14 de diciembre de 2025
LA DEMOCRACIA Y SUS DERECHOS
Marcos Buvinić Martinić.

En este día en que estamos yendo a votar para elegir a quien ocupará la presidencia de la república, quisiera invitarlos a que reflexionemos un poco sobre la democracia y los derechos que la hacen posible, que la acompañan y se fortalecen con ella. Me refiero a los derechos humanos, los cuales son el eje fundamental de todo el sistema democrático.
Quizás, esto es algo obvio y evidente para muchas personas, especialmente para quienes tuvimos clases de educación cívica en nuestra etapa estudiantil, pero actualmente son muchas las personas que no conocen, o no perciben ni valoran esta relación indisoluble entre la democracia y los derechos humanos.
En forma muy resumida, la historia nos dice que la democracia como sistema de organización del gobierno y de convivencia social tuvo su origen en la antigua Grecia, allá por el siglo VI a.C., estableciendo que el gobierno de la “polis” descansaba en las soberanas decisiones de los ciudadanos, y creando las instituciones que lo hicieran posible. La democracia era el “gobierno del pueblo” (“demos” = pueblo, y “kratos” = gobierno) que buscaba superar la oligarquía (= gobierno de unos pocos), de manera que el ejercicio del poder fuera regulado desde las opciones mayoritarias de los ciudadanos. Este sistema funcionó unos doscientos años, hasta que volvió a establecerse la monarquía como forma de gobierno. La antigua democracia griega, dentro de sus límites (por ejemplo, sólo eran ciudadanos los varones libres, excluyendo a las mujeres, los esclavos y los extranjeros) quedó en la historia como una memoria permanente de la dignidad y derechos de los ciudadanos frente a cualquier forma de autoritarismo.
Después de muchos siglos, las ideas democráticas volvieron a tomar fuerza en Europa a partir de la Revolución Francesa y, en el siglo XIX comenzó el desarrollo y evolución hacia las actuales formas de gobierno y convivencia democrática.
El eje fundamental del sistema democrático es la afirmación de la dignidad, de los derechos y deberes de los ciudadanos, en los cuales reside la titularidad del poder y que a través de formas de participación -el voto, por ejemplo- confieren legitimidad a las autoridades elegidas por la mayoría de los ciudadanos.
Así, la democracia es una forma de gobierno y de convivencia social entre miembros libres e iguales en su dignidad y derechos, así como en los deberes correlativos, es decir, es un sistema que se funda en la dignidad de toda persona humana y sus libertades fundamentales, promueve la solidaridad, la participación corresponsable, la igualdad ante la ley, el respeto del pluralismo, la rendición de cuentas en la administración pública, la resolución pacífica de los conflictos, y un largo etcétera que recoge todos los derechos y deberes de las personas como ciudadanos y de las instituciones del gobierno y la sociedad.
Por eso es que no hay democracia sin respeto a los derechos humanos, y es deber del estado y de todos los ciudadanos respetar y promover esos derechos. Así, los derechos humanos son los derechos de la democracia, la hacen posible y con ella se fortalecen. De esta manera, el sello democrático de cualquier gobierno es el respeto y promoción de los derechos humanos de todas las personas.
Ciertamente, la democracia no es sistema perfecto, tiene sus límites y son muchos vicios los que atentan contra ella, no sólo el autoritarismo, sino también las diversas formas de corrupción, pero como dijo Winston Churchill, “la democracia es el peor sistema de gobierno, excepto todos los demás que se han inventado”; es decir, es el menos malo, y por eso es el mejor que tenemos para organizar el estado y la convivencia social buscando el respeto de la dignidad y derechos de todas las personas.
El pasado 10 de diciembre fue el Día Internacional de los Derechos Humanos, que conmemora la promulgación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (10 de diciembre de 1948), el cual pasó casi inadvertido en medio de la campaña electoral y del carnaval consumista navideño. Acá, en Punta Arenas hubo un significativo acto organizado por agrupaciones de ex presos políticos en el “sitio de memoria” del Estadio Fiscal, cuyos camarines, luego del golpe de estado de 1973, fueron lugares donde muchas personas sufrieron violaciones a sus derechos humanos a través de la detención arbitraria y la tortura.
Hoy día, cuando estamos yendo a votar, no sólo vamos a cumplir con un deber cívico y manifestar nuestra preferencia por algún candidato, sino que al participar como ciudadanos afirmamos que el respeto a los derechos humanos es la base de toda nuestra convivencia social y conferimos autoridad a quien salga elegido o elegida para que el respeto y promoción de esos derechos fundamentales sea el sello democrático de nuestro país y de sus autoridades.
14 diciembre 2025
Información en vivo, voto obligatorio y seguimiento a los resultados finales de una jornada decisiva.
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