En la gráfica captada a las 09:00 horas de ayer sábado, Carabineros espera la llegada del SAMU, para atender a una joven inconsciente debido a su estado de ebriedad, tendida en la calzada de José Menéndez y Magallanes.

¿Somos los magallánicos “buenos para el trago»?

Los hechos parecieran estar demostrando que es así. Basta un mínimo de observación: personas bebiendo en la vía pública, importante número de personas ebrias en nuestras calles, muchas de ellas jóvenes de ambos sexos. El “borrachito” es casi parte de nuestro folclore.

Sin embargo, bien lo sabemos, la ingesta excesiva acarrea un sinnúmero de eventos negativos y es una de las causas principales de muerte y discapacidad. Es además un fenómeno preocupante por su temprana introducción en las costumbres de los jóvenes.

El VII Estudio Nacional de Drogas en Escolares, realizados por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), muestra que en Chile, los adolescentes comienzan a beber entre los 13 y 14 años. Además, que de 4 de cada 10 adolescentes entre 8º básico y 4to medio declaran haber consumido alcohol recientemente, y que 5 de 10 toman alcohol los fines de semana. También indica que uno de cada tres adolescentes toma en exceso el sábado por la noche y no consideran peligroso el consumo; jóvenes de ambos sexos beben en forma similar.

Algunos parlamentarios han propuesto subir a 40% el impuesto al alcohol, argumentando que si se sube el precio del alcohol, disminuirá el consumo. Hoy existe un impuesto específico para las bebidas alcohólicas absolutamente insuficiente, argumentan los impulsores de la medida.

El alza de impuestos es una de las medidas mejor evaluadas para impactar en el consumo, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Sin embargo estos parlamentarios saben que una medida de esta índole va a ser resistida por los productores. Esto, por que ya lo hacen con el impuesto adicional existente (ILA), que es de alrededor de un 30 por ciento.

El año pasado profesionales del Ministerio de Salud afirmaron que efectivamente los impuestos son una de las medidas más acertadas para reducir el consumo, pero que, dada la fuerte resistencia de la industria, dudan que una medida así se incluya en la una reforma legislativa.

El alcoholismo es cuarta causa de muerte en nuestro país, pero el consumo de alcohol figura como denominador común en los problemas de salud que le siguen en la lista: cirrosis hepática, accidentes de tránsito y agresiones.

Los más afectados son las personas entre los 20 y 44 años de edad, segmento donde la dependencia figura entre las tres primeras causas de carga de enfermedad después de la hipertensión arterial y la depresión.

Un tema que nos obliga a tomar una postura, pero para ello debe ser reflexionado con seriedad y situado entre los problemas de más relevancia y urgencia.