7 de mayo de 2016
Los bandidos con sus guaridas a ambos lados de la línea de límites, seguros de que allí no los amenaza ningún peligro, cuando se les presentan circunstancias propicias para realizar sus fechorías, sin que la autoridad policial pueda impedirlo, caen sobre las poblaciones (
) matan a los hombres y a los niños, secuestran mujeres y arrean ganado, y recurren al fuego para borrar sus huellas. Así, planteaba la problemática delictiva, este día, el diario La Voz del Sud, de Viedma (Gabriel Rafart. Tiempo de violencia en la Patagonia).
El artículo aludía al sangriento raid delictivo llevado a cabo en la zona por la banda del chileno Roberto Foster Rojas. Quien justamente ese mismo día era detenido por una partida policial, en Jacobacci, cuando se encontraba solo, al haber sido abandonado por sus secuaces, acompañado por una joven secuestrada.
Al ver que estaba perdido, se entregó mansamente. Entonces dijo Soy Foster Rojas y los policías prácticamente saltaron hacia él y maniatándolo lo tiraron al suelo (
) mientras revisaron la casa. Cuando se cercioraron que allí no se encontraban los otros integrantes de la banda, recién se relajaron (Ernesto Maggiori. La cruzada patagónica de la policía fronteriza).
El procedimiento policial añadió otra sorpresa: del grupo policial salió un hermano de Francisca (la joven secuestrada) que (
) abrazándola le preguntó por sus padres. Es en ese momento que recién pudo expresar sus sentimientos y soltó sus lágrimas y como pudo le contó a su hermano que muchos de los de la familia estaban muertos. Desesperado y a los gritos, el joven se apartó de ella y desenfundando un revólver se encaminó hacia Foster Rojas dispuesto a matarlo, lo que fue impedido por los otros policías.
Durante ese año, la banda había cometido no menos de diez asaltos y otros tantos asesinatos, entre los que se contaban mujeres y niños, en distintos puntos de la zona oeste de Chubut y Río Negro. Los días previos a la detención, los bandoleros habían copado la casa del hachero Bernabé Huala, en la zona de Puerto Moreno. El hombre se había ausentado junto a sus dos hijos mayores. Estaban su esposa y otros seis hijos, entre ellos dos jovencitas de 14 y 17 años. Salvo esta última, todos fueron ejecutados. Francisca se convirtió en una forzada compañera sexual de Foster Rojas durante una semana, hasta su detención.
Bernardo Veksler
Segunda jornada de las elecciones 2024.
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