10 de noviembre de 2025
MAGALLANES Y ANTOFAGASTA, LAS ZONAS QUE CONCENTRAN EL 57% DE LA INVERSIÓN A NIVEL NACIONAL
La transición energética le ha dado protagonismo a la región austral del país, similar a lo que ocurre con la minería en el norte. En tanto, los menores registros están en Aysén, La Araucanía y Los Ríos. Expertos ahondan en estas cifras y delinean las complejidades para impulsar proyectos.

Al 30 de octubre de este año, a lo largo de Chile se contabilizaban 426 proyectos ingresados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), totalizando una inversión de US$ 98.919 millones. El impulso se palpa de norte a sur. Y aunque históricamente algunas regiones han sido las protagonistas indiscutidas, su peso ha variado y otras han emergido con fuerza.
Por cantidad de proyectos, la Región Metropolitana lidera la lista con 71 iniciativas, lo que representa el 16,7% del total de iniciativas en evaluación; le siguen las regiones de Valparaíso, Atacama y Antofagasta. Pero en el desglose por monto de inversión hay nuevos líderes. Dos regiones concentran el 57% de la inversión del país: Magallanes y Antártica Chilena (US$ 28.391 millones) y Antofagasta (US$ 27.797 millones). Esto, con el 29% y 28% del total nacional, respectivamente.
La relevancia que ostenta el norte, específicamente la Región de Antofagasta, no es novedad debido a su vocación minera y energética. Sin embargo, las apuestas en el último tiempo por el hidrógeno verde y los combustibles sintéticos le han entregado el cetro a la Región de Magallanes, lugar donde -por ejemplo- TotalEnergies H2 busca impulsar el proyecto H2 Magallanes que representa la inversión más alta ingresada en la historia del SEIA, con un desembolso estimado de US$ 16 mil millones.
En tanto, los menores montos de inversión en evaluación están en las regiones de Aysén, La Araucanía y Los Ríos, con US$ 33 millones, US$ 279 millones y US$ 437 millones, respectivamente.
Para la socia fundadora de Eelaw, Paulina Riquelme, “el comportamiento regional de las inversiones en el SEIA refleja la vocación natural y productiva de cada territorio: minería y energía en el norte, hidrógeno y eólica en el extremo sur, e infraestructura urbana en el centro del país. Las cifras más recientes muestran una tendencia clara: menos proyectos, pero de mayor escala e inversión, concentrados en regiones con recursos naturales estratégicos y alto potencial energético”.
Energía, el sector protagonista
El sector productivo con mayor número de iniciativas en evaluación es el energético (157). Y en el 65% de las regiones, “energía” concentra el mayor monto de inversión en evaluación.
El exdirector del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), Ricardo Irarrázabal, advirtió que “el SEIA es más bien un reflejo de una expectativa de futuros proyectos, los cuales además se evalúan con una ingeniería básica que luego hay que sofisticar con mayor detalle”.Por esto, recalcó que los números hay que tomarlos con cautela y analizarlos pormenorizadamente.
Aun cuando resulta prematuro proyectar tendencias definitivas, reflexionó Riquelme, “los datos disponibles permiten observar que la energía continúa siendo uno de los ejes centrales de la inversión ambiental en Chile, con una cartera que refleja el avance hacia una matriz más limpia y diversificada”.
Las dificultades
¿Hay complejidades entre una región y otra para impulsar proyectos de inversión? Para el socio a cargo del área ambiental en el estudio Fermandois, Ignacio Urbina, si bien es una realidad indiscutible que el país es “bastante dispar” en la aproximación que tienen las regiones para evaluar los proyectos, “las mayores diferencias no se observan a nivel del SEIA, sino más bien en la tramitación de permisos sectoriales y municipales. Ahí hay un importante desafío en la implementación de la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales”.
Irarrázabal planteó que una complejidad inherente al SEIA es también su virtud: la toma de decisiones es descentralizada.
“Así, las direcciones regionales del SEA, por ejemplo, en términos de consultas de pertinencia, aplicación de guías o criterios respecto al área de influencia, tienen a veces criterios distintos”, estimó el exdirector del SEA.
Afirmó que en la mayoría de los casos la ubicación de los proyectos no se “elige”, sino que se debe a situaciones que condicionan su emplazamiento. Asimismo, dijo que hay casos en que determinadas iniciativas optan por una evaluación interregional, a cargo de la dirección ejecutiva del SEA a nivel central, cuando los impactos del proyecto se sitúan en más de una región.
Eso sí, Irarrázabal reconoció que “una cuestión compleja tiene que ver con ciertas actividades económicas atípicas a nivel regional, por lo que no existen suficientes capacidades y experiencias en el SEA para evaluarlos, por ejemplo, grandes iniciativas y proyectos mineros en el sur de Chile o incluso en la región del Biobío”.
Urbina reflexionó que una cifra oculta, no identificada en las estadísticas oficiales, es el tiempo e inversión que requieren dedicar los privados para recién poder entrar a tramitar un proyecto en el SEIA.
Paulina Riquelme concluyó que “es posible observar asimetrías en el desempeño de los proyectos entre regiones, asociadas no sólo a las características ambientales y sociales de cada territorio, sino también a factores institucionales”.
Fuente: df.cl
La transición energética le ha dado protagonismo a la región austral del país, similar a lo que ocurre con la minería en el norte. En tanto, los menores registros están en Aysén, La Araucanía y Los Ríos. Expertos ahondan en estas cifras y delinean las complejidades para impulsar proyectos.
La transición energética le ha dado protagonismo a la región austral del país, similar a lo que ocurre con la minería en el norte. En tanto, los menores registros están en Aysén, La Araucanía y Los Ríos. Expertos ahondan en estas cifras y delinean las complejidades para impulsar proyectos.





























































































































































































