Primero se crearon nuevos platos, incorporando nutrición e identidad a la experiencia gastronómica de los turistas de intereses especiales. Ahora se elaboraron otras preparaciones para disminuir el sobre peso regional. Son dos iniciativas dirigidas por el Director de Investigación de la Universidad de Magallanes, Doctor Andrés Mansilla, financiados por el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional, que buscan retomar la costumbre ancestral de alimentarse con algas, abundantes, nutritivas y baratas en esta zona del planeta.

El segundo de los proyectos – Innovación y Promoción de la Alimentación Saludable a base de Macroalgas acaba de cerrar, y con 40 millones de pesos elaboró colaciones saludables, aderezos y bocadillos, perfiles nutricionales de cada preparación, talleres acerca de los beneficios nutricionales de las algas, de recolección y preparación de platos, degustaciones y capacitaciones de colecta sustentable, comercialización y marketing para los pescadores.

En ambas ocasiones, el Laboratorio de Macroalgas de la Umag trabajó con el equipo del chef Luis González. Cochayuyo molido para aliñar comidas, o galletas de avena con harina de algas, o huiros arrebozados a modo de papa frita, son algunas de sus deliciosas preparaciones. Porque, para él, tan importante como la nutrición es el sabor, y por eso investiga “hasta dar con la formula correcta”.

Esta vez, la Doctora en Ciencias Químicas, María Soledad Astorga, volvió a participar, elaborando fichas de cada preparación. Según ella, lo más destacable es “el aporte en proteínas, el bajo contenido en grasas, (…) pero además el hecho de que tenga grasa de la buena, o sea, un importante aporte de omega 3, y también el alto contenido en fibra”.

Proyecciones
La información fue compartida con las comunidades educativas y las empresas de alimentación escolar, y con los cocineros, propietarios de locales y concesionarios de casinos de Punta Arenas y Porvenir. Los integrantes del laboratorio de Macroalgas estuvieron a cargo de los talleres con escolares, pescadores y pacientes de la salud primaria, pues realizaron talleres en el consultorio de la población 18 de septiembre de Punta Arenas, en las escuelas Sarmiento de Gamboa, Portugal y España, y en terreno con pescadores y un grupo de alumnos del Liceo Experimental que vivió la experiencia “alguística” desde la cosecha en el Estrecho de Magallanes, hasta la preparación en la cocina del restorán Remezón.

“Esto es lo que nosotros le estamos pidiendo a la Universidad de Magallanes”, dice Ramón Lobos, Consejero Regional de la Comisión Ciencia y Nuevas Tecnologías, a propósito del nuevo trato entre el Gobierno y la Universidad, para desarrollar la región. Algo que el Doctor Mansilla ve posible a través de estas iniciativas, pues asegura que “existe interés en el mundo público y privado, de entidades que quieren financiar proyectos para elaborar productos y poder lanzarlos al mercado”. Como ejemplo, cita la idea de elaborar “raciones para animales, o medicina alternativa, o en la parte cosmetología, o como fertilizante agrícola, en fin”. Un sinnúmero de aplicaciones que pueden diversificar la economía regional, de manera saludable por donde se le mire.