16 de junio de 2024
La Cumbre de paz convocada por Ucrania, en Suiza, que reunió a cerca de 60 líderes mundiales y representantes de unos noventa gobiernos, finalizó este domingo con una declaración conjunta que reclama seguridad nuclear y de tránsito marítimo. Sin embargo, 12 de los países invitados rechazaron firmar el documento.
Entre ellos se encuentran Brasil, India y Sudáfrica -que forman parte junto a Rusia y China del grupo de economías emergentes, conocidos como los BRICS-, además de México. Tampoco se unieron a la declaración final Armenia, Baréin, Indonesia, Eslovaquia, Libia, Arabia Saudita, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos.
Mientras que el resto de los participantes sí lo suscribió, incluidos la mayoría de los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Argentina, Chile y Ecuador.
Al final de la cumbre, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, agradeció la participación de las delegaciones y aseguró que “todos estamos interesados en que no haya peligro procedente de las plantas nucleares y otras instalaciones atómicas”.
“Estoy agradecido de que los participantes en esta conferencia hayan comprendido esto y la necesidad de restaurar una seguridad total en la planta de Zaporiyia, capturada por Rusia”, dijo.
“También les agradezco a cada uno por apoyarnos en nuestros esfuerzos de garantizar una navegación segura y preservar el flujo libre de alimentos”, agregó.
“Quiero enfatizar que la seguridad alimentaria es vital, no solo para los países del Sur Global, sino literalmente para todos los países del mundo. Cualquier disrupción en los mercados de alimentos es un camino directo al caos que Rusia quiere”, aseguró Zelenski.
Sobre los 12 países que no firmaron la declaración conjunta, el líder ucraniano no hizo comentarios.
Cabe recordar que Rusia no fue invitada a la cumbre, y que China no participó, por considerar que sin la presencia de representantes rusos “será difícil que la conferencia desempeñe un papel sustancial en el restablecimiento de la paz”.
BiobioChile
Foto Cooperativa
Un 58% sigue pensando que fue la expresión de un descontento social que sigue latente, pero hay llamativos cambios. "La gran diferencia es que pasamos de la esperanza al miedo”, dice Roberto Izikson.
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