Pablo, eres una candidatura joven y que viene de un mundo que demanda cambios sociales importantes para Chile como lo es la educación ¿por qué te atreviste a enfrentar este desafío?

Porque vengo de una generación a la que se nos dijo que había que evitar ciertos temas, no hablar de política, no participar de movimientos sociales. En cambio fuimos formados para consumir y vivir en el modelo que nos fue impuesto. Es súper importante que la generación a la que pertenezco vaya asumiendo responsabilidades en la conducción de la vida y de los procesos políticos y no solamente recibir designios que han sido previamente establecidos. Para eso hay que involucrarse, hay que participar y hay que atreverse.

¿Qué es lo que te hace a tus 33 años tomar conciencia de este periodo donde la política tradicional marcaba la pauta diciéndonos que es lo que debemos hacer?

Nos damos cuenta que hay montón de trabas sociales, económicas y simbólicas que nos ponen para poder vivir tranquilamente. Y eso es algo que las generaciones anteriores quizá no previeron y no se hicieron cargo. Creo que nos toca enfrentar eso, pues nos damos cuenta que si no tomamos el control de esas decisiones probablemente nada va a cambiar.

¿Como te gustaría que quede consagrada en la Nueva Constitución el derecho a la educación. Me refiero a cómo debe quedar expresado y cuáles son las principales ideas que deben quedar expresadas en esta carta fundamental?

Una de las cosas que venimos diciendo desde el comienzo es que esta Nueva Constitución debería preocuparse por reconocer y resguardar derechos que históricamente han sido negados y curiosamente el Derecho a la Educación en la actual constitución no está considerado como una responsabilidad del Estado. Se reconoce la libertad de enseñanza y el derecho de los padres y madres a elegir la educación para sus hijos, pero no se reconoce el derecho de las personas a recibir una educación de calidad; y eso es lo primero que debe quedar protegido dentro de esta nueva Constitución. En segundo lugar, tenemos una mirada sobre la educación donde esta tiene que ser un motor de transformaciones sociales, coherente con el tipo de vida y el modelo de sociedad que estamos aspirando a tener y para eso queremos una educación que sea en primer lugar responsabilidad del Estado, lo que quiere decir que asegure calidad, que sea inclusiva, que sea profundamente democrática, que reconozca también a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derecho. Proponemos una educación que también sea laica, no sexista y, por supuesto, de calidad.

Cómo esas demandas son escuchadas por las autoridades de educación? O tú sientes que hay total sordera, respecto a lo más reciente: como las desmunicipalización de la educación.

Uno de los principales problemas del gobierno actual y de la clase política de los últimos 30 o 40 años es justamente el actuar desde una sordera y una ceguera total con respecto a las demandas y las necesidades de la gente. Se toman decisiones desde ciertas cúpulas de poder que persiguen intereses desde sus convicciones teóricas e ideológicas. Por eso creo que lo hoy está pasando con la educación es un reflejo más de esa situación que se arrastra por tanto tiempo. La educación tiene que ser conversada, antes de elegir un modelo de educación, o cualquier reforma, tiene que ser conversada con las personas que reciben esa educación y con quienes construyen esa educación, que son los profesores, profesoras y asistentes de la educación que trabajan en este medio.

Mucho se ha dicho que expertos deben escribir la constitución y sobre todo gente que conozca de política. Por otro lado, están los que dicen que la constitución debe ser escrita por mentes y manos diversas y que representan otras formas de pensar y vivir. Tú eres de aquellos. ¿por qué defiendes esa posición?

El ejemplo más concreto es que la Constitución actual fue escrita por un grupo de expertos entre cuatro paredes y lo que vemos es un corpus que cumple con resguardar muchas cosas de manera legal, a conveniencia de quienes la escribieron, pero se dejó de lado el sentir de la ciudadanía. Hoy en día lo que tenemos es una Constitución que rige para proteger los intereses de un grupo pequeño, pero no se considera cómo afecta a la ciudadanía en su totalidad. Creo que es súper importante que toda la ciudadanía esté representada en la Constitución y para ello buscaremos los mecanismos legales para acompañar el proceso; para que redactemos una carta magna que esté a la altura del país que queremos tener.

