​Cada 27 de abril celebramos el Día Mundial del Diseño Gráfico, con ello se vuelve relevante comprender la importancia que ha tenido el desarrollo de mensajes visuales en nuestra cotidianidad y cómo estos repercuten en nuestro día a día.


Si pensamos en ejemplos de marcas y su iconografía quizás se nos puedan venir muchas a la cabeza, pero cuando hacemos el ejercicio de aplicar esa reflexión a nuestra identidad regional hay un ícono que destaca por sobre otros, la bandera de Magallanes.


El azul representa el cielo coronado por la constelación de la Cruz del Sur, el borde aserrado simboliza el horizonte montañoso, el amarillo ocre plasma el colorido de la vegetación típica de la estepa, la franja blanca y angosta que separa el azul del amarillo encarna la nieve que corona las montañas de la Patagonia.


En la mente de los más jóvenes es difícil imaginar la vida sin este símbolo, pero su fecha de promulgación no es tan antigua como parece. Corría el año 1996 y tras un largo proceso el intendente Ricardo Salles, junto con el CORE de la época llegaron a un consenso respecto a los símbolos que representan el imaginario de la región.


Al consultar la forma en que se elaboró esta simbología Salles comenta lo siguiente: "Fue un trabajo conjunto, con un diseño compartido tras dos años de trabajo con quienes fueron un gran CORE y de los cuales estoy agradecido. Hubo que llegar a acuerdos, en algunas ocasiones algunas partes tuvieron que ceder, pero siento que aquello fue un hito que demostró que pese a las diferencias políticas si se podía hacer trabajos en son del bien común y por el amor a la Región".


Tras la promulgación el 15 de octubre de 1996 y publicación el 5 de febrero de 1997, el símbolo lentamente se comenzó a incorporar en la cotidianidad de Magallanes, trascendiendo la institucionalidad y siendo visto como un auténtico ícono de arraigo y pertenencia territorial.


En el año 2011, y producto de las protestas por el alza del gas, la bandera fue el símbolo de una lucha colectiva en una región que se sentía aislada de las decisiones que se tomaban en el país y que no consideraban la realidad local.


La bandera sirve como una manera de identificarse entre magallánicos, como un símbolo donde las diferencias que componen a los habitantes de esta región quedan cobijadas al alero de la esperanza de un siempre mejor porvenir, trascendiendo organizaciones, instituciones, es un ícono que pertenece a los hijos nacidos y adoptados por estas tierras.


En la actualidad basta con ver imágenes de grandes recitales donde siempre hay una bandera de Magallanes alzándose entre la multitud. Algunos estudiantes que se van fuera de la región llevan pegado en su mochila el distintivo en forma de parche, demostrando su arraigo hacia la tierra y en alguna casa en otro lugar del mundo, la bandera es un refugio de nuestra identidad.