14 de diciembre de 2025
MARGEN DE VICTORIA: LOS CONFLICTOS Y DESAFÍOS QUE SE ABREN A PARTIR DE LA DIFERENCIA DE VOTOS ENTRE EL PRIMER Y SEGUNDO LUGAR
En los últimos 20 años en Chile ningún gobierno ha sido capaz de entregar la banda presidencial al candidato de su mismo sector, una tendencia que para la mayoría de los analistas se mantendría esta noche. Pero el nombre del triunfador no es lo único que importa. La distancia que marquen entre sí los contendores tiene también fuertes implicancias políticas.

Diferencia de un dígito: triunfo en la derrota
La elección presidencial de 2005 fue la última vez que en Chile un mandatario en ejercicio le traspasó el mando al candidato de su sector.
Desde entonces, la “normalidad” ha sido el cambio pendular entre gobiernos de centroizquierda y de derecha, pero también el hecho de que la diferencia de votos entre uno y otro sector ha estado siempre en torno a los 10 puntos porcentuales. La excepción fue el holgado triunfo de Michelle Bachelet en su retorno a La Moneda en diciembre de 2013 (62,17%), cuando le sacó una distancia de 24,3 puntos a la abanderada de la derecha Evelyn Matthei.
Alentados por los buenos resultados de la primera vuelta, en la que la suma de los tres candidatos de derecha superaron por 20 puntos la votación obtenida en conjunto por los abanderados de centro e izquierda, las actuales oposiciones aspiran a repetir una brecha de esa magnitud. Un claro triunfo que les permita consolidar la histórica votación obtenida por las fuerzas que se agruparon por el Rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022.
Pero aunque es claro que las derechas llegan a la elección de hoy en su mejor momento, para analistas políticos como Pepe Auth, Víctor Maldonado, Marco Moreno y Cristián Valdivieso es “muy difícil” que superen el 62% del Rechazo.
Por lo mismo, el esfuerzo de la campaña de Jeannette Jara y del oficialismo ha estado volcado a disminuir al máximo la brecha.
“Si la diferencia de votos de hoy es menor a 10 puntos, la lectura va a ser que es un tremendo triunfo de Jeannette Jara, que fue una gran candidata y que logró remontar una brecha que era muy grande desde la primera vuelta. Por lo mismo, la noticia va ser el triunfo de Kast, pero la gran novedad va a ser que Jara consolida su liderazgo en la centroizquierda”, señala el analista y director de Criteria, Cristián Valdivieso.
Para el analista político y exsecretario general de la DC Carlos Maldonado, desde afuera no se logra dimensionar lo complejo que es mantener ordenada a una coalición que va desde la DC al PC. “Jara logró mantener unida y en orden a la centroizquierda en esta etapa y eso ya le da credenciales de líder”.
La tarea principal de la centroizquierda a partir del mismo lunes 15, añade Maldonado, será dar señales claras de que está trabajando para recuperar el electorado y el respaldo ciudadano.
Y es que el margen de victoria condiciona también la fuerza que tendrán los bloques políticos, lo que abre grandes desafíos para un eventual gobierno de Kast.
“Si la brecha es menor de 10 puntos, la narrativa de cambio de Kast quedará matizada por un país prácticamente empatado. Ese resultado lo deja muy amarrado y lo obliga a pactar y a llegar a acuerdos con todos, no sólo con las fuerzas de la derecha, sino que también con la centroizquierda. Ese es el gran fantasma de Kast”, señala el académico de la Universidad Central Marco Moreno.
10 puntos: la “brecha intermedia”
“Para Jeannette Jara el resultado de la primera vuelta (26,85%) fue muy malo, casi catastrófico”, señala el exdiputado y ahora analista político Pepe Auth. Y es que todos los cálculos apuntaban a que tendría que haber sacado sobre el 30% de los sufragios para seguir siendo competitiva con miras al balotaje.
Por lo mismo, en el oficialismo se ha extendido la idea de superar la barrera sicológica del 40% para mantener vivo al sector.
“Si el resultado de esta noche es en torno a los 10 puntos de diferencia con Kast se va a considerar como que ella logró acortar la brecha y que el resultado no es una derrota que deje devastada y en el suelo a la izquierda frente a los desafíos que vienen en el futuro”, señala el fundador y director de Criteria, Cristián Valdivieso.
“En los partidos del oficialismo no se han visto rencillas tan serias para pensar que puede venir una crisis mayor. La percepción general en el oficialismo es que hay que capear el temporal unidos, eso permite pensar que se mantendrá una coordinación política para trabajar en construir un conglomerado más sólido, idea que es compartida por todo el sector”, señala Víctor Maldonado.
Para Jara, sin embargo, una derrota por ese margen la obligaría a entrar en una nueva contienda si es que desea mantener el liderazgo de toda la izquierda. “Salvo que se salga del PC, algo que no está del todo descartado por el coqueteo que ha tenido desde el PS, en esas circunstancias Jara tendrá que ir a ganarse a su partido o le van a pasar la cuenta muy duro”, afirma Auth.
