2 de agosto de 2023
El año pasado, Gendarmería decomisó cerca de 31 mil aparatos telefónicos en incautaciones periódicas o allanamientos en recintos penitenciarios a lo largo del país, y en lo que va del año han sacado de circulación 14.588 teléfonos móviles, elementos que permiten cometer delitos en forma remota como estafas telefónicas, amenazas o extorsión. De ahí la importancia que revistió ayer la aprobación, por parte de la sala del Senado, del proyecto de ley que penaliza la tenencia de celulares, chips y otros aparatos de telecomunicaciones en los recintos penitenciarios.
Así lo destacó la Seremi de Justicia y Derechos Humanos, Michelle Peutat Alvarado, al mencionar que la ratificación hecha por el Congreso Nacional deja a esta iniciativa a un paso de convertirse en ley, lo que se traduce en un avance relevante en la agenda de seguridad priorizada del gobierno y el combate contra el crimen organizado en los establecimientos penitenciarios.
Ante la preocupación existente en la ciudadanía respecto a la comisión de delitos desde las cárceles a través de teléfonos celulares, señaló que dicha irregularidad estaba sancionada hasta ahora como una falta administrativa, y a partir de este proyecto de ley que modifica el Código Penal se pasará a tipificar como delito la tenencia de elementos tecnológicos que permitan a los reclusos comunicarse con el exterior, incorporando penas para quienes tengan en su poder estos aparatos en unidades penales.
Durante su intervención en la Sala, el Ministro de Justicia y DD.HH., Luis Cordero Vega, destacó que “tanto para el Ejecutivo, como para este Parlamento, es esencial este proyecto de ley, porque constituye una herramienta fundamental para los temas de seguridad penitenciaria”.
Como complemento al proyecto de ley recién aprobado, desde el Ministerio de Justicia y DD.HH. se ha avanzado en estrategias para impedir las comunicaciones inalámbricas (telefonía, datos móviles o Wifi) no autorizadas, evitando así la estafa o extorsión desde el interior de las cárceles.
Claves de la nueva ley:
La confusión y el malestar de las víctimas se originó tras recibir llamadas desde el número +56 9 72592753, de donde se les solicitó información personal como nombre, RUT y dirección.
La confusión y el malestar de las víctimas se originó tras recibir llamadas desde el número +56 9 72592753, de donde se les solicitó información personal como nombre, RUT y dirección.