17 de mayo de 2010
AL PORTE DE ARMA BLANCA Y SUS NEFASTA CONSECUENCIAS.
No existe justificación alguna para que alguien circule por las calles de nuestra ciudad portando entre sus ropas elementos corto punzantes o las llamadas arma blanca. Hacerlo implica una amenaza inaceptable, no obstante lo cual, esta costumbre propia de sociedades […]
No existe justificación alguna para que alguien circule por las calles de nuestra ciudad portando entre sus ropas elementos corto punzantes o las llamadas arma blanca.
Hacerlo implica una amenaza inaceptable, no obstante lo cual, esta costumbre propia de sociedades primitivas, ha alcanzado niveles insostenibles.
Hoy cualquier muchacho – incluso adolescente – se permite portar un arma de este tipo entre sus ropas, la que desafortunadamente en muchos casos termina siendo utilizada, sea en un hecho delictual, o en una riña.
De allí que las agresiones y los heridos con elementos corto punzantes, sean cosa cotidiana, como lo confirman las estadísticas de los servicios de urgencia de nuestros centros hospitalarios.
Así como se considera un delito, portar un arma de fuego, el porte de arma blanca está penado, pese a lo cual esta práctica pareciera ir en franco aumento.
Es imposible que las policías en sus rondas preventivas, puedan controlar a todas las personas, y revisarlas para comprobar que no porten un arma entre sus ropas; sin embargo las bajas sanciones que se aplican a quienes son sorprendido con uno de estos elementos, hacen que se haya hecho demasiado común su porte.
A esta realidad que no es posible soslayar, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.

La Plaza de Armas reunió a familias en una jornada con actividades gratuitas y stands interactivos.
La Plaza de Armas reunió a familias en una jornada con actividades gratuitas y stands interactivos.


