21 de abril de 2013
TODAS LAS FORMAS DE PODER
Esa extraña atracción que ejerce: tantos lo buscan y tantos lo rechazan, pero es una de las formas de relación más extendidas y consustanciales a la vida humana en sociedad. Nos referimos al poder. Las diferentes ciencias sociales han tratado […]
Esa extraña atracción que ejerce: tantos lo buscan y tantos lo rechazan, pero es una de las formas de relación más extendidas y consustanciales a la vida humana en sociedad. Nos referimos al poder.
Las diferentes ciencias sociales han tratado de definirlo y probablemente la mejor definición que permite abrir una ventana hacia el fenómeno, es la que dice que el poder es una forma de relación entre dos o más personas, dentro de las cuales se instala una desigualdad. Poder es una capacidad de tomar decisiones que influyen en los demás, es una manera de de relacionarse entre los individuos para resolver necesidades, deseos, problemas y conflictos.
En las comunidades prehistóricas de la humanidad, el poder estaba radicado en la sabiduría del más anciano, en esa acumulación de experiencia que permitía a unos pocos individuos ejercer influencia en las decisiones de los demás, a través de la magia o del conocimiento. Un chaman en los pueblos originarios tenia en sus manos un poder enorme que ejercía conforme a un atributo que los demás le otorgaban por su edad y experiencia.
Desde que se inventó el dinero y desde que en los tiempos antiguos el dinero, como equivalente universal del valor de un objeto, se convirtió en una forma generalizada de mediador del intercambio económico, el dinero se transformó en un potente factor de poder que permite tomar decisiones e influir sobre las actitudes y conductas de los demás.
Un científico, un pensador, un investigador de las ciencias o un intelectual en nuestras sociedades modernas, dispone además de un poder de enormes implicancias: el poder del conocimiento y de la información especializada, que a su vez, permite la toma de decisiones de otros detentores del poder.
El poder en política a su vez, viene dado por la capacidad, las atribuciones y la voluntad de tomar decisiones que tienen un evidente impacto sobre la vida de millones de personas.
En la sociedad actual, el poder ha experimentado una metamorfosis extraordinaria: un solo ciudadano o solo un pequeño grupo de ciudadanos sentados ante el computador o con sus teléfonos celulares e instalados en las redes sociales e Internet, puede desencadenar procesos sociales y políticos de enorme repercusión.
Las manifestaciones estudiantiles de la revolución pinguina del 2006 en Chile, se multiplicaron rápidamente en todo el país y en las grandes ciudades en pocas semanas, gracias a los blogs y a los mensajes SMS de decenas de miles de celulares de estudiantes. La revolución egipcia que derrocó a Hosni Mubarack en 2011 se multiplicó gracias a los cientos de miles de weblogs, los aparatos celulares, los streaming y las Webcams de los ciudadanos egipcios que lograron sensibilizar a todo el mundo con sus mensajes en directo desde la plaza principal de El Cairo.
Hoy con un modesto aparato celular se puede ejercer un poder de comunicación, de multiplicación y de influencia en el desarrollo de las ideas y en el debate público que sería insospechado hace 10 ó 20 años atrás.
Asistimos por lo tanto al nacimiento de nuevas formas de poder: poder político y comunicacional; el poder ciudadano y horizontal de enormes multitudes aparentemente invisible pero que pueden conectarse en forma instantánea con las tecnologías de la información y las comunicación. Un ciudadano con un celular enviando mensajes por Twitter a sus seguidores, 200 ó 2.000, puede producir que su mensaje sea retuiteado por otros internautas en pocos minutos, de manera que la onda expansiva de sus ideas escritas en solo 140 caracteres, resultan multiplicados en 10.000 ó 30.000 ciudadanos.
El Presidente Obama en su reciente campaña presidencial, con un Twitter que tiene hoy más de 30 millones de seguidores (30.257.605 seguidores para ser exactos), podía enviar mensajes instantáneos a otros 50 ó 60 millones nada más que desde su celular portátil. Y Obama sigue en Twitter a 663.438 personas, lo que permite imaginar la enorme red de influencia y poder que permite esa red social.
Se trata de una multiplicación expansiva y horizontal del poder de la comunicación y de los intercambios de ideas y de conceptos en manos de simples ciudadanos que, aparentemente, no tienen poder, pero que en verdad están tomando conciencia de que disponen de un poder de influencia insospechado.
La batalla de las ideas está ocurriendo hoy en los inicios del segundo decenio del siglo XXI en las redes sociales y por eso la tendencia a la multimediación de los medios de comunicación es una tendencia irreversible. Un periódico o una emisora radial que no esté en las redes sociales, es como un locutor que solo le habla al micrófono y que se escucha solo en el receptor de la cocina de la casa. Hoy día las voces hablan por Internet, las palabras se escriben en la red y las imágenes se despliegan en un espacio social casi infinito.
Bienvenidos al siglo xxi.
CIUDADANOPOLAR
Punta Arenas Magallanes, domingo 21 de abril de 2013.

Carta al director.
Carta al director.


