un poliducto existente en Chile- es la alternativa que permite saltar las limitaciones operativas impuestas de hecho por la capacidad de transporte del gasoducto San Martín. Por otro lado, la extracción de LPG aumenta considerablemente el valor agregado de la producción gasífera, si se cuenta -como en este caso- con mercados para abastecer. En Chile y Brasil, por ejemplo, que es a donde va dirigida la producción de Cañadón Alfa, mayoritariamente (y a diferencia de la Argentina) se utiliza el gas licuado: llega fraccionado a bordo de barcos y, tras gasificarse nuevamente, se lo introduce en las redes locales que van a alimentar a los grandes centros de consumo.
Otra posibilidad, que es la que se practica en Punta Arenas con el LPG proveniente de Cañadón Alfa, consiste en separar el propano del butano, conservando el primero para consumo interno chileno y reenvasando el butano para su venta a Brasil, donde se lo prefiere por razones de rendimiento en relación con la temperatura más cálida.
La disponibilidad del LPG es, como puede verse, muy diferente de la del gas natural, cuyo único destino posible, luego de transitar el caño del gasoducto, es aflorar y quemarse en una hornalla. El gas licuado, en cambio, es una «moneda corriente» que, desde dentro de una garrafa o en las entrañas de un buque, puede esperar llegar a mejor destino, donde pueda venderse a un precio superior.
En 1990, ese establecimiento generaba apenas dos millones al día y, a lo largo de la década pasada, alcanzó la cifra de hoy, ocho veces millonaria. Sin embargo, existe la posibilidad de generar mucho más, ya que las muy importantes reservas gasíferas que hay en la Tierra del Fuego permiten establecer compromisos de abastecimiento por lo menos a veinte años, con una producción muy superior.
En Cañadón Alfa se regula el flujo mediante la apertura y cierre de pozos, una mecánica que se define de acuerdo con el pedido diario efectuado por las empresas distribuidoras del gas. Por ahora, además de la capacidad del gasoducto, es esa demanda por consumo previsto lo que condiciona su producción, y de ningún modo las reservas existentes. Muy por el contrario, actualmente sería posible extraer hasta 15 millones de metros cúbicos por día, de los 70 pozos productivos de que dispone esta empresa. Sin embargo, hoy basta y sobra trabajar con la mitad de esos pozos para abastecer la demanda, pese a que la planta está preparada para procesar 16 millones m3.
CIUDADANO POLAR
Punta Arenas Magallanes, martes 16 de abril de 2013.
El Instituto de Previsión Social (IPS) informa que, si bien el proceso de pago masivo del beneficio ya se efectuó, siempre queda un remanente de familias con cobro presencial que, teniendo derecho al beneficio, demora más en cobrarlo. El llamado es a revisar en www.aportefamiliar.cl porque existen nueve meses de plazo para cobrar.
El Instituto de Previsión Social (IPS) informa que, si bien el proceso de pago masivo del beneficio ya se efectuó, siempre queda un remanente de familias con cobro presencial que, teniendo derecho al beneficio, demora más en cobrarlo. El llamado es a revisar en www.aportefamiliar.cl porque existen nueve meses de plazo para cobrar.