19 de julio de 2012
ESTUDIO REVELA NECESIDAD DE UNA NUEVA GESTIÓN AMBIENTAL PARA PROTEGER EL TERRITORIO ANTÁRTICO
El calentamiento global, la pérdida de hielo terrestre y marino, junto al incremento del turismo, la sobre pesca y la llegada de especies invasivas ponen a la Antártica frente a crecientes amenazas, señaló un equipo internacional de investigadores, según publica […]
El calentamiento global, la pérdida de hielo terrestre y marino, junto al incremento del turismo, la sobre pesca y la llegada de especies invasivas ponen a la Antártica frente a crecientes amenazas, señaló un equipo internacional de investigadores, según publica una reciente publicación de la revista Science.
El artículo hace referencia directa al Sistema del Tratado Antártico, como un modelo exitoso de regulación cooperativa del territorio helado, pero que sin embargo se encuentra bajo presión, debido al calentamiento global y el creciente interés en los recursos que se encuentran en la región.
Por ello, dicen los investigadores, es necesario un control ambiental riguroso para proteger esta área del planeta.
Una de las preocupaciones a largo plazo y que puede presentar la mayor amenaza global, es el potencial para la explotación de petróleo, gas y minerales en el continente y en el océano circundante, señalan los autores del estudio.
Por su parte, el profesor de oceanografía de la Texas A&M University, Mahlon Chuk Kennicutt II, señaló que el Sistema del Tratado Antártico que rige en el continente, ha funcionado bien desde que fue establecido en 1962, y que cuenta con la adhesión de 50 países, pero se encuentra bajo presión actualmente por el cambio climático global y por los siempre presentes intereses en los recursos naturales de la región, como peces, kril, gas y minerales.
Mucha gente puede no darse cuenta que la Antártica es como un canario en una mina de carbón, cuando viene el calentamiento global, la Antártica sirve como una especie de termostato para la Tierra, manifestó el académico.
Las regiones polares son las regiones más sensibles de la Tierra al calentamiento global, respondiendo rápidamente, por lo tanto lo que ocurre en la Antártica, es la respuesta a este calentamiento que afecta al sistema terrestre completo, en forma que apenas entendemos, explicó Kennicutt, y añadió que la Antártica contiene más del 90 por ciento de agua dulce del planeta, encerrada como agua en estado sólido en sus masivas capas de hielo, las investigaciones que desarrollan un fundamental conocimiento y entendimiento de estos complejos sistemas realizadas en y desde la Antártica, son críticas para entender muchos de los desafíos que enfrenta la Tierra hoy en día.
Kennicutt junto con conducir investigaciones en área, también preside el Comité Científico para Investigaciones Antárticas, SCAR, por siglas en inglés, formado en 1958 para coordinar las investigaciones internacionales en la zona.
El Tratado Antártico ha funcionado bien durante los últimos 50 años, pero tenemos que repensar cuál es la mejor manera de proteger el continente de una serie de cada vez mayor de amenazas. El Tratado prohíbe el petróleo o el gas, pero es posible que pueda ser impugnado en los próximos años. Hasta ahora, las compañías de energía han mostrado poco interés en la exploración en los confines del cono sur del planeta debido a las duras condiciones climáticas, la distancia en relación al mercado, y la falta de tecnologías
En la década de 1960, la mayoría consideraba que la perforación en la ladera norte de Alaska no era rentable económicamente, y en menos de 30 años se convirtió en una de las principales fuentes mundiales de petróleo.
Mientras el planeta se calienta y las masivas capas de hielo se rompen y se derriten, los niveles del mar pueden continuar aumentando dramáticamente. Las capas de hielo de la Antártica son conocidas como los gigantes dormidos, y los científicos tienen solo conocimientos rudimentarios de cómo y cuando estos gigantes contribuirán al nivel del mar en el futuro, consignó uno de los autores del artículo.
Finalmente Kennicutt comentó que el problema de fondo es que necesitamos asegurar que los acuerdos y prácticas existentes que dirigen y responden a estas amenazas sean suficientemente fuertes para durar por los próximos 50 años, y que ellos verdaderamente provean la protección necesaria que todos deseamos y le debemos a las generaciones futuras.

Carta al director.
Carta al director.


