11 de noviembre de 2010
Se conoció ayer un nuevo caso de una persona en situación de calle que fue encontrada sin vida, tras haber pasado la noche en las afueras de un local situado en calle Bories. Allí, en el segundo nivel de esta céntrica galería, pernoctan habitualmente varios indigentes, de los muchos que cada día pululan por nuestras calles y que buscan un lugar donde protegerse en las noches.
Muchos otros lo hacen en casas abandonadas, sitios eriazos; mientras un porcentaje logra cobijarse en el Hogar de Cristo.
Estamos frente a una realidad dolorosa que se acrecienta a vista y paciencia de todos nosotros, y que ha llegado al punto de cambiar el rostro del área céntrica de nuestra ciudad, haciendo que muchos puntos – otrora comerciales y de gran afluencia de público – se hayan convertido en lugares a los que es preferible evitar.
Estas personas, las más carenciadas de nuestra sociedad, deambulan con numerosos canes, beben en la vía pública, duermen a plena luz del día en avenidas o en las aceras, protagonizan riñas, hacen sus necesidades a vista y paciencia de todos, y en suma se han constituido en foco de insalubridad e inseguridad ciudadana.
Esta realidad dolorosa requiere de nuestra máxima atención y amerita que se busque una solución adecuada: Pero, debe ser encontrada ahora, antes de que lleguemos a extremos todavía más peligrosos.
A lo que en esta materia sucede en nuestra ciudad damos hoy la Oveja Negra de Polar.
El alcalde de Punta Arenas lamentó la falta de firmeza frente a la medida argentina y pidió acelerar la conectividad por Chile.
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