La Prensa Austral.- A pocos días de cumplir 80 años de edad, dejó de existir ayer en Punta Arenas el conocido empresario del transporte y de la distribución de combustibles en Porvenir y la capital regional, Ante Vukasovic Tomasovic, socio del Club Croata fueguino y uno de los fundadores del Gran Premio de la Hermandad Chileno-Argentina en Tierra del Fuego. Don Ante (cuyo nombre en castellano se traducía como Antonio) nació en la ex Yugoslavia el 29 de junio de 1943, hijo de los croatas Filip Vukasovic e Ivka Tomasovic, y su partida de nacimiento para efectos de nacionalización chilena aparece inscrita en la comuna de Recoleta, Santiago, con el número 6 de 1970.

Ante Vukasovic trabajó como transportista de hidrocarburos para la Empresa Nacional del Petróleo en Enap-Isla, Tierra del Fuego, y en 1974 residía ya en Porvenir, donde se hizo socio del Club Croata (entonces Yugoslavo). En abril de ese año presidía el Club de Volantes de la comuna insular, cuando junto a los socios Pedro Rodríguez, José López Cárdenas, Víctor Valenzuela Leal, Marcos Yakasovic Balic, Félix Miranda, Juan Gross Mansilla, Guillermo Beros Scholer, Jorge Sánchez Cvitanic y Félix España Cuevas, integraron -junto a los directivos del Automóvil Club de Río Grande, Argentina- la primera comisión organizadora de la prueba de automovilismo internacional Gran Premio de la Hermandad, siendo al efecto creadores del evento que ya cumple 48 años.

También integró el equipo de básquetbol del Club Jadran, que competía con mucho éxito en el ámbito deportivo local, recordado como uno de los cuadros animadores del desaparecido Gimnasio Padre Mario Zavattaro. Su coetáneo Félix España Cuevas lo recuerda como “nuevo” en el aprendizaje del idioma castellano, ya que Ante llegó al país desde su patria natal sin saber nada de lengua hispana, por lo que era objeto de divertidas bromas.

Exitoso empresario

Después de dejar la Enap, Vukasovic continuó trabajando en su propia flota de camiones, distribuyendo los combustibles a las plantas de distribución de la Compañía de Petróleos de Chile (Copec) y fue así que se hizo cargo comercial de la estación de servicios “La Fueguina” de Porvenir, que a la fecha es aún la única expendedora de bencinas y petróleo de esta ciudad. Su empresa creció para expandirse a Punta Arenas, ciudad donde tenía sus oficinas y en la que residía, aunque después del deceso de su tío, el comerciante porvenireño Mariano Vukasovic Bilic (llamado Marianchi), se hizo cargo del predio ganadero El Cañadón y del popular “Chalet”, residencia campestre ubicada en medio de la ruta de Porvenir a Bahía Chilota, donde se hospedaba cuando volvía a esta ciudad.

Precisamente fue en esta residencia donde -estando en la capital regional- le fueron robados desde la caja fuerte del inmueble, 4 kilos de oro de lavaderos que había heredado del fallecido familiar, a quien los mineros artesanales hasta los años 60 le daban como pago al adquirir sus abastos. El robo nunca fue aclarado, pero don Ante fue víctima de otro delito más grave aún en su casa de Punta Arenas, en abril de 2003, cuando de noche fue asaltado en su domicilio de Avenida Colón, desde donde le sustrajeron 40 millones de pesos mientras lo mantenían encerrado en el baño.

Anécdotas

Sólo hace 10 días, el comunicador social Sergio Cárdenas recuerda haberse topado con don Ante en Avenida Colón con Bories, en Punta Arenas, donde éste lo felicitó por la entrevista que le hizo en Chiloé a su pariente, Miguel “Miche” Vukasovic. “Con su habitual gracia, don Ante me contó que trató de ubicar a ‘Miche’ en distintos pueblos de Chiloé, preguntando por Miguel Vukasovic y nadie sabía de él. Cuando ya había perdido las esperanzas se lamentó: ‘parece que nadie ubica a ‘Miche’ y ahí saltaron como diez ‘viejos’, ¡pero cómo no dijo que era ‘Miche’, si todos lo conocemos!”, refirió el popular comunicador y amigo del fallecido.

Otra habitual anécdota relatada por Ante Vukasovic se remonta a su trabajo en Enap-Isla, donde relataba que estando en Clarencia lo llaman para ir a buscar petróleo de un grado más espeso a Cullen, señalando él que el camión aún tenía un tercio de carga de un combustible de menor espesor. “Sal a la huella y arroja ese resto en una cuneta y vienes con el camión vacío”, le habrían respondido. “¡En esa época nadie se preocupaba del medio ambiente como hacen hoy!”, solía exclamar en su subido tono de voz.

Sus restos son velados en la capilla de la iglesia Catedral, y sus funerales se realizarán este jueves a las 15 horas. Sus exequias tendrán lugar en el Cementerio Municipal.