19 de septiembre de 2013
LO QUE TODO MAGALLÁNICO DEBE SABER V
¿Porqué el título Lo que Todo Magallánico Debe Saber? Porque la cultura regional es única. Porque nuestras costumbres y tradiciones nacen de las diversas corrientes migratorias que llegan a este Sur del Mundo. Y también porque cada habitante de esta […]

¿Porqué el título Lo que Todo Magallánico Debe Saber? Porque la cultura regional es única. Porque nuestras costumbres y tradiciones nacen de las diversas corrientes migratorias que llegan a este Sur del Mundo. Y también porque cada habitante de esta zona austral, especialmente los estudiantes y guías turísticos deberían conocer estas historias para contarlas, entregarlas a visitantes tanto nacionales como extranjeros con la mayor cantidad de detalles y, por supuesto para atesorar esto que pertenece a Magallanes como el viento, la nieve, el mar que nos rodea, los canales, las islas y el ser humano que es también único.
La obra del Monumento al Ovejero, que se emplaza en la Avenida Bulnes de nuestra ciudad, fue concebida y realizada gracias a la iniciativa del General Ramón Cañas Montalva.
El grupo escultórico tiene 30 metros de largo con 12 figuras, entre las que destacan el peón rural, su corcel y sus dos canes y fue erigido en gratitud y homenaje al ovejero, sufrido campesino magallánico que junto a su caballo y sus perros, es el fiel guardián de la riqueza ganadera de la región.
Para realizar este trabajo se designó al joven artista Germán Montero Carvallo, quien en el año 1943, se desempeñaba como profesor de la Escuela Industrial de Punta Arenas y tuvo el apoyo financiero del ganadero Francisco Campos Torreblanca.
El hábil creador se inspiró para dar forma al monumento, en los versos del vate magallánico José Grimaldi Acotto, que en parte dicen:
No es el gaucho de la pampa
ni el cowboy de la pradera;
no es el huaso ni es el charro,
el ovejero de mi tierra.
Montero, solicitó al poeta la colaboración para encontrar un hombre que le sirviera de modelo. Grimaldi recordó que en la estancia Mina Rica, vecina a los campos de su propiedad, trabajaba un auténtico hombre de campo, Abel Oyarzún. Habló con él primero y luego de obtener su compromiso para modelar, solicitó la autorización al dueño del predio. Acto seguido, le pidió al paisano que se presentara al día siguiente al escultor que se encontraba en sus preparativos en una bodega de la Avenida Colón, cerca de la playa.
El día de la cita, Grimaldi recibió un llamado telefónico de Germán Montero, donde le consultaba acerca de un señor de terno y corbata que se había presentado en el taller.
Al concurrir el poeta al lugar comprobó que era Abel Oyarzún, motivo por el cual le instruyó que para los efectos de posar debía vestir su ropaje auténtico de ovejero, además de llevar sus animales de trabajo. Así llegó Oyarzún con su caballo Santiago y sus perros Black y Valiente, los que fueron inmortalizados en la escultura.
El monumento fue inaugurado oficialmente en la mañana del viernes 18 de febrero de 1944 con la presencia del Presidente de la República, Juan Antonio Ríos, del alcalde Carlos Turina Blazina, del donante Francisco Campos Torreblanca, el poeta Grimaldi y una masiva asistencia de público.
Esta primera versión del monumento inaugurado en 1944 estaba hecha en granito. 18 años más tarde, el domingo 1 de abril de 1962, fue inaugurada la versión definitiva, esta vez en bronce, para asegurar su permanencia en el tiempo. A esta fecha ya estaba fallecido el donante, don Francisco Campos Torreblanca y el ovejero Abel Oyarzún, ya viejo, asistió a la importante ceremonia.
La escultura de granito fue donada a la ciudad de Coyhaique, en la XI Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo.

Carta al director.
Carta al director.