Decía hace un rato que eres una candidatura joven. Conocemos de tu interés literario participando y ganando hace unos años en Magallanes en 100 palabras, de tu interés social y político formando parte de la Sociedad Austral de Debate y ahora siendo unos de los líderes de la Coordinadora Social Magallanes. ¿qué más debemos saber de ti? ¿Qué más deben saber de ti los magallánicos para confiar en tu candidatura?

Siempre me cuesta responder esta pregunta porque desde el primer momento he sentido que esta candidatura no se trata de mí, no se trata de Pablo Cifuentes, sino del proyecto político que hay detrás, del proyecto colectivo y horizontal que busca representar a diversos sectores en el proceso constituyente. Si tengo que poner una característica mía sobre la mesa, está el compromiso y la responsabilidad que estoy asumiendo con este trabajo, donde creo tener las condiciones para propiciar el diálogo y para hacer puentes de conexión y trabajo colaborativo que es lo que hoy necesitamos.

¿Cómo ves el trabajo de la Coordinadora Social de Magallanes en estos últimos meses?

Siento que el trabajo de la Coordinadora ha sido un movimiento tremendamente esperanzador porque ha permitido coordinar voluntades que son muy diversas y que nacen de una manera muy genuina, pues no fue propiciado por alguien en particular ni por intereses partidistas ni económicos. A pesar de que venimos de mundos muy diversos hemos logrado identificar puntos de unión y hacia dónde debemos caminar como sociedad y creemos que estamos por el camino correcto.

Este escenario inédito de encierro por más de un año hace compleja la tarea de campaña electoral para dar a conocer ideas. ¿cómo se han desplegado tú y tus adherentes durante estos meses, cómo piensan llegar con sus ideas a una semana de la elección?

Divido el trabajo de campaña en dos etapas. La primera estuvo centrada cien por ciento en el contenido, pues una de las primeras cosas que nos propusimos fue que no queríamos representarnos a nosotros mismos y que no queríamos tener una discusión desde un fuero interno, sino que necesitábamos expandir las redes de conversación y llegar a otras organizaciones y, por lo tanto nos comprometimos con el diálogo primero y con poner el contenido por delante, nutrirnos de esas experiencias y poder levantar un programa que fuera coherente con lo que estamos proponiendo para las transformaciones, llegando a construir el Mandato Popular Constituyente de la Coordinadora Social de Magallanes. Por otro lado, en esta segunda etapa hemos hecho el trabajo de difundir ese mandato. En ese sentido el escenario de pandemia ha tenido sus cosas buenas y malas, porque nos ha impedido hacer un trabajo más de contacto con la ciudadanía pero también hemos aprovechado los recursos tecnológicos para ponernos en contacto con otras personas y otras realidades a las que quizá no hubiéramos llegado.

¿Qué es lo que han identificado entre la gente magallánica durante la campaña?

Una de las cosas que hemos identificado es que hay muchas ganas de participar y que hay muchas ganas de cambiar las cosas. Cuando tú conversas con las personas en la calle se te va rompiendo el mito de que al chileno, la chilena, no le interesa participar en política, que no le interesa participar en los cambios o en las transformaciones, sino que hay ganas, pero también hay mucha desinformación y eso es producto de lo que ha pasado con la clase política en los últimos años que se ha preocupado de desinformar a la ciudadanía. Como sociedad tenemos un camino de autoformación por delante y proyectos como el que estamos proponiendo a través de la Coordinadora Social van en esa dirección. La gente nos recibe con mucho optimismo también, porque ve que hay alternativas, ven que hay una manera de hacer política que no es necesariamente esta mirada paternalista que dice “aquí vengo yo con mi programa político a solucionarte la vida”, sino que vengo a invitarte a ver cómo cambiamos esto.

