11 de abril de 2013
El propietario de la Librería Lello de Porto, Portugal, admitió la posibilidad de que pudiera cobrar la entrada a sus miles de visitantes para «pagar por el desgaste» del espacio. Agregó que los turistas organizados en grupos ya contribuyen con dos euros, recibiendo un marcador de página como obsequio.
Antero Braga aseguró que los otros visitantes no pagan por entrar, que el pago de dos euros es solo para grupos de turistas organizados que «reciben un marcador de página como recuerdo de la empresa». El propietario dijo que era «muy probable» que un día se extienda el pago a la población en general, ya que «la cultura no puede ser sinónimo de pobreza».
«Antes una casa que cobra entrada que una casa cerrada, lo que no es el caso. Se trata de un estudio que se tiene que pensar, porque alguien tiene que pagar por el uso y desgaste esta casa «, explicó.
Antero Braga hizo hincapié en que se trata de una «empresa privada y pública», explicando que la centenaria librería Lello tiene «un desgaste enorme en la difusión de la cultura portuguesa», recordando que «es la librería de raíz más bella del mundo y la tercera mejor en el mundo «. «Esta librería no puede permitirse el lujo de reemplazar al Estado en cuanto a la divulgación de los autores de la cultura portuguesa. No gano nada, porque nadie da nada a esta casa y yo soy uno de los propietarios «, dijo.
La Librería Lello fue considerada en 2010 la tercera más bella del mundo por la guía de viajes australiana Lonely Planet. Dos años antes, también el diario británico The Guardian la consideró como la tercera librería más bella del mundo, después del Ateneo, Buenos Aires, que ocupa el lugar de un antiguo teatro, y la Boekhandel Selexyz Dominicanen en Maastricht , Holanda, que se instala en una antigua iglesia. El edificio de la actual librería Lello, en cambio, fue diseñado para ser una librería por el ingeniero Francisco Xavier Esteves. También había sido elegida por el escritor catalán Enrique Vila-Matas como «la librería más bella del mundo».
Para Antero Braga, quien durante varios años venía diciendo a los clientes que tenía la intención de pasar a cobrar la entrada a los numerosos turistas que visitan la librería, «la cultura es lo que hace más ricos a los pobres y, por lo tanto, los actores culturales no tienen que pagar», pero sí «trabajar para mantener viva la cultura, para que su país, su economía, pueda ser diferente».
(Publicado en publico.pt)
El taller se realizó en el marco del Programa de Acompañamiento a Organizaciones de Usuarios 2024 que ejecuta la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas en colaboración con la Universidad de Chile a través del Laboratorio de Análisis Territorial (LAT) de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile.
El taller se realizó en el marco del Programa de Acompañamiento a Organizaciones de Usuarios 2024 que ejecuta la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas en colaboración con la Universidad de Chile a través del Laboratorio de Análisis Territorial (LAT) de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile.