24 de noviembre de 2025
INVESTIGADOR DE DATA OBSERVATORY CREARÁ REPOSITORIO DE DATOS ABIERTOS SOBRE “CONTAMINANTES ETERNOS “ DE LA ANTÁRTICA CHILENA
Los PFAS o químicos perfluorados son sustancias muy poco estudiadas, conocidos como contaminantes eternos del medioambiente y muy dañinos para la salud, que han demostrado ser no degradables en el tiempo. Los hielos de la Antártica se derriten con el cambio climático y liberan estos químicos que recirculan en los sistemas acuáticos.

Tras 15 años dedicados al estudio de los contaminantes orgánicos, el biólogo Cristóbal Galbán, investigador de Data Observatory y profesor titular de la Universidad Mayor, se adjudicó un proyecto Anillo de ANID de investigación y tecnología para los próximos 3 años. El estudio permitirá conocer el impacto del deshielo y la liberación de estos químicos en sistemas costeros Antárticos. El proyecto generará un gran volumen de datos sobre contaminantes eternos, los que la organización chilena Data Observatory, disponibilizará en un repositorio abierto para científicos y tomadores de decisiones.
El especialista asegura que existe muy poca literatura científica sobre los químicos perfluorados (PFAS) en la Antártica, generados por el humano y que no son posibles de degradar, afectando al medioambiente y la salud de los seres vivos de forma permanente. Estos elementos están presentes en ciertos textiles, cosméticos, envases, espuma de extintores, y otros y fluyen a través del viento y las corrientes de agua. Estos compuestos quedan retenidos en el hielo y la nieve y con el derretimiento se vuelve a liberar.
Galbán destaca que nuestra Antártica tiene una ventaja única, y es que a partir de la temporada de verano en Chile y hasta marzo, se replican los cambios de un año promedio, permitiendo estudiar muestras de agua, hielo y sedimentos, para posteriormente extrapolar sus cambios en el mediano y largo plazo; en peces, plancton e invertebrados. “Este proyecto permitirá obtener biomarcadores o pistas biológicas que denotan cambios mínimos, incluso a nivel molecular, lo que permitirá crear mejores estrategias de conservación de nuestra Antártica. También generará un enorme volumen de datos abiertos sobre nuestro territorio, que es de gran interés mundial para la ciencia, y específicamente sobre estos contaminantes eternos que son prácticamente desconocidos, sobre todo en Antártica”, señala Cristóbal.
Sobre los PFAS se desconocen medios de degradación, son tremendamente resistentes, a tal punto que una de las grandes preguntas es si vamos a ser capaces de biorremediarlos en algún momento. Ya existe evidencia de que se han extendido a la Antártica, el Ártico y el Himalaya, suponiendo que están presentes en todos los seres vivos del mundo.
“Mediante este proyecto, Chile se convertirá en líder en Sudamérica a través del primer grupo de investigadores expertos en PFAS a nivel mundial. Nuestra Antártica es un referente como laboratorio natural de los efectos del cambio climático y cuenta con ciertas ventajas que permiten obtener evidencia científica que tomaría 15 a 20 años en otras condiciones, pero que, gracias a nuestra estacionalidad, nos ayudará a concentrar resultados, llevar muestras al laboratorio y sacar conclusiones con evidencia”, explica el investigador de Data Observatory.
El proyecto está organizado en campañas en los periodos 2026-2027 y 2027-2028, entre los meses noviembre y diciembre, y luego en febrero y marzo. El equipo investigador, liderado por Galbán, lo integran especialistas de otras disciplinas como biogeoquímica, ecotoxicología, microbiología, meteorología y oceanografía.
“Este estudio no evaluará el impacto del deshielo sobre la biota, sino el efecto de la llegada de estos contaminantes eternos sobre la biota y sobre la microbiota. Estudios previos, muestran que hay algunas familias de bacterias que aparecen en presencia de estos contaminantes, incluso algunos los podrían usar como alimento”, agrega.
La investigación permitirá trabajar con experimentos de laboratorio que simularán el impacto de los PFAS sobre las comunidades microbianas. Estudios previos han demostrado que algunos de estos químicos eternos son tóxicos, disruptores endocrinos, e incluso venenosos. En el ser humano estos compuestos producen cáncer de vejiga y riñón e infertilidad, entre otros efectos.
“Este novedoso repositorio de datos abiertos y únicos, quedará disponibles para la comunidad científica. Hasta ahora, solo hay evidencia en el Ártico, que constituye un ecosistema polar distinto al nuestro, ya que no tiene continente, es totalmente flotante. La Antártica es un continente que tiene escorrentía y aportes de materia orgánica, por lo que es rico en información para la ciencia”, finaliza el biólogo.
La visita del Mandatario, que se extenderá hasta el jueves 27 de noviembre, tiene foco en materia de infraestructura.
La visita del Mandatario, que se extenderá hasta el jueves 27 de noviembre, tiene foco en materia de infraestructura.


























































































































































