Hay hartas cosas que surgen de la misma esencia de los que somos como región, te das cuenta del interés que hay por proteger el medio ambiente, te das cuenta de la tremenda necesidad que tiene la gente de participar en las decisiones territoriales, porque vivimos realidades muy distintas a las del resto del país.

Has dicho que lo que vivimos en materia política en los últimos 30 años es una maqueta de democracia ¿de qué carecen los gobiernos de Chile Vamos y Nueva Mayoría que son los únicos que se han alternado en el poder para alcanzar una verdadera democracia?

Durante todos estos años nos han hecho elegir entre las opciones disponibles que vienen de una clase política y gobernante instalada desde la élite, que ha propuesto desde sus propios intereses los caminos que debemos seguir y no ha estado en contacto con los reales intereses de la ciudadanía. Creo que es tremendamente dañino para la sociedad chilena esta escasa formación política y ciudadana de las personas que conformamos el territorio, porque también se nos ha hecho votar por lo que los medios de comunicación nos muestran y no se ha hecho un trabajo de generar contenido político con profundidad y eso hoy está cambiando. Por eso tenemos que establecer mecanismos de democracia directa y vinculante que le devuelvan a la ciudadanía, al pueblo, la soberanía.

Cada vez que la sociedad chilena que demanda cambios logra algo, el empresariado mayor amenaza con la destrucción de Chile, con la debacle económica. En el último tiempo ese fantasma ha sido puesto sobre el retiro de los fondos de pensiones y más recientemente sobre el royalty minero, donde las grandes cámaras y confederaciones e inclusos FFAA han puesto el grito de alarma. ¿Qué decir frente a aquello y cómo hacer entender a los temerosos que hay otros caminos?

En primer lugar decir que este mismo sector que constantemente hacen campaña del terror y habla sobre la destrucción de Chile, que vamos a perder nuestros recursos y las inversiones, es curiosamente el mismo sector que en los momentos más críticos de nuestro país se ha seguido enriqueciendo. Entonces algo está pasando allí, quizá la economía de nuestro país no se está destruyendo sino que lo que está fallando es el cómo se distribuye la riqueza. Entonces vale la pena preguntarse si lo que se va a destruir es Chile o el modelo que les permite a ellos seguir enriqueciéndose. Y por otro lado, creo que es súper importante hacer una reflexión más profunda entendiendo que es justamente el modelo que tenemos actualmente el que nos ha llevado a la crisis en la cual estamos, tenemos una crisis ecológica, una crisis hídrica, una crisis social y política que ha sido la consecuencia de cómo se ha administrado el país desde que se instaló este modelo junto a la Constitución de 1980.

Por último, los movimientos sociales en Chile y en Magallanes particularmente la Coordinadora Social le han pedido la renuncia a Sebastián Piñera y, por su parte, la clase política lo ha blindado proponiendo acuerdos de última hora. ¿En que momento el pueblo entra a la Moneda y logra ese propósito? ¿qué podemos esperar a partir de ese momento?

En ese sentido tiendo a hablar de una opción más largoplacista, yo siento que si bien este gobierno ha sido tremendamente nefasto en su administración de la crisis, también responde a una lógica de estar sosteniendo el modelo que está haciendo aguas por todas partes. Y en ese sentido como bien dices tú, no solo lo hace el gobierno, sino también la clase política tradicional, que está tratando de sostener una institucionalidad que claramente ya no es compatible con el tipo de sociedad que quiere tener la mayoría de la gente en Chile. Entonces, si bien una de las opciones es que caiga el gobierno actual, yo creo que donde tenemos que centrar los esfuerzos hoy es en cómo lo hacemos para que no permitamos nunca más tener un gobierno que sea totalmente ciego e indolente ante las necesidades de las personas y para eso la Constitución va a ser una de nuestras herramientas principales. Si logramos cambiar las reglas del juego vamos a poder permitir que nunca más el gobierno de turno haga lo que quiera de acuerdo a sus propios intereses, sino que responda a un mandato constitucional, a una visión colectiva de país y que venga efectivamente desde la gente.