28 de enero de 2013
Sr. Director,
Por alguna extraña razón muchos de los políticos más conspicuos de oposición y de gobierno hacen gárgaras con el ejercicio de primarias y lo positivo que este es para una democracia como la nuestra.
Si convenimos que este método puede ser muy adecuado para dirimir al interior de un partido a su abanderado ante un torneo eleccionario, también hay que reconocer que esto es producto de la existencia previa de un sustento ideológico común que comparten los militantes del partido en cuestión y sobretodo los pre-candidatos que se someten a este ejercicio democrático. Asegurando así que el legítimo ganador contará con el respaldo de por lo menos los militantes más disciplinados aunque hayan apoyado a su contendor.
Distinto y penoso es el ejercicio de primaria que llevarán a cabo a mediados de año la coalición de gobierno y la oposición. No por su resultado: cada grupo elegirá un ganador. Sino por la gran incerteza que tendrán ambos triunfadores de contar con el apoyo de votantes que ideológicamente transitan derechamente por veredas opuestas. Resulta además irritante pensar que dichas primarias mal entendidas serán financiadas con los impuestos de todos los chilenos. Nuestra institucionalidad electoral tiene un proceso de primarias sui generis. Se llama primera vuelta. Somos un país subdesarrollado con arribismo endémico, que nos gusta despilfarrar recursos escasos en castillos de naipes que poco y nada ayudan a avanzar hacia la modernización del sistema político donde campea la mediocridad, la ignorancia y el aprovechamiento a como dé lugar de los recursos del Estado en beneficio de grupos que cada vez más representan a nadie.
Atentamente,
Marcelo Saavedra Pérez
Proyecto de muelle en la base naval de Punta Arenas será beneficiado:
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