7 de agosto de 2017
Cada vez son más los viajeros dispuestos a adentrarse en la naturaleza más profunda de Chile solo para tener un encuentro cercano con algún animal salvaje. Por eso, un grupo de expertos eligió los mejores lugares para ver las especies más emblemáticas del país y explica en detalle cómo hacerlo. Aquí las recomendaciones.
Pingüino rey, el monarca austral.
El pingüino rey es curioso y confiado, muy parecido al pingüino emperador, que tuvo su fama con La Marcha de los Pingüinos, pero más chico y de más fácil acceso, porque no hay que ir a la Antártica para verlo. El mejor lugar para observarlos en Chile es Tierra del Fuego. En Bahía Inútil hay un lugar que se llama Parque Pingüino Rey. Es recomendable ir cuando las crías ya nacieron, en el verano, porque así se puede ver cómo los adultos las cuidan. El consejo principal es asumir las reglas de mantener una distancia prudente (no menos de 20 metros), y no molestarlos, porque ellos mismos se acercarán bastante. Cómo llegar: Para visitar el Parque Pingüino Rey hay que reservar; desde Punta Arenas se puede tomar un tour o ir por cuenta propia. Más información: www.pinguinorey.com.
Pudú, el ciervo más esquivo.
A la hora de elegir adónde llevar gente a ver pudúes hay que ir a áreas con bosque nativo, como por ejemplo el Parque Nacional Chiloé. El pudú es uno de los ciervos más pequeños del mundo: pesa 7 kilos, aunque en Chiloé puede superar los 10 kilos. Es un animal tímido, que habita en vegetación densa y cuando se observa, suele verse en solitario. Cómo llegar: Se recomienda recorrer los senderos del Parque Nacional Chiloé (www.parquechiloe.cl). Otros lugares para verlos son el Parque Alerce Costero y la Reserva Costera Valdiviana.
La ranita de Darwin es una especie altamente carismática, algo así como «el oso panda de los anfibios chilenos». Uno de los lugares donde se puede ver con mayor facilidad es en los senderos de la Reserva Biológica Huilo-Huilo. Es mejor ir en primavera y verano, ya que en invierno se esconden. Se pueden ver de día y se encuentran por el canto de los machos, que es parecido al piar de un pollito. Andan sobre el suelo del bosque, son solitarias y quietas, pero saltan si uno se acerca. Así hay más posibilidades de verlas, ya que quietas se camuflan. Además, son muy pequeñas: miden 30 milímetros. Las ranitas de Darwin no deben tomarse: el calor de la mano puede secarles la piel, lo cual las asfixia. Son conocidas por su estrategia reproductiva, llamada neomelía: es el macho el que se «preña» y da a luz a sus crías por la boca. Cómo llegar: Lo mejor es buscarlas en el Sendero Botánico de la Reserva Biológica Huilo-Huilo (www.huilohuilo.com). Otros lugares son el Parque Oncol, Parque Tantauco y Parque Pumalín.
Tras las huellas del puma.
El mejor lugar para ver el puma es el Parque Torres del Paine, entre las porterías del lago Sarmiento y la laguna Amarga. Los pumas están allí todo el año, pero es recomendable ir en abril, porque hay menos turistas y se ven los colores del otoño. Son animales nocturnos, así que se ven al amanecer y al atardecer. Es importante conservar la distancia (entre 30 y 80 metros, dependiendo del tamaño del puma), mantener silencio, hacer movimientos lentos y nunca darles la espalda ni correr. Es impactante ver al mamífero terrestre más potente que tiene Chile: su tamaño, sus movimientos, su mirada. Cómo llegar: La empresa Natphoto (www.natphoto.cl) conduce expediciones fotográficas de seis días al Parque Nacional Torres del Paine.
El vuelo del cóndor.
El cóndor es el ave rapaz más grande del mundo: puede tener hasta 3,5 metros de envergadura. Para verlos se recomienda Valle Nevado y Farellones. Hay que ir desde media mañana en adelante, cuando el sol calienta el aire y se forman corrientes ascendentes, lo que permite ver mejor a este planeador. Se debe buscar un punto con buena visibilidad del valle. Un buen sitio es Casa de Piedra, una antigua construcción hoy en ruinas que está en el trayecto entre Farellones y Valle Nevado. Para ver aves se recomienda siempre ir con ropa no muy llamativa, pero un dato es que los cóndores suelen acercarse a mirar a quienes llevan algo rojo y están quietos. Cómo llegar: Empresas como Ecoexplorer (ecoexplorer.cl) organizan viajes para observar cóndores en Santiago. Otros buenos sitios para el avistamiento son el Cajón del Maipo y la Patagonia.
El sonido del carpintero negro.
Hay pocas cosas más bellas y emocionantes que sumergirse y escuchar el eco potente del tamborileo del carpintero negro golpeando los troncos de los árboles con su poderoso pico. Para verlo, el sitio más accesible, por lo cercano a Santiago, y donde se ve con regularidad, es en los bosques de la zona baja de la Reserva Nacional Altos de Lircay, al interior de Talca. El consejo es adentrarse en silencio en el bosque, estar atento al sonido de su martilleo y a su potente voz que parece una carcajada. Cómo llegar: La Reserva Altos del Lircay queda 66 kilómetros al este de Talca. También se puede ver en la Patagonia.
El desconocido delfín chileno.
La gente siempre quiere ver al delfín nariz de botella, que habita en la zona de Punta de Choros. Pero existen muchos otros delfines. El menos conocido y el más especial es el delfín chileno, que solo vive en Chile (entre Valparaíso y Cabo de Hornos). Es pequeño (1,60 metros) y se caracteriza por tener aletas de forma redondeada, no en punta, como los otros delfines. Por eso mismo son muy difíciles de ver. Donde hay más probabilidades es en la bahía Yaldad, cerca de Quellón, Chiloé. No sabemos cuántos hay, pero son pocos. Este delfín podría extinguirse y la mayoría de los chilenos ni siquiera lo sabría. La mejor época para verlos es en verano, porque están más activos y cerca de la costa. En promedio un delfín sale a la superficie a respirar cada tres minutos. Lo común es verlos en grupo. Este delfín no hace acrobacias; es chiquitito, un poco gordito y tímido. Cómo llegar: Desde Quellón hay paseos a la bahía Yaldad. Otros lugares para verlo son el canal Dalcahue, el canal San Pedro y los canales cercanos al Parque Pumalín.
http://www.elpais.com.uy/
La colaboración entre ambos gremios busca identificar las necesidades de formación de estudiantes y trabajadores en la región, asegurando la disponibilidad de profesionales capacitados para la futura industria energética.
La colaboración entre ambos gremios busca identificar las necesidades de formación de estudiantes y trabajadores en la región, asegurando la disponibilidad de profesionales capacitados para la futura industria energética.