Ante las injustas, infundadas, salidas de tono, injuriosas y calumniosas declaraciones que se han propagado en los últimos días y que dicen relación con la suscripción de un convenio de colaboración entre nuestra comunidad y la empresa AquaChile, es nuestro deber aclarar que no se ha firmado convenio alguno con la empresa señalada, nos toca salir al paso de ellas y declarar:

1. Nuestra comunidad tiene el derecho autónomo para definir sus prioridades de desarrollo y suscribir los acuerdos con quien estime oportuno, sin tener que andarle pidiendo permiso a nadie, ni a representantes de autodefinidos grupos kawésqar ni a agitadores ambientalistas sentados cómodamente a cientos de kilómetros de nosotros. A nadie le hemos delegado el derecho de ser censores de lo que nosotros definimos.
2. No hay vergüenza en el trabajo libre. Nuestra comunidad y sus integrantes tienen, asimismo, el derecho de dedicarse libremente a ganarse la vida mediante el trabajo. Este es un derecho por el cual hemos luchado. Las experiencias de esclavismo y sometimiento que se arrastraron hasta las incursiones de cazadores chilenos en nuestro territorio son suficientemente recordadas, con nombres y apellidos, como para valorar y destacar altamente el trabajo libre y digno. Nadie nos va a poner en entredicho nuestro derecho al trabajo. Mucho menos quienes lucran con nuestro abandono.

3. La identidad no autoriza el intrusismo. La deleznable conducta de ciertas voceras de grupos autodefinidos como kawésqar de inmiscuirse en las decisiones de nuestra comunidad se arrastra ya desde hace años. Rechazamos enérgicamente a las y los intrusos que han hecho una práctica el denostar a nuestra comunidad y sus integrantes.

4. Nadie nos va a enseñar a proteger nuestro territorio ni nuestra cultura. Hemos sido lo suficientemente eficientes en proteger nuestro territorio, sin algaradas ni sometimientos a oscuros intereses ajenos. Todo lo hemos logrado de cara, aun soportando las más indecibles presiones. Y, ahí, está. Nuestro Parque Nacional Bernardo O’Higgins está protegido. Nadie nos dará lecciones sobre cómo y con qué medios ganamos nuestras luchas. Sólo damos una receta: hay que ser serios.

5. Los excesos verbales no pueden ser gratuitos. Equiparar nuestro derecho a suscribir un convenio de colaboración con una empresa, con acciones genocidas es del todo un peligroso exceso. Las declaraciones que hacen esto pueden ser producto de un estado febril de época, pero no se pueden dejar pasar. Tampoco que se supongan oscuras intenciones en el acuerdo y se deslicen menciones que inducen al descrédito de nuestra comunidad y sus jóvenes. Todo esto deberá ser perseguido en sede judicial; no puede quedar impune. ¡Basta ya! Devolveremos los golpes donde corresponde.

Juan Carlos Tonko Paterito
Presidente de La Comunidad Indígena Kawésqar Residente en Puerto Edén.