Desde el escenario y haciendo reverencias ante los continuos aplausos de más de 150 asistentes, la violinista Yvanka Milosevic y el pianista Alexandros Jusakos finalizaron un nuevo concierto de cámara ofrecido a la comunidad de Puerto Williams. En su quinta visita a la capital provincial –y por segundo año consecutivo desde la reapertura de actividades culturales postpandemia-, el ensamble de músicos deleitó a un público diverso en edades, en una actividad que se ha vuelto cada vez más habitual en la localidad de Isla Navarino.

«Aunque sea la ciudad más austral del mundo y el clima un poco duro, la calidez humana es tremenda. Y realmente vemos algo que nos gusta mucho y que, probablemente porque no es tan grande o es algo bueno del aislamiento que sucede acá, desde afuera nosotros vemos que entre todos se apoyan, entre todas las instituciones. Y eso, en otros lugares, no sucede. Realmente es maravilloso, porque así cada cosa sucede con la mejor de las generosidades», dice Milosevic tras protagonizar un evento artístico que incluyó interpretaciones de obras de Wolfgang Amadeus Mozart y Fritz Kreisler, en el anfiteatro del Liceo Donald Mc Intyre Griffiths.

Es que la relación entre ambos músicos con la comunidad, y especialmente con dicho establecimiento educacional, es muy estrecha. Gracias a la Fundación Pianos para Chile que crearon hace nueve años atrás, en 2016 hicieron entrega de uno de los cerca de 250 pianos que han donado a recintos educacionales y centros culturales del país. Y además de ofrecer un concierto de música de cámara, también realizaron un evento educativo a estudiantes desde sexto básico hasta cuarto medio de dicho liceo, con la permanente colaboración del profesor de música del recinto, Nicolás Concha.

«Normalmente, en los conciertos educativos uno explica las obras, una cosa más breve, no hay tanto tiempo para hacer un concierto completo, pero es una experiencia que siempre es interesante, porque los chicos pueden ver cosas que no se ven normalmente. Si bien es cierto, ahora la tecnología nos permite ver conciertos por Internet en todo momento, la experiencia del concierto en vivo es una cosa distinta», comenta Jusakos al respecto.

Frente a este tipo de actividades culturales, que recibió el apoyo del propio liceo, así como también de la Delegación Presidencial Provincial de la Antártica Chilena y la Municipalidad de Cabo de Hornos, la delegada presidencial provincial de la Antártica Chilena, María Luisa Muñoz, menciona que «el trabajo que han hecho ellos, de venir hasta Puerto Williams, lo encontramos sumamente importante y necesario (…). Ojalá pudieran venir muchos más artistas, con más actividades y potenciarlas durante el año. Hay que aprovechar esta instancia y las voluntades de que puedan venir para acá».

Un anhelo similar a la delegada es lo que desean concretar tanto Jusakos como Milosevic en la capital provincial, especialmente por el positivo comportamiento del público austral. «Esperamos mantener cierta periodicidad en los conciertos. Que no pase todo un año, sino que siete meses, por ejemplo. Hoy el público estaba muchísimo más concentrado, y eso lo da la costumbre a asistir a este tipo de actividades con instrumentos acústicos. Hoy estamos acostumbrados a que todo es con parlantes, donde les subes o les bajas el volumen. Puedes prestar más o menos atención, y realmente no importa, porque puedes volver a escucharlo, puedes volver a poner el video, puedes volver a escuchar el tutorial. Sin embargo, esto (el concierto de música de cámara) sucede en el momento, y eso no solamente lo construimos los músicos, sino que lo permite el público. Y hoy estuvo fascinante. Pudimos tocar con una comodidad que nos permite justamente tocar lo más artísticamente posible», explica Milosevic.

¿Un sueño de ustedes es quizás generar un festival en Puerto Williams?

Alexandros Jusakos: «Por supuesto, claro, eso sería ideal. Y hay varias maneras. Una manera es que sea una vez al mes, en un mismo día, como el primer lunes de cada mes, por ejemplo. Y la otra manera es generar festivales que sean de dos semanas seguidas, una semana seguida, en que todos los días haya actividades. Ésas son las dos maneras. No sé cuál será mejor. Yo creo que ambas tienen cosas muy interesantes. Estamos contentos de haber estado acá, de sentir que quedan tantas cosas por hacer y da la sensación de que las vamos a hacer».