13 de enero de 2010
Absoluta incapacidad es la que han demostrado los organismos municipales encargados de velar por la limpieza de nuestra ciudad y su periferia, así como las autoridades comunales, para terminar con la existencia de los micro basurales. Éstos, en lugar de disminuir parecen incrementarse cada semana. Cierto es que su existencia se debe a conductas desadaptadas de vecinos irresponsables, que se deshacen de todo tipo de trastos viejos, así como de residuos domiciliarios, en sitios baldíos o en lugares de la periferia de Punta Arenas, hasta donde es fácil llegar con un vehículo y abandonar todo tipo de basura, provocando un daño ambiental severo, así como una pésima imagen de nuestra ciudad. Pero, la responsabilidad de quienes deben velar porque Punta Arenas sea una ciudad limpia, no puede soslayarse, ya que las medidas que se han tomado para terminar con estas prácticas, han sido absolutamente inadecuadas, y sólo se limitan a intentar reparar este mal, a través de periódicas campañas de limpieza.
Sin duda, falta aplicar un conjunto de acciones para terminar con estas prácticas, desde la instalación de receptáculos que deben ser permanentemente atendidos en su retiro, hasta acciones punitivas por la vía de inspectores. Mientras eso no suceda, los basurales continuarán aflorando como callampas, y los cochinas seguirán ganando esta batalla.
A la incapacidad que demuestran autoridades y organismos competentes para terminar con la proliferación de basurales no autorizados, damos hoy nuestra Oveja Negra de Polar.
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