Para Kast, un triunfo por este margen, si bien le da un mandato más claro, no tendrá la base necesaria para imponer sus términos.
“Un escenario de brecha intermedia, en torno a los 10 puntos y por debajo de los 15 puntos, deja a Kast como el líder del sector, pero Chile Vamos, la élite política y el empresariado tendrían más margen para empujar la agenda y exigir moderación”, remarca Moreno.
El desafío para Kast, si es que se da este escenario, será la capacidad para articular una nueva coalición de gobierno que dé sustento a su eventual gestión. “No debería llamar la atención que Kast nos sorprenda con una versión aperturista de sí mismo. No hay ninguna posibilidad de que los republicanos puedan gobernar por sí solos. Podría sacrificar su relación con Kaiser y los libertarios, pero jamás con Chile Vamos, porque ellos son los que saben gobernar”, explica Víctor Maldonado.
En ese sentido, añade Maldonado, José Antonio Kast podría ofrecerle a Chile Vamos las carteras sociales, donde republicanos no tiene experiencia y se alejan de la agenda prioritaria de lo que han llamado “gobierno de emergencia”.
“Entre más amplio sea el triunfo y mayor sea su capacidad de apertura, más gana el liderazgo de Kast”, dice Maldonado.
Sobre 15 puntos: ¿Tsunami?
“Desde 1920 hasta ahora, nunca la derecha había estado en una elección presidencial tan bien posicionada. Ninguno de sus candidatos presidenciales había llegado a una elección con un piso superior al 50%. Y eso sumado a la tendencia mundial de avance de las derechas y ultraderechas hace pensar que esta vez llegan en su momento de mayor esplendor”, dice el analista Víctor Maldonado.
Las posibilidades de un resultado holgado en favor de José Antonio Kast es uno de los escenarios que se barajan no sólo entre sus partidarios, sino también en La Moneda, y en figuras del oficialismo y de la ex Concertación opositores al gobierno de Boric.
“Mi pronóstico es que la elección será 58,5% para Kast contra 41,5% de Jara”, afirma Pepe Auth. Un margen de victoria de 17 puntos porcentuales.
El escenario de un “tsunami conservador” sería desastroso para la izquierda y, según algunos analistas, podría generar riesgos de gobernabilidad para Kast si es que no logra administrar adecuadamente el poder que le da un margen de victoria superior a los 15 puntos de distancia sobre la abanderada oficialista.
“En ese escenario, la izquierda va a tener que replantearse completamente cómo recupera el voto popular. Ese va a ser el gran dolor del Presidente Boric, quien nunca tuvo el voto popular, ni el año 2022, ni el 23, ni el 24, ni ahora en la primera vuelta. La gente de menos ingresos votó por Kast, por Parisi, por Kaiser, y en cuarto lugar por Jara”, dice Valdivieso.
Para el académico Marco Moreno sería “una derrota estructural del ciclo progresista”. Caer bajo la barrera sicológica del 40% para el oficialismo sería muy difícil de procesar y el reordenamiento del sector quedaría paralizado por el debate interno de los partidos.
“Es la posibilidad de orden en la centroizquierda lo que está en juego con un triunfo holgado de Kast”, resume Maldonado.
“Un resultado muy bajo de Jara haría estallar al PC. La directiva liderada por Carmona tendría muchos motivos para decir, mire, todos los costos que tuvimos que pagar por tener una candidata que se volvió socialdemócrata a mitad de camino y no sacamos más votos. Ahí se va a armar la grande. La fiesta de los abrazos del PC (que se celebra para el Año Nuevo) puede terminar en la fiesta de los coscachos, porque la presión para que se haga una evaluación crítica será enorme”, añade Maldonado.
Para las derechas, el eventual escenario de un triunfo con un margen de victoria tan holgado también abre un riesgo frente al desafío de fusionar proyectos políticos muy distintos.
“El riesgo de una brecha muy grande es que Kast y sus equipos se engolosinen y sobreinterpreten ese resultado como si fuera sólo de ellos”, dice Valdivieso.
En un escenario así, complementa Moreno, Kast sentirá que tiene un mandato muy robusto para instalar su proyecto político. “Con más de un millón de votos de diferencia, la hegemonía de republicanos se consolida y la derecha tradicional quedará relegada a la categoría de socio menor y presionados a alinearse. Republicanos podría verse tentado a aplicar la lógica del ingreso al gobierno por goteo, es decir, a llamar uno a uno a los líderes de Chile Vamos que les son más afines para ingresar al gobierno y no a buscar un entendimiento como coalición. Todo eso complicará el escenario de gobernabilidad”, advierte Moreno.
Fuente: latercera.com
Información en vivo, voto obligatorio y seguimiento a los resultados finales de una jornada decisiva.
